El líder Omega y su Alfa

Notas: No esperen mucho, esto es experimental. Es la primera vez que intento escribir algo "dark", así que no creo que sea muy intenso. Pero espero que les guste.

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Con solo cuatro años, Wei Ying había vivido en carne propia cosas demasiado terribles para un niño tan pequeño. Pasó hambre al punto de pelear con animales callejeros por comida; frió que lo hizo desear estar muerto; y la indiferencia cruel de las personas que nunca se compadecieron de su situación.

Solo sus instintos más primitivos de su segundo género le permitieron sobrevivir día tras día, hasta que un cultivador de apellido Jiang le dijo que conocía a los padres que no recordaba, y lo llevó a su casa. Este cultivador era nada más y nada menos que el líder de la secta Yunmeng Jiang.

Desde el primer día, Wei Ying quedó fascinado con el pequeño niño omega de ojos color azul violáceo que lo miraban con enfado por ser la causa de perder a sus mascotas. Había luchado contra ellos en las calles, sin embargo, fingió temerles para alejar esos monstruos del niño, ¿Cómo su familia no podía ver lo peligrosos que eran? Jiang Cheng el niño de mejillas rosadas era demasiado pequeño y débil, ¿Cómo podían sus padres no querer protegerlo?

Afortunadamente, la hermana del niño lo persuadió para que lo perdonar, y pronto, se ganó su cariño. Recibir una primera sonrisa de Jiang Cheng se sintió cálido y reconfortante. Desde entonces, Wei Ying se volvió adicto y muy posesivo con esa sonrisa. Quería que el niño solo le sonriera, proteger esa hermosa sonrisa por siempre.

En cuanto comprendió la dinámica familiar se dio cuenta de que había llegado en el momento adecuado. Como si su destino hubiera sido siempre proteger a aquel omega de su familia y su propia ingenuidad y debilidad. Esto, incluso antes de que Madam Yu, la esposa del líder, le dijera que su único propósito allí era servir a su hijo, y que debía de protegerlo si quería conservar el techo sobre su cabeza.

De niños fue fácil sobrellevarlo, Jiang Cheng y él pasaban mucho tiempo juntos. Al principio compartían habitación, y luego, cuando Madam Yu, considero que no era adecuado que un alfa estuviera cerca de su hijo omega, lo cambió de habitación. Pero, el propio Jiang Cheng se escabulló a su habitación o dejó que Wei Ying entrara a la suya en secreto.

—¿Por qué no podemos dormir juntos? —A-Cheng protestó inocentemente cuando preparaba sus cosas para mudarse, y aunque Wei Ying comenzaba a entender la razón, le dijo que era porque a su madre no le agradaba. Su A-Cheng suspiró con molestia y prometió no dejar que los separen.

Jiang Cheng siempre iba a él en busca de protección, le gustaba abrazarlo para cubrirse a sí mismo con su olor, y a su vez dejar su aroma a lotos sobre él, sin ser consciente de eso. Solo eso lo mantenía calmado y sereno. Su A-Cheng solo olía a él. Era su compañero de estudio, de entrenamiento, su guardián, no había nada que no hicieran juntos, pese a los intentos de Madam Yu de alejarlos.

A medida que crecía, los padres de Jiang Cheng comenzaron a dejar que otros alfas rodearan al omega. Madam Yu, decía que pronto debería casarse con un alfa poderoso y de buena familia para que lo ayude a liderar su secta. Wei Ying apenas podía tolerarlo solo porque Jiang Cheng siempre volvía a él, y su aroma nunca lo dejaba. Lamentablemente, para Madam Yu, no era ni sería jamás una opción aceptable para su hijo y su secta.

Cada día estaba seguro de que el momento de alejarse de Jiang Cheng llegaría pronto y sabía que no podría aceptarlo.

Finalmente, cuando Su A-Cheng llegó a la edad de casarse, Madam Yu comenzó una búsqueda  seria de candidatos. Uno a uno, varios alfas llegaron a Yunmeng, y Wei Ying comenzó a volverse loco por la desesperación. Su A-Chen sería entregado a otro.