Sobreviviendo

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Cada día que pasaba me sentía más miserable, podía sentir mis huesos, mis clavículas se salían, mis costillas por igual, pero me sentía satisfecha por haberlo logrado después de tanto.

Casi no podía pararme de la cama, el cabello se me comenzó a caer, las pestañas se me comenzaron a caer, casi no podía hablar sinceramente a mi familia ya no le importaba, sentía que a mí madre le daba lastima, no podía verme a los ojos.
Me sentí tan mal al ver que todos se habían alejado de mí por mis cambios de actitud, mi mal humor y mi apariencia, ver qué mi propia madre estaba tan avergonzada de mí.
Y hay fué cuando tuve el atracón...
Empeze a comer todo lo que encontré, las cosas de la nevera, la alacena, incluso salí a comprar comida, entre cada mordisco habían lágrimas callendo de mi rostro, había culpa y desesperación.
Y así fue como sin saberlo estaba acabando con mi vida, después de ese atracón caí en coma.

Prohibido comer...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora