Parte 3.

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Killer me enseñó, que nada dura para siempre, que todo va y viene, que nadie es eterno. La vida es así. Y sé perfectamente, que Killer se ganó sus pequeñas alas peludas con todas las de la ley, porque se lo merecía.

Recuerdo que un día yo estaba con mi bicicleta (ya habían pasado como unos tres días de la muerte de Killer) y recuerdo cuando mi madre me dijo que Killer era una estrella, que cuando me sintiera mal, mirara al cielo y buscara la estrella que más brilla, que ese era Killer. De repente me paré, miré al cielo y ví esa estrella tán brillante, en ese momento me puse a llorar. Me puse a llorar y empecé a gritar su nombre.

¿Sabéis lo más doloroso de todo esto? Que yo quería que volviera y nunca volvió, se fue... Se fue para siempre.

Cuando ya comencé a crecer mi madre me empezó a contarme cosas sobre Killer, cosas que yo nunca había escuchado de él.

Cosas como por ejemplo:

"Cuando eras pequeña, te ponía en el suelo, te tumbaba, y Killer venía a donde estabas tú, se tumbaba al lado tuya y te hechaba la pata por encima".

Y para mi lo más triste de todo esto es que yo no me acuerdo, me hubiera encantado vivir ese momento co él. Mi madre también me contó que cuando yo era recién nacida, Killer no dejaba que nadie se acercase a mi, tanto perros como personas, solamente para protegerme y que no me pasara nada.

Es increible que alguien te entregue todo su amor y cuando se va, deja el vacío más grande en el corazón.

Mi madre me contó como fue el último día de Killer cuando estaban en el veterinario.

" Recuerdo que estábamos ya allí, en la consulta. Killer no paraba de sangrar, el veterinario nada más verle dijo la frase más dolorosa, sabiendo que este momento, en algún momento tiene que pasar. "NO HAY SOLUCIÓN". En aquel momento lágrimas salían de mis ojos al no poder ayudar al gran compañero de vida que tengo delante de mi."

Mi madre me dijo que en este momento, que eres tú el que tiene dar el paso, eres tu el que tiene que dar el paso para que el deje de sufrir, porque el no lo hara por ti. Y es duro, muy duro... Lo sé, sé lo que es perder a un amigo que te ha acompañado toda su vida.

A si que mi madre dío el paso:

"El veterinario nos dijo que la única solución que había era sacrificarlo, fue muy duro Andrea, pero lo tienes que hacer tu, si no quieres verlo sufrir. Al fin de alcabo es un gran alivio para ellos. Asi que hice lo mejor para killer.

Los veterinarios le inyectaron lo que viene siendo como un líquido por vena para que se le pare el corazón."

" Yo estaba embarazada de tu hermano, entramos a la consulta tu padre, tus tios y yo, después de arreglar los papeles. Y allí estaba... El perro que me cambió la vida. El pobre ya no se podía mantener de pie, se le empezaban a cerrar los ojos... Yo me puse al lado donde descansaba su cabeza y el no hacía más que mirarme, y me volvia a mirar, y lo hacía otra vez de nuevo. Ahi supe, con mis lagrimas en los ojos, mis manos acariciandole y mi mirada con la suya, supe que se estaba despidiendo de mi, para siempre. Después me tuve que salir, pero tu padre y tus tios se quedaron con él."

Esto fue lo que me contó mi madre. Y me siento bien al saber que mi amigo de la infancia se fue acompañado. Muchos de ellos no tienen esa posibilidad, pero si os podeis quedar con vuestras mascotas en su último día, mejor, porque sino se irá solo. Sé que es duro, pero pensarlo... Mejor estar con él en su ultimo día, en su último aliento sabiendo que no se van solos, a estar arrepintiendote toda tu vida de no poder despedirte de él. LO más duro de todo esto... que se van para no volver.

Lo hecho de menos... No sabeís cuanto... Hay muchas veces que me imagino en como sería volver a tocar su pelo, a como sería jugar con él, como sería volver a mirar esos ojos de los cuales nunca olvidaré.

AMORES QUE NUNCA SE OLVIDAN.Where stories live. Discover now