Todo lo que quería siempre lo conseguía, sin importar que tan caro o que tan lejos esté de mí, de alguna forma u otra siempre lo obtendría.
¿Cómo le hago? Ni yo sé, o tal vez sí...
Mi madre me dice que es porque soy realmente hermosa y que por eso todos querían mi mano, no importaba para ellos si yo fuera una bastarda o no, con decir que su esposa era posiblemente la más hermosa de los sietes reinos hacía que su ego se elevara demasiado.
Y veanme aquí, en medio de un mercado "comprando" algunas cosas, digo comprando entre comillas porque realmente no he gastado ni un centavo, todo me lo regalaban.
En cierta parte me gustaba la idea de que me regalaran las cosas, pero aveces me sentía mal.
- Parace que disfrutas que te regalen cosas solamente por ser bonita eh - hablaron a mis espaldas, rápidamente volteé, era Jenny, una prostituta de las más baratas que puedas encontrar en estos lares, casi no le llegaban clientes porque era poco agraciada.
- Realmente sí, para qué te lo negaré, ¿y a ti no te regalan nada? - ella me miró mal pero luego sonrió de lado
- Escuché que anda el príncipe Daemon por estos lugares, cuidado, no vayas a creer que por ser bonita te va a llevar a su palacio a vivir - soltó una carcajada, obviamente se estaba burlando de mí, eso es lo que hacía, como ella era fea siempre trataba de burlarse de mí encontrándome el más mínimo defecto.
- Y a ti seguramente te va a llevar como exhibición de los más feo que hay en Poniente, alégrate Jenny, tendrás hogar - reí más fuerte al ver su cara, obviamente le había dolido.
A ella le decían la prostituta más fea, porque joder, realmente era horrible y su personalidad la hace aún más, creyéndose de lo más solo porque una vez se acostó con un lord que iba de paso.
Seguí caminando al ver qué quería decir algo más, no quería seguir perdiendo mi tiempo con ella.
Pero recordé lo que dijo... ¿En serio andará el príncipe por aquí? Siempre había querido conocer a un miembro de la familia real, lo único que sabía de ellos es que tenían su cabello plateado y sus ojos violetas, realmente dudo si yo sería igual de bonita cuando esté de lado de la misma princesa Rhaenyra, ella arrebasaba mi belleza por mucho y es sabido por mí.
Caminé hasta llegar a una casa de placer, necesitaba hablar con una amiga que tenía ahí que por cierto era la única amiga que tenía y he tenido en toda mi vida.
Mayormente las mujeres me rechazaban, se sentían intimidadas en mi presencia, hablaban mal de mí e incluso esparcían rumores de mí diciendo que yo realmente era una bruja muy fea que hechizaba a los hombres para que me vieran hermosa.
Tonterías.
- Sara, ¿Es verdad que el príncipe Daemon anda por acá? - me aventé a la cama mientras daba pequeños saltitos de felicidad.
Ella me miró con una sonrisa y solo asintió.
- ¿Ya te fue con el chisme la fea esa? - enarcó una ceja mientras se cruzaba de brazos.
Sara odiaba a Jenny con su alma y viceversa, Sara a diferencia de Jenny era la mejor puta de la casa por así decirlo, era muy bonita y tenía un hermoso cuerpo, Jenny la odiaba como a todas las mujeres bonitas.
- Fue lo primero que me dijo, ya sabes cómo es -
Antes que Sara me diera una respuesta bien alguien más entró a la habitación.
- Sara, tenemos un cliente muy especial y pidió a la mejor, no nos dejes mal - habló la que lidera la casa y detrás de ella entró un hombre.
Tenía el cabello completamente plateado y largo, era realmente apuesto.
Y ahí entré en razón, era el mismito príncipe Daemon Targaryen.
Quería yo desmayarme pero me aguanté.
- ¿Ella quién es? - habló este con una extraña fascinación mientras me veía.
- Mi príncipe - hice una reverencia como me había enseñado mi madre - Solo soy amiga de mi amiga, di-digo -
Estaba yo que me moría de la vergüenza, que tontera acabo de decir. Escuché la risa de Sara y la risa del príncipe.
- Perdoneme, soy Daenys Waters, una bastarda que le gusta venir a ver a su amiga por estos lugares - me sonroje - Y que ya se irá porque ustedes tienen que hacer cositas.
Hice una rápida reverencia y me fui de ahí, estaba roja de la vergüenza.
Pero vaya que era muy guapo el príncipe, que suerte tenía Sara.
Seguí caminando por los callejones hasta que llegué a mi casa, tenía mucho sueño y ya se estaba haciendo de noche.
Mi madre no estaba, de hecho, me había comentado que ya no sería sirvienta de los otros señores si no que ahora iba a ir a la fortaleza, yo estaba feliz por ella, se sabe que las sirvientas de la familia real eran bien pagadas.
Y tal vez, se me dé la oportunidad de conocerlos, sería realmente genial.
O no...
Aquí casual publicando otra historia como si no tuviera otras diez que terminar :)
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La obsesión de los Targaryen | House of the dragón
FanfictionElla siempre había estado escondida de todo el mundo, sin embargo cuando ellos la descubrieron, dió inicio la danza de dragones solo por ella. La hermosa portada la hizo @sxturnorvixs de @EditorialSalem <3 La historia no será exactamente igual a la...