—¿Estás segura de que quieres hacer esto?—Cuestionó Carl una vez más, mirando a los ojos de la castaña.
—Por supuesto que si, nunca podré estar tranquila si no lo hago. Es por el bien de Mack y Beth—Admiro a ambos pequeños dormidos, estaban en medió de ambos jovenes.
Beth se aferraba al pecho de Carl mientras que Mack permanecía inmóvil, con una expresión graciosa. Carl observó al techo y suspiró, no creía que llegaría tan lejos. Aún recordaba ese día en Alexandria cuando creyó que iba a morir, luego todo se oscurecio. Escuchaba las voces de todos animandolo a seguir, pero no podía responder.
Ahora tenía más motivos para no rendirse, tenía hijos y a Melody, quien esperaba fuera su esposa si todo salía de acuerdo al plan.
Porque planeba pedirle matrimonio.
Habían llegado muy lejos juntos, no iba a detenerse ahora.
Melody no se arrepentia de haber tenido a sus hijos, admitía que se había asustado mucho, había llorado, pero Enid y Annie siempre estuvieron con ella cada segundo. Marlene le cuestiono una única vez, con preguntas simples "¿Es de Carl?" "¿Utilizaron protección?" La repuesta fue que si, pero al parecer había fallado, tal vez estuviera roto pero no se fijaron en esos detalles.
Ahora solo querían que ambos niños estuvieran bien y tuvieran la vida más normal posible.
—Partimos al medio día.
Melody asintió, veía a Carl tenso desde que decidió ir al Santuario y comprobar que era seguro y que todo estaba bajó control—Oye—Llamo—Estara todo bien.
—Eso no es lo que piensas, estas esperando que los Salvadores se equivoquen y poder matarlos—Melody no lo negó.
—No puedes juzgarme por pensar diferente a los demás. Ellos mataron a Glenn, Abraham y por poco también a ti, Rick...no puede pretender que olvidé eso, no mientras Negan siga con vida—Habló bajo para no despertar a los niños. Se había enfadado ya que Carl sabía porque lo hacía y lo que sentía, los odiaba a todos y cada uno por las mismas razones.
Se quitó las sábanas de encima y cubrió a Mack, tomó sus botas y se dirigió al baño a pesar de los llamados de Carl.
El suspiro, Melody era difícil.
Entendía su preocupación pero no aceptaba que quisiera matar a los Salvadores, solo quería que ella viera que habían cambiado algo, al menos que fuera más positiva con ese tema.
Rodeó a los pequeños con almohadas para poder levantarse sin hacer ruido.
Se dirigió al baño donde se encontraba Melody, tenía una expresión de enojó mientras se peinaba y quejaba. Se detuvo un segundo y paso su mano por la cicatriz en su ceja, aquella que le había hecho esa rubia en Alexandria. Dejó el peine y tomó el cepillo de dientes.
Carl se tomó un poco de tiempo, para darle espacio.
Apenas Melody dejó el bañó se chocó contra el cuerpo de Carl.
—No te estoy juzgando, lamentó si te hice pensar eso. Lo único que quiero es que los veas y sepas que cambiaron. El problema era Negan y ellos hacían absolutamente todo lo que el se decía, Negan no esta, esta encerrado y así es mejor. Los Salvadores siguen aquí y quieren crear vidas nuevas—Le explicó preocurando que entendiera, cuando Melody se enojaba no habían quien la hiciera entrar en razón.
Ella bufo.
—No tienes que aceptarlo, no ahora al menos, con el tiempo podras adaptarte a la idea.
—Es que no me gusta esta idea, algo me dice que las cosas saldran mal si ellos siguen aquí.
—Te prometo que estará todo bien—Tomó de los hombro a la castaña—Estaremos bien.
—Carl, ellos...
—Se que casi muero, pero no pasará otra vez. No los dejaré nunca más—Se hundieron en un abrazo, por unos segundos las preocupaciones desaparecieron siendo remplazadas por el amor que tenían el uno por el otro.
Melody susurró un "lo lamento" bien sabía Carl que ella no dejaría de pensar así, pero iba a intentarlo.
Por el, y solo quería que lograra verlos con otros ojos.
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Carl Grimes / RAMÉ / Libro 2
Mystère / ThrillerLos años transcurren luego del fatídico accidente. Melody crece y sobrevive protegiendo a sus dos hijos, Mack y Beth del mundo repleto de muertos y enemigos. Por supuesto ambos niños son como su madre. Quien describe todo a su alrededor como RAME. ...