Los personajes de Brave, Como entrenar a tu dragón, El origen de los guardianes y Enredados no me pertenecen, solo la historia que escribo con ellos y algunos OC's.
El ruido hueco de los pasos al caminar dando vueltas alrededor del gran salón era sonoro e inquietante, mala señal, pues su origen provenía de un hombre que solo se ponía así cuando algo seriamente lo perturbaba, cosa que muy pocas veces ocurría. Sentado en la mesa central del lugar se encontraba otra figura, en comparación con la anterior mucho mas tranquila. Este observaba a su compañero y con su mirada analizaba centímetro a centímetro el lugar en donde se encontraban, en la que no había estado desde hacía ya eones. Las paredes del salón eran kilométricas, altas como baobabs*, hechas de meteoritos caídos siglos atrás. La composición de aquellos meteoritos era tan extraña, que el color de las paredes cambiaba de tono cada cierto tiempo, emitiendo un brillo hermoso, hipnótico incluso. La luz de las antorchas colgadas en ellas hacían que el efecto fuera aun mas intenso. En las majestuosas columnas se encontraban talladas figuras astrales de todo tipo: Estrellas, lunas, soles... el diseño era realmente exquisito. El salón era de techo descubierto, gracias a ello era posible ver infinidad de estrellas salpicando el cielo negro, igual que diamantes en bruto. En el centro de la enorme cámara había una enorme mesa redonda, hecha con el mas dura piedra.
El hombrecillo sonrió con nostalgia. Nada había cambiado.
-¿Cómo puedes estar tan tranquilo en una situación así?- esa pregunta hizo que el hombrecillo saliera de sus pensamientos.
- Poniéndonos nerviosos no solucionaremos nada, sabes que no podemos evitar lo inevitable.- respondió el otro con expresión serena.
El hombre alto se paró y agachó la cabeza. Su hermano tenía razón, no tenía sentido ponerse hecho un manojo de nervios por algo que tarde o temprano llegaría.
-¿Y que propones?- preguntó a la vez que giraba la cabeza para mirar fijamente a su hermano.
Los dos eran completamente diferentes. Él era alto y bastante delgado, con una larga y fina barba de color marrón chocolate que le llegaba hasta el pecho, cabello del mismo color y ojos avellana. La expresión de su cara era de alguien que dentro de si guardaba mucho conocimiento y sabiduría, de alguien serio y responsable. Vestía una larga túnica blanca con adornos de color oro y piedras preciosas, gran evidencia de que era una persona muy importante. Consigo llevaba fuertemente agarrado un gran báculo, casi de su misma altura, el cual en la parte de arriba tenía una piedra de forma cuadrada de origen desconocido, pero muy preciado para su portador.
Su hermano, en cambio, era físicamente muy diferente a él. Este era bajito y regordete, no tenía barba y lo único que tenía de pelo en toda la cabeza era un juguetón mechón que se retorcía con cada movimiento que el hacía. En cuanto a vestimenta, el suyo era mucho mas sencillo que el de su hermano: llevaba un traje completamente blanco con algún adorno plateado, pero casi imperceptible. Tenía cara de bonachón y una sonrisa que le solía comer cara, aunque en esta ocasión se negaba a salir de su escondite, dada las circunstancias.
Nadie diría que fueran hermanos, mucho menos mellizos.
-No lo se. La sacerdotisa estelar fue clara con la profecía. El regresará, y con él traerá caos y desgracia, oscuridad y miedo. Por ahora solo podemos esperar.
La verdad era cruel y amarga, pero así eran las cosas. Nada podían hacer contra lo que se avecinaba, no otra vez.
-Podéis esperar... o contraatacar.
Los dos hermanos alzaron sus miradas con sorpresa. La voz provenía de una mujer que descendía lentamente desde el gran agujero del techo. Los hermanos se arrodillaron.
-¡Sacerdotisa!- exclamaron los dos con sorpresa.
La mujer le sonrió dulcemente. Tenía el cabello rubio platino que le llegaba hasta los tobillos, ojos azules claros, la piel de porcelana, labios finos y una belleza excepcional. Vestía una túnica de manga ancha con adornos color perla. Su presencia era imponente, su cuerpo irradiaba luz propia. Era majestuosa.
-Levantaos señores del sol y de la luna.- les dijo alzando las manos haciendo un gesto para que se levantaran.- Me alegro de volver a veros, aunque las circunstancias no sean las mas gratas.
Los dos se levantaron y dirigieron su mirada hacia ella. No había cambiado nada en siglos.
-Nosotros también nos alegramos de verte Estela.- contesto el hombrecillo.
-Veo que sigues como siempre Manny, y eso me alegra.- le sonrió esta.
-¿Qué has querido decir con que tenemos que contraatacar?- interrumpió el otro hermano.
Estela dirigió su mirada hacía el y hablo bien claro:
-La profecía es clara en cuanto el destino que nos espera y sobre nuestro enemigo. Lo conocéis bien, ya lo derrotasteis una vez.
- Aquella vez tuvimos mucha suerte, pero nuestro enemigo se ha hecho mucho mas poderoso de lo que nunca fue. Esta vez tenemos todas las de perder.
-Nunca ay que perder la esperanza, Eos.
La sacerdotisa se dirigió a los dos hermanos.
-Las estrellas me han hablado de una última esperanza que podría salvarnos a todos de la catástrofe, una nueva profecía.
Los señores del sol y la luna se sorprendieron al oír aquello ¡Aún había esperanza!
-¿Una nueva profecía? ¿y de que trata?- pregunto esperanzado Manny.
Estela empezó a recitar:
Cuatro serán los elegidos,
cuatro los reinos de los que provengan
muchas serán sus pérdidas
y muchos los retos que tendrán que afrontar.La llama se consumirá,
el hielo se derretirá,
el dragón se quemará
y la flor se marchitará.Cuando un trozo de cielo caiga
la oscuridad se cernerá
y solo entonces, los cuatro grandes aparecerán.
El miedo será su enemigo,
pero no han de temer
si no sus peores pesadillas cumplidas podrán ver.Y cuando todo parezca perdido los cuatro grandes se alzarán y con un gran sacrificio de la oscuridad nos salvarán.
La sacerdotisa terminó de recitar.
-Los cuatro grandes.... -susurro Eos.
-¿Qué crees que debamos hacer?- preguntó Manny.
-Debemos tener fe y esperar a que la profecía se cumpla, solo así podremos enfrentarnos a lo que se avecina.
- ¿y si él los encuentra antes que nosotros?
-No lo hará.- dijo segura Estela- Antes de que él, de que incluso nosotros los encontremos, se encontraran unos a otros.
Manny y Eos se tranquilizaron, si Estela lo decía es que era cierto. Ahora solo les quedaba esperar.
La llama. El hielo. El dragón. La flor. Algo grande se avecinaba.
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Holaa ha todos :)
Soy DreamerFirefly y acabo de debutar en Wattpad con esta historia que espero que os gusteee (y si no que se le va ha hacer, no se puede tener todo en esta vida :P). Os pido disculpas por las faltas de ortografía y os agradecería si comentarais acerca de la historia para ir mejorándola poco a poco. Muchas gracias y ¡Nos leemos luego! ;)
*Para quien no lo sepa el baobab es un árbol gigantesco, uno de los mas grandes del planeta.
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La profecía de los cuatro grandes
Adventure"Cuatro serán los elegidos cuatro los reinos de los que provengan...