—Aquí es donde compro tus discos— Comentó.
Pero ni siquiera recibió una mirada a cambio a causa de la concentración del jóven en las cosas expuestas tras el cristal. Decidió probar otra táctica. Estaba teniendo muchos avances en un solo día y quería aprovecharlos al máximo. No sabía si una oportunidad como esta volvería a repetirse.
—Cielo, iré a la zapatería que está enfrente, quiero ver unas botas. Tú puedes quedarte aquí el tiempo que desees— Esto logró captar su atención y la miró—. Ten, por si quieres comprarte algo— Dijo entregándole dinero en su mano. Little King John observó el dinero y luego a su madre— Estaré cerca si me necesitas— Finalizó para alejarse, adentrándose en el local de enfrente, mirándola de reojo cada determinado tiempo.
Su madre lo había dejado solo, en un lugar repleto de gente desconocida. Este definitivamente no era el mejor día de su vida. Guardó el dinero en su bolsillo y continuó observando los discos, hasta que algo logró distraerlo.
Alzó la vista para mirar dentro del comercio. Gente hablando entre ellas, mirando guitarras que seguramente estaban interesados en comprar, personas atendiendo a los clientes. Había tres personas vestidas con una camisa azul marino y un nombre de identificación en ella. Dos chicas adolescentes y un chico, quien era adolescente también. Una de ellas era rubia y alta. La otra era más bien calva de estatura media. Y el chico. El chico era bajito. Pelaje amarillo fuerte, el cual lucía suave y brilloso. Sonreía mucho y era muy amable con los clientes. Pero lo más impresionante eran sus ojos. No había visto ojos de ese tono azul cielo en toda su vida. Sin fijarse, toda su atención quedó fija en aquél chico. Quién sabe cuánto tiempo tuvo su mirada fija en él. Siguiendo cada movimiento que hacía. Cómo interactúaba tan fácilmente con los clientes. De manera tan amable. Cobraba y entregaba el vuelto despidiéndolos con una sonrisa a cada uno de ellos. Little King John quedó admirado. De pronto aquél chico volteó hacia donde él se encontraba y John desvió su mirada de forma automática. Simulando que veía los artículos en la vidriera. Su corazón palpitaba aceleradamente. Por alguna extraña razón quería saber su nombre. No quería irse del lugar sin saber el nombre del chico de ojos azul cielo. Pero estaba lo suficientemente lejos para no lograr divisar su identificación pegada a su uniforme de trabajo. Su única opción era entrar y comprar algo. Y no solo eso, que fuera él quien lo atendiera. Pero ¿Era capaz de hacerlo? ¿Qué tal si no encontraba las palabras indicadas? ¿Qué tal si lo consideraba un completo idiota? Pero por otro lado, no volvería a ese lugar. Era ahora o nunca.
Apretó sus puños con fuerza juntando coraje y comenzó a adentrarse a la tienda. Iba con su mirada gacha. Las demás personas estaban entretenidas en sus asuntos, no eran conscientes del chico a punto de un ataque de nervio. Little King John levantó la mirada para buscar al chico de ojos azul cielo. Cuando dio con él se quedó embobado mirándolo, al parecer él se percató de eso y posó su mirada en él. El adolescente uniformado comenzó a caminar hacia Little King John con una sonrisa en su rostro. La respiración de John empezó a agitarse al ver que se acercaba, se volteó hacia un costado hacia la estantería llena de CDs que se encontraba a su lado fingiendo observarlos, cuando sintió que lo tenía a tan sólo unos pasos tomó una caja al azar entre sus manos.
—Hola, bienvenido a MusicWorld ¿En qué le puedo ayudar?
Dijo el muchacho con una hermosa sonrisa mirando a Little King John que aún se encontraba de perfil con la mirada perdida en los artículos de la góndola. Su voz era aguda pero gentil. Era una de las voces más lindas que nunca había escuchado. Apretó la caja fuertemente y se volteó a verlo de frente, mostrándosela.
—¿Éste?— Preguntó tomando el CD en sus manos mientras su sonrisa se mantenía en su rostro. Little King John asintió con la cabeza, nervioso.
—Bien. ¿Necesitas algo más?
Sólo negó con su cabeza mientras su atención se dirigía a su identificación. ”Soy Ratboy Genius. Estoy para servirte”. Ratboy Genius, ese era su nombre. Era un lindo nombre.
