Capitulo 17: Para proteger a Sakura

8.3K 564 298
                                    

Estaba mal, lo sabía, después se odiaría a si misma por haberlo hecho. Sin embargo, mientras sentía como sus labios rozaban los de Sasuke, sólo podía pensar en robarle un segundo, únicamente un instante, a la mierda de realidad que debía vivir. Disfrutaría de aquel pequeño momento y luego se arrepentiría. Sólo un segundo.

Sasuke se había tensado, quedándose quieto, sin saber exactamente qué hacer ante aquello. Ni siquiera sabía dónde poner los brazos así que los dejó donde estaban, apoyados en la encimera a ambos lados de Sakura.

La pelirrosa volvió a posarse sobre sus talones alejándose lentamente de él, con la angustia pintando ya sus ojos. Pero antes de que pudiera empezar a lamentarse, fue Sasuke quien se inclinó hacia ella volviendo a juntar sus labios. Esta vez le tocó a Sakura sorprenderse ampliando sus ojos ante aquel contacto. Sin embargo, se olvidó de la sorpresa al notar los labios del chico moviéndose vacilante y torpemente sobre los suyos. Finalmente, Sasuke había encontrado qué hacer con sus brazos y los había colocado prudentemente rodeando la cintura de la pelirrosa. La conciencia de Sakura se quedó en blanco cuando comenzó a corresponder a ese beso que pronto dejó de ser vacilante.

Ella sabía que aquello estaba mal pero en ese momento no podía recordar por qué, ni quería hacerlo. Los brazos de Sasuke la atrajeron hacia él deslizándose por su espalda para pegarla a su cuerpo todavía más, instintivamente, y ella deslizó las manos desde su pecho hasta rodear su cuello y hundirlas en las negras hebras de su pelo -Kami cómo había deseado hacer eso-. Notó que de la garganta del chico se escapaba un gemido ronco y su agarre la apretó contra él.

En ese momento, Sasuke ya podía decir que conocía la razón por la que la gente querría unir sus bocas, al menos por que querrían unirla a la de Sakura. Sus labios eran suaves y se movían con los suyos con pasión. No sabía que deseaba besarla hasta que ella no lo había hecho, en ese instante había decidido que no quería que se alejara. Necesitaba probarlo, aunque al principio había mostrado la vacilación de la inexperiencia, poco a poco, el fuego que sentía recorriéndole las venas había tomado las riendas. Una pequeña vocecita en su cabeza gritaba algo así como "¡¿Qué mierda haces?!" con una sensación de que no debería hacer aquello, pero el roce del cuerpo de la chica hizo que desapareciera en un segundo.

Sasuke se movió con ella y la espalda de la pelirrosa volvió a topar con el borde de la encimera distrayéndola y haciéndole recuperar algo de cordura.

-No... no, para -musitó la pelirrosa empujándole levemente para apartarle.

-¿Te he hecho daño? -preguntó Sasuke con voz gruesa dejando de tocarla al instante. Parecía repentinamente preocupado por la posibilidad de haberla herido sin pretenderlo.

Sakura negó con la cabeza y lo miró con angustia. Él le devolvía la mirada con los ojos más oscuros que nunca, tenía las pupilas dilatadas, tanto que el iris era una línea fina de un tono menos de negro. Su pelo estaba revuelto y despeinado, sus labios enrojecidos como los de ella, y la cremallera de la camiseta abierta hasta la mitad del pecho haciendo que la prenda dejara a la vista uno de sus hombros, Sakura no podía recordar cuando se la había bajado. Se mordió el labio nerviosamente.

-...Yo no... Tú... -Sakura no sabía ni siquiera empezar a decir todas las cosas que estaban mal ahí. Sabía que había sido ella quien había iniciado egoístamente aquello y por eso mismo debía pararlo. Cuanto más alto volara, más dura sería la caída. Notó las lágrimas picar en sus ojos. Mierda. Sabía cómo habría acabado todo aquello, ella le quería, pero él solo le estaba ofreciendo unos cuantos besos de prueba sobre la mesa de la cocina. Él seguía siendo un oscuro vengador, aunque no había querido matarla eso no significaba que hubiera renunciado a sus planes. Y ella, ella le ocultaba demasiado... Si supiera cuanto le había mentido, cuanto seguía mintiéndole, no querría tocarla.

El albedrio de los condenadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora