Lo que hacen sentir tus palabras

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No me molestaba que me llamara así ni mucho menos me gustaba un montón pero era un extraño que no conocía así que tengo que conocerlo muy bien.

-Oye y ¿como te llamas? No me has dicho tu nombre- dije sin pensar

El chico de rastas se quedó pensando pero al final me dijo...

-perdona preciosa pero es mejor que no lo sepas por tu seguridad, la de tu hermano y la mía seria peligroso si la conoces- dijo sin ninguna expresión

-Entonces como te conozco ¿como el chico de rastas?-

Se quedo unos minutos el carro en silencio como si no hubiera nadie dentro, hasta que el carro se detuvo en un gran edificio que completamente no conocía pues nunca había ido al trabajo de mi papá, pero acabo de recordar que no llamé a mi papá para ver si era cierto o no así que me quedé con la duda.

Entramos al edificio mi hermano lo pusieron en una habitación y a mi en otra eso no me daba buena espina...

-Chico de rastas...-

Se volteo a mirarme por un segundo con una estúpida sonrisa la cual me estaba perturbando demasiado.

Mi mamá entró por la puerta pues los dos trabajaban en lo mismo y supe que me tenía que explicar porque estábamos en su trabajo y efectivamente empezó a explicarme.

-Cariño tu papá y yo estamos en un gran problema con los del cartel necesitamos que te quedes con...-

Mi mamá se detuvo para que yo no supiera el nombre del chico de rastas así que la presione.

-¿Mamá de quien? ¿Quien es el? ¿Como se llama? ¿De donde viene? ¿Porque?

Le dije esas preguntas sin respuesta solo me dijo que me quedaría en su casa a salvo.

Mi mamá salió de inmediato del cuarto el chico de rastas se acercó a mi y se disculpo por haberme tratado tan mal no quería que descubriera su identidad hasta que mi padre se lo ordenará.

Después de un rato de estar en ese absurdo edificio el chico, mi hermano y yo salimos para su casa el camino resultó tranquilo cuando vimos una camioneta llegar al departamento en donde vivía mi abuela era muy extraño

-Para- le dije mientras me desabrochaba el cinturón

-No-

Respondió aún manejando y viendo hacia delante si en efecto todo estaba mal así que lo volte a ver enojada y lo noto enseguida, no quería decirme nada de porque o porque me trataba tan mal.

En ese mismo momento llegamos a su casa y al entrar era enorme mis ojos brillaron era casi todo hermoso lo cual me gustaba ese estilo en lo personal.

Me miró a los ojos con felicidad me tomó de la cintura y me llevó a mi cuarto correspondiente.

-Tranquila solo será tu cintura te lo prometo, este es tu cuarto cámbiate vamos a dar un paseo- me dijo mientras apretaba mucho mi cintura

Bajo a decirle a mi hermano su cuarto.

-Chaparrito este es tu cuarto tu hermana y yo saldremos a dar una vuelta enseguida venimos te quedaras con estas señoritas amables-

-Gracias joven le prometo que me portare bien-

-Seguro lo harás bien, señoritas tratenlo bien si necesita algo denselo-

-A sus ordenes joven...-

-Si será mejor que no digan mi nombre si?-

-De acuerdo-

Salió del cuarto y se dirijo al mio, pero ocurrió algo que jamás imagine mi playera ya no me quedaba supe que mis pechos había crecido y demasiado así que me la quite, y el entro.

De desconocidos a amigos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora