• C I N C O •

6 1 0
                                    

Desperté escuchando las olas del mar afuera y con el sol golpeando mi ventana. Miré a mi alrededor por unos segundos asimilando lo que pasaba, tenía caña y mi boca estaba seca. Tomé toda el agua que tenía a un lado en mi botella. Vi la hora, las 11am. Ayer habíamos llegado a las 4:30am. No quise seguir durmiendo por lo que me levanté en seguida. Fui al baño y me di una ducha rápida sin mojar mi cabello, luego me coloqué un bikini color verde, encima una camiseta color gris de Converse que me llegaba hasta los muslos y se ajustaba medianamente bien a mi cuerpo, me coloqué unas sandalias, peiné mi cabello y ya estaba lista. Quería salir a meditar a la playa, los chicos aun seguían durmiendo. Llené mi botella de agua y salí con los tres canes.

El mar estaba frente a la cabaña en la que nos estábamos hospedando, era hermoso. Los perros corrían por todas partes y también hacían sus necesidades, así que ahí iba yo recogiendo sus mierdas. No había mucha gente en la playa, era perfecto para una meditación de quince minutos. Me senté en la arena cómoda, escuchaba el mar, la brisa, los ladridos de los perros. Mi respiración era calmada, sentía como cada parte de mi pequeño cuerpo se relajaba. Pensaba en que buena vida tenía, sin preocupaciones, buenas amistades, buen trabajo, soy una mujer realizada.

Cuando la cara de Cristian pasa por mi cabeza, mi corazón comenzó a latir algo desesperado. ¿Por qué sentía esto?, recordaba cinco años atrás, cuando aún estaba junto a él, sentía esa sensación, como de debilidad; siempre fui muy sumisa ante él, no porque me diera miedo, solo jamás había estado en una relación antes. Me preguntaba, ¿lo habré echo feliz?, creo que no. ¿Por qué volvió?, digo, pudo haber hecho como si no me hubiera visto. La verdad es que no quiero tener nada que ver con él, estoy muy feliz sin una relación, solo yo y mis perritas. Pero me gustaría divertirme un poco.

La alarma de que los quince minutos habían pasado sonó y abrí mis ojos. Me sentía tan en paz, viendo el mar y sintiendo la brisa. Busqué a mis cachorros para volver a la cabaña, darles de comer y preparar el desayuno. Al volver era un caos, todos estaban despiertos, algunos pidiendo comida por sus teléfonos, otros con caña, mucha agua y hielo.

-¿Qué tal esa caña he?.-Les pregunté a todos burlonamente.

-Me traes hielo porfa Cami.-Me pidió Diego, cuando justo pasé por el refrigerador.

-¿Cómo es que estás bien?.-Lorena me preguntó acercándose a su novio Diego.

-No crean, estoy echa pico.-Me eché en el sillón en la salita de estar tomando agua.

-Ahora mismo todos se van a cambiar porque iremos a entrenar.-Habló Jans que salió de la habitación solo con un short de playa puesto.

-¡Aaahh!.-Todos nos quejamos rendidos, algunos estirándose en los muebles o en el piso.

-Claro, como él no bebió nada anoche.-Habló Máximo.

-Con Karlita les prepararemos algo rico para desayunar, ¿verdad amor?.-Se acercó a su novia tiernamente dándole un beso en la cabeza.

-Pues lo harás tú, porque estoy muerta.

-Hermano, no te molestes acabo de pedir unas pizzas.-Dijo Matías.

-Bien, a la mierda.-Dijo Jans tirando todo.

-Descuida, voy a cocinar algo.-Dije.-No pienso desayunar pizza.

-¡Oye!, respeto con la pizza. Tiene todos los ingredientes que necesitas para comenzar un buen día.-Dijo Fernanda.

-Me quedo con eso.-Dijo Máximo.

Las pizzas se demoraron como treinta minutos en llegar y en eso yo preparé tostadas con palta y omelette de huevo, queso y champiñones, además de café y fruta, para los que no querían comer pizza. Luego de desayunar, ordenamos la cabaña, nos arreglamos para salir a correr un poco por la playa, jugar algo de vóley, que les encanta a los chicos y con Fernanda decidimos en ir a hacer una sesión de foto. Habíamos hecho una rutina de full body en la orilla del mar fue exquisito, sentir el calor del cuerpo y lo helado del mar, combinaban tan bien, además trotamos 30 minutos. Al terminar todo nos bañamos en el mar, nadamos y jugamos.

Llevé una libreta para anotar unas cosas que tenía en mente. Me senté nuevamente en la arena, esta vez Coca se echó junto a mí, Ina y Balti estaban jugando en el mar. Anoté unas pocas palabras que rondaban en mi cabeza, ¿cómo he logrado sentir esto después de cinco años de no verlo?, mi corazón explotaba por volver a saber sobre él. Por un segundo me despisté y Coca agarró mi libreta y se la llevó lejos dejándola tirada en medio de la arena. Caminé hacia la libreta y cuando la iba a tomar alguien ya lo había hecho.

-¿Otra vez tú?.-Me dijo amablemente Cristian, quien ocultaba su hermosa mirada bajo unos lentes de sol al igual que yo.

-Hola.-Le dediqué una tímida sonrisa.

-Hola.-Me saludó con un beso en la mejilla. Mi mirada se posó en sus fuertes brazos, su torso y sus manos que sujetaban mis brazos delicadamente. Sacó sus lentes y pude ver sus ojos.-Que hermosa letra, ¿aún escribes?.-Me preguntó devolviéndome la libreta, asentí. Vi como su mirada recorría mi cuerpo. Bajé un poco mis lentes, levanté una ceja algo pícara y carraspee mi garganta.-Lo siento Camila, estás muy hermosa.

-Gracias.

-Cami..-Fernanda se posó a nuestro lado.-Te estoy esperando para las fotos. Oh, hola.-Ella saludó a Cristian y él le devolvió el saludo.-Oye, ¿no quieres venir?, estamos jugando vóley.

-Estoy con mis amigos allá..-Dijo señalando hacia atrás.

-Pero vengan. A Camila no le gusta jugar vóley y a veces se queda algo solita.

-Bueno, si a Camila y a los demás no les molesta con gusto voy por ellos y vamos.

-Oka, los chicos no tendrán ningún drama. ¿qué dices tú Cam?.-Me preguntó Fernanda.

-Claro, está bien.-Dije. luego volvimos con los demás.-¿Por qué hiciste eso?.

-Que tiene, es un chico muy lindo.

-Es mi ex.-Dije algo avergonzada.

-Pues diviértete, no me digas que no lo extrañabas.

-La verdad es que no.-Dije segura.

-Tonta, diviértete, ¿no crees que el destino los juntó por alguna razón?.

-Ajá, claro, tal vez para dejar todo claro de una vez.

-Ahí tienes.

Reí. Moría por estar a solas con él. Con Feña iniciamos la sesión, ella era mi fotógrafa personal, tomaba fotos increíbles, no sé qué haré sin ella cuando me vaya. Cristian y los demás chicos llegaron junto a nosotros y todos nos saludamos. La tarde estuvo increíble, durante la sesión notaba como Cristian no quitaba su mirada de mí, ni yo de él, si no hubiera sido por los lentes de sol ya hubiera estado frita. Tomamos muchas fotos de todos, hicimos videos para Instagram, comimos comida de la playa, nos tomamos unas cervezas y fumamos mucha hierba.

-Chicos vamos a hacer un brindis por nuestra chica que se nos va.-Dijo Maxi.

-¡Ooww!.-Dijeron todos y abrazándome.

-¿Te vas?.-Preguntó Cristian.

-¿Y a dónde te vas?.-Preguntó Barbara.

-El otro fin de semana me voy a Estado Unidos. A seguir mi carrera de modelaje allá.

-Felicidades, me alegro por ti.-Me dijeron los chicos

-Gracias, estoy muy emocionada.

-Bueno, ¡salud!.-Dijo Fernanda. Todos chocamos nuestras botellas de cervezas.

ALMAS GEMELAS | SMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora