𝐁𝐨𝐮𝐧𝐝 𝐭𝐨 𝐟𝐚𝐥𝐥𝐢𝐧𝐠 𝐢𝐧 𝐥𝐨𝐯𝐞 [en pausa]

𝐎𝟐

O2. The beauty of the Moon

El negar la belleza de la Luna sin duda alguna sería todo un pecado, aún si no es brillante cual Sol, posee un aura dulce y que transmite calma hacía aquellos que vagan por las noches, haciéndolos sentir incluso acompañados y de algún modo protegidos ante su tenue brillo.

He incluso, tiempo atrás para muchos chamanes la Luna era un buen presagio, trayendo consigo bendiciones para las cosechas y ayudando incluso en las adivinaciones de buena fortuna, por ello, distintas historias se formaron a su alrededor, tanto surrealistas como fantasiosas, pero siempre hermosas.

Y es que sin importar el ángulo por donde lo veas, la Luna es hermosa, con sus cálidos ojos esmeralda que otorgan tanta paz, un suave pero ligero húmedo cabello azul que en vano trata de tapar aquel bello mirar pero sobre todo, esa pequeña sonrisa que no abandona su rostro sin importar qué.

—¿Estas bien? No te has empapado, ¿o si? —La preocupación en su rostro es tan genuina, que hace poner al más bajo ligeramente rojo—. Tengo un suéter extra y...

—No es necesario —responde con rapidez ante los nervios que lo envuelven, mismos que trata de controlar con apretar contra su pecho su carpeta húmeda.

—Oh, eso es bueno —suspira con alivio el oji esmeralda—, tiendo a ser algo olvidadizo, así que si no es molestia, ¿podría saber tu nombre?

—. . . Ace, Gol D Ace —responde por lo bajo tras unos cortos segundos en silencio.

Deuce asiente ligeramente y Ace clava su mirada en sus tenis, mismos con los que desea tambalearse para poder bajar tan siquiera un poco sus nervios antes de que el pobre chico delante suyo termine flotando, o peor aún, salga volando; tal pensamiento asusta al joven psíquico.

—¿Van a venir a recogerte?

El pecoso parpadea y alza la mirada hacía el otro chico, quien le mira con calma.

—Sí, mis hermanos no han de tardar... —murmulla, desviando un poco su mirada con el deseo de encontrarse a alguno de sus hermanos, pero no hay señal alguna de ellos—, ¿qué hay de ti?

—Mayormente suelo irme a pie solo.

Oh, ¿eso significa que lo está reteniendo?, tal pensamiento golpea al de ojos ámbar, ¿y si por su culpa al chico luego le toca caminar bajo una fuerte lluvia? Se enfermaría completamente y aquello lo llenaría de culpa.