Amarte siempre

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Con un cigarrillo encendido,
Una hoja de papel en la mano
Y un pobre lápiz desgastado
Comenzó a escribir versos,
el joven enamorado.

Ven a mi, decían tus ojos iluminados,
Ven, ven que te sigo amando,
Tus cielos me miraron,
Y suplicando me siguieron llamando,
Ven a mi, ¿No ves acaso que te estoy amando?.

La persona que tus ojos reflejaban,
Tenía tristeza inculcada en su alma,
La persona que amabas, ya te había entregado todas sus lágrimas.

Hoy escribo para ti,
Para que tus ojos dejen de llorar,
Y mi decision te deje de lastimar,
Me quiero despedir,
Y quiero que sepas:
Te amé, te amo y te amaré,
En esta vida y tal vez en la de después,
La persona que se reflejaba en tus ojos
Era yo, y lo que trataba de decirte,
Era "adiós".

El joven enamorado,
Su carta había terminado,
Su cigarrillo se había apagado,
El lápiz desgastado,
Y la hoja, se había terminado.

Escribió su poema,
Lo dobló sin pensarlo,
Lo guardo en su bolsillo y se fue caminando.

Un mensaje a su celular había llegado,
Era de aquella chica que tanto había amado.

Quiero que sepas, que lo único que hice fue amarte, jamás podré superarte, y quiero que sepas, que aquí estaré esperandote.
Porque lo único que hago bien es amarte, y no quiero nunca soltarte.
Puede que tu jardín, haya sido de flores dañadas, pero se perfectamente que te esperabas en cuidarlas, gracias por hacerme feliz, y por favor, vuelve a mi.

Mientras leía atentamente,
Llegó al destino fijado,
Una casa de ladrillos rojos,
Y una chica llorando,
Sabía de quién se trataba,
Pero no se atrevía a llamarla.

Agarró una pequeña piedra del piso,
Y en la ventana del balcón acertó el tiro,
La chica se asomó,
El levantó su cara enlagrimada,
De su bolsillo saco la carta,
Y se dio vuelta para en el buzón dejarla

La chica lo veía atentamente,
Mientras que sus ojos lloraban a torrentes.

El chico se fue,
El amanecer se acercaba,
La chica se limpiaba la cara,
Él se dirigía a un muelle de allí cerca.

Ella lo encontró
con su cara fijada en la marea,
Él se dio media vuelta,
La cara empapada,
Su mirada ahora fijada,
En aquellos ojos que solo lo miraban,
Con un martirio permanente,
Soltó suavemente:

" Adiós, te amaré por siempre "

Se dejó caer, y la marea se encargó de él,
No soportaba más,
Tenía que dejar el mundo mortal.

Ahora ella lo recuerda en los días de lluvia,
Y todavía la invade la amargura.

Luz de luna llenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora