—Nunca dejas de impresionarme humana. Inteligente, intimidante, fuerte... y sin duda alguna hermosa. Ya un año a pasado desde que me perteneces. Conoces este lugar como la palma de tu mano y aún así no has escapado. ¿Por qué?Tu revelación y pregunta de cierta manera me tomo desprevenida, aún más el que sintiera tu respiración en mi desnudo cuello.
—Tú lo dijiste. Mi vida te pertenece desde ese día.
—Lo recuerdas.
—Recuerdo cada palabra que me ha dirigido.
Creo que nunca dejaría de impresionarme de la velocidad de los demonios.
Obligatoriamente tenia que levantar mi cabeza para poder verte. Poder presenciar aquellos ojos felinos de los cuales se habían convertido en una terrible adicción de querer verlos en todo momento.
El silencio era paz para mi y el que tú estuvieras contribuyendo al silencio en ese momento me relajaba de una manera inexplicable.
Sentir nuestras respiraciones por la cercanía de nuestros rostros, y el escalofríos que recorría mi cuerpo por el frio tacto de tus manos en mi mejilla.
No existen palabras para explicar lo que sentía.
Y aun así nunca aparte mi mirada de la tuya.
—¿Y me pertenecerás sabiendo que podría matarte?
—Mi vida, mi alma, y todo lo que me hace ser lo que soy, te pertenece.
No sé que fue lo que me hizo caer ante él.
Pero no había vuelta atrás.
Nuestro pacto fue cerrado con aquel acto de unión de nuestros labios.
Pasión, deseo, orgullo, ambición, expresábamos en el beso.
Convirtiendo al rey de los demonios, Muzan Kibutsuji, en mi Judas.
Hola de nuevo mis bellxs lectorxs. 💖💫💖💫💖💫💖💫💖
Espero todos estén muy bien.
Pido perdón por no actualizar esta historia, estoy en shook en descubrir que no actualizo desde hace casi un año, no me lo puedo creer.
Pero aquí les traigo el capítulo. Espero les gustara. Y agradezco la espera y la esperanza, fe de la historia, muchísimas gracias.
Nos vemos luego. Y los quiero mucho.♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡
ESTÁS LEYENDO
ℍ𝔼𝕃𝕃 𝕃𝕆𝕍𝔼 [[𝙈𝙐𝙕𝘼𝙉 𝙆𝙄𝘽𝙐𝙏𝙎𝙐𝙅𝙄]]
Fanfiction𝘌𝘭𝘭𝘢 𝘦𝘳𝘢 𝘶𝘯𝘢 𝘫𝘰𝘷𝘦𝘯 𝘲𝘶𝘦 𝘧𝘶𝘦 𝘦𝘥𝘶𝘤𝘢𝘥𝘢 𝘤𝘰𝘯 𝘦𝘭 ú𝘯𝘪𝘤𝘰 𝘰𝘣𝘫𝘦𝘵𝘪𝘷𝘰 𝘥𝘦 𝘴𝘪𝘯 𝘪𝘮𝘱𝘰𝘳𝘵𝘢𝘳 𝘭𝘰 𝘲𝘶𝘦 𝘵𝘶𝘷𝘪𝘦𝘳𝘢 𝘲𝘶𝘦 𝘩𝘢𝘤𝘦𝘳 𝘦𝘳𝘢 𝘴𝘰𝘣𝘳𝘦𝘷𝘪𝘷𝘪𝘳. É𝘭 𝘭𝘢 𝘦𝘯𝘤𝘢𝘳𝘯𝘢𝘤𝘪ó𝘯 𝘱𝘳𝘰𝘱𝘪𝘢...