The Moonlight (Taoris)

Capítulo 1

Mi hermoso y delicado Zitao entra por la puerta de este horrible lugar, tiene una sonrisa preciosa iluminada por el tenue reflejo de la luna. Su belleza angelical no es digna de este infierno en el que me encuentro.
-¿Como has estado, amor?- Me susurra tiernamente mientras me abraza.
-Mal, los doctores me ataron de manos y pies ayer y me sedaron.- Le digo tratando de transmitirle toda mi desesperación por salir de aquí.
-Pronto saldrás de aquí... te lo prometo.-
-Gracias por escucharme y comprenderme.- Le susurro después de un cómodo silencio abrazados.
-Recuerda amor... Ese es mi trabajo. Tu una vez prometiste protegerme, ahora me toca a mí... Pero te protegeré de mi mismo, de las consecuencias de una estupidez que cometí.-
No comprendía sus palabras por mi falta de memoria el día de hoy. Le dirigo una mirada confusa pero él solo me sonríe en respuesta. Luego me toma de la mano y me saca de ese lugar digno de llamarse infierno. Es extraño que salgamos y no vea a nadie cuidando la entrada. Normalmente me hubieran amarrado si me vieran haciendo esto.
-¿Nos vamos para siempre de ese lugar?
-Aún no, amor. Solo salgamos un rato, confía en mí y pronto saldrás de ahí para estar aquí conmigo.- Me asegura mirando a la nada. Eso me causa curiosidad pero opto por callar y confiar plenamente en él. Después de una corta caminata llegamos a un pequeño edén. Sí, era pequeño, pero sumamente hermoso. Con extensa vegetación... es como un sueño...
Irrealista. Mi vida diaria es tan notablemente contraria en sentido a los sentimientos y emociones que me causa ese sitio... Estar en este paraíso, con la persona que amo y con este ambiente de paz... Cuando siempre he vivido con esa sensación horrible de vacío, con un ambiente que no transmitía nada más que inseguridad y soledad. Sí, porque ni siquiera mis amigos eran capaces de llenar ese horrible sentimiento que tenía gracias a mis compañeros de orfanato y el abandono social que tuve.
Y lo peor es que que mi vida estaba reducida a cuatro paredes, varios doctores y un mínimo nivel de esperanza por salir de ahí.
Pero... Tao, solo él es capaz de cambiar mi mente pesimista... Justificadamente pesimista. Él es mi única fuente de luz en mi oscuro y deprimente mundo, la única persona que es capaz de sacarme auténticas sonrisas y en la cual puedo confiar siempre... La persona a la que amo.