—Entonces, ven. Sígueme— Dijo volteándose y comenzando a caminar luego de hacerle una seña con su mano para que la siguiera.
Little King John comenzó a seguirlo dentro de la tienda admirando su pelaje, su contextura física, incluso pudo notar que el jóven era unos centímetros de estatura más bajo que él. Llegaron al lugar de la caja registradora.
—Bien. Serán quince libras— Volvió a hablar entre sonrisas poniéndose detrás del mostrador.
Little King John reaccionó rápidamente buscando el dinero de su bolsillo y entregándole el billete. Sus manos casi se rozan en el intercambio, pero John lo evitó retirando su mano al instante.
—Aguarda un momento. Iré a envolverlo, enseguida regreso— Dijo para luego adentrarse por una puerta a una habitación que se encontraba detrás de los mostradores.
Little King John asintió y se quedó estético, jugando nerviosamente con sus dedos. Esos momentos se sintieron una eternidad para él. Por suerte vio como el chico regresaba con un paquete entre sus manos, metiéndolo dentro de una bolsa transparente de plástico que tenía grabado el nombre del local.
—Aquí tienes. Que tengas un buen día— Dijo dulcemente entregándole la bolsa.
Little King John la recibió y salió lo más rápido que pudo del lugar. Su madre estaba esperándolo afuera de éste. Ella también llevaba consigo una bolsa, pero ésta contenía una caja de cartón bastante grande. Supuso que se había comprado el par de botas en el que estaba interesada. Ella lo observaba expectante. Por primera vez John había hecho algo por cuenta propia, entrando a un lugar desconocido, interactuando con desconocidos y no parecía haber enloquecido en absoluto. Little King John sentía sus pulsaciones fuera de control, pero no era un mal sentimiento. Era algo cálido, que por momentos le hacía olvidar el miedo.
—¿Cómo te fue cariño?— Preguntó la mujer animada.
Él sólo la miró y dirigió su mirada a la bolsa que sostenía.
—¿Te compraste eso?— Él asintió— Que bueno. No fue algo ta horrible después de todo ¿Verdad? Ven, volvamos a casa.
Little King John dejó escapar un gran suspiro cuando ambos estuvieron finalmente dentro del auto nuevamente. Se sentía a salvo.
—Gracias por haberme acompañado hoy, Johnny— Dijo cuando llegaron a casa.
Él asintió sin decir ni una palabra, subió a su cuarto y cerró la puerta.
—Tal vez fue demasiado en un solo día— Susurró Gretchen.
Una vez en su cuarto Little King John sacó el paquete de adentro de la bolsa y lo observó detenidamente. Tenía una forma cuadrada por la forma de la caja del CD. Estaba envuelto en papel azul y tenía la fecha del día, 22/10/1994, en la esquina superior izquierda. Estaba muy prolijo, dedujo que el chico lo envolvió con sus propias manos, ya que el resto del personal de encontraba con sus respectivos clientes. Y la fecha estaba escrita a mano. Esa debía de ser su letra. Cada pequeña cosa que tenía que ver con aquél chico lo alegraba de sobremanera aunque su rostro no lo demostrara. Debería de romper el envoltorio para dejar el CD al descubierto, pero no quería hacerlo. Se trataba de uno que había escogido de manera aleatoria, él ya tenía todos los CDs que quería, su mamá se encargaba de comprárselos. Prefería conservar el envoltorio que Ratboy Genius se había encargado de colocarle y con la fecha de ese día, que Little King John consideraba importante, escrito por él. Lo miró durante mucho tiempo y luego decidió guardarlo dentro de una caja, debajo de su cama.
ESTÁS LEYENDO
𝘌𝘭 𝘊𝘩𝘪𝘤𝘰 𝘋𝘦 𝘓𝘰𝘴 𝘊𝘋𝘴 !¡ 𝘒𝘪𝘯𝘨𝘎𝘦𝘯𝘪𝘶𝘴
FanfictionEl chico demostró más énfasis en este lugar que en cualquier otro. ⋆ ¡Alteraciones de edad! ⋆ AU (Universo Alterno). ⋆ Los personajes no son míos, todos los créditos a Ryan Dorin. ⋆ Esta historia es sólo una adaptación. Todos los créditos correspond...