TAEHYUNG pt-2

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Al llegar a casa observo que mi madre a llegado también y que Eun termina de cenar, mi padre pasa por un costado mío cargando algunas maderas que lleva al segundo piso e ingresa a las habitaciones.

Suspiro de nuevo, si sigo suspirando así, moriré por falta de aire en mis pulmones.

– Tae, cariño. Te dejé algo de carne y verduras para que cenes.– Escucho decir a mi madre désde la cocina.

Sonrío a su gesto y niego. – Comí en casa de Jimin, madre. Lo dejaré para mañana comerlo cuando me levante. ¿Sí?– asiento para mí mismo y antes de que ella diga otra cosa, voy rumbo a mi habitación no quiero que me vea llorar y se sienta mal y empiece a hacer preguntas que no quiero responder ahora.

Al entrar veo a mi padre clavando algunas tablas y colocando trampas de caza, lo miro extrañado entrecerrando los ojos algo confundido. ¿A caso se metería un león a mi habitación o quiere evitar que me lance désde mi ventana? Porque joder, mi padre en verdad estaba haciendo lo posible porque no entrara nadie o saliera yo, aunque si somos objetivos, la altura no era mucha así que no me mataría por saltar désde mi ventana. Niego soltando una risita y me siento en mi cama llamando la atención de mi padre quien voltea a verme y sonríe.

– Hoy será una noche interesante, hijo.–

Termina de colocar las tablas y se acerca a mí dejando un beso en mi frente y abrazándome tan fuerte que me hace sofocar.

– Eres mi amor, mi hermoso hijo. Te amo ¿Lo sabes, Taehyung? Te amo y siempre te amare.– Asiento algo confundido observando cómo sus ojos brillan, dándome la impresión de que desea llorar, quiero preguntar qué le pasa pero se que un hombre con su porte jamás mostrará sus emociones a quién no sea su pareja. – ¿Ya tomaste tus brebajes? No quiero que te sientas mal por la noche. Deseo que disfrutes la luna en su mayor esplendor.– Dice. Vuelve a sonreír melancólico y asiento.

– Sí padre, ya lo hice.

– Bien, entonces listo. A la cama y a dormir.

Le veo marcharse de mi habitación al tiempo que suena la primer campana y un nudo se forma en mi garganta. Trago el nudo fuertemente y sin quitar mi ropa entro en las sábanas empezando a llorar de forma quedita una vez me quedo solo mordiendo mi mano para evitar que los sollozos salgan de mi pecho. Aquella noche me recuerda a la primera vez que escuché del ritual de emparejamiento, tenía cómo ocho años y empecé a soñar con alguien subiendo por mi ventana y hacer lo que se supone que hacían, cosa que en aquel entonces no sabía que era y que ahora con mi edad, estoy muriendo lento rogando a la luna por quedarme sordo antes de la tercer campanada y no escuche la manera en que mi hermana se entregue a él.

La segunda campana suena y mi corazón se aprieta, sin poder evitarlo un chillido agudo sale de mis labios y por instinto desesperado cubro mi rostro para tratar de desaparecer y aparecer en otra dimensión dónde sea una nada en la perfección del universo.

Sollozo de nuevo, la pena en mi corazón me impide pensar siquiera en algo que me ayude a olvidarlo, pero todo lo que mi cabeza piensa es en él, en sus manos, en su boca, en su cuerpo y su todo, todo lo que es y lo que significa para mí. Sabiendo que en sólo un par de horas será de alguien más. Y entonces pienso, pienso en silencio y sin ningún sollozo más. Me debatí mentalmente las siguientes horas pensando lo que claramente era inevitable desde hacía mucho.

JiEun es la más hermosa mujer, me jode admitirlo, pero es la realidad, Jungkook sin duda será el Jefe de la aldea, uno muy fuerte y digno y su pareja será sin duda o debería ser la persona con más influencia en la aldea, influencia que ayuda a las personas a la confianza y que pueda y tenga la disponibilidad de amar a todos cómo sus hijos mismos y que claro, tenga herederos fuertes y sanos, herederos que enorgullezcan a la familia Kim y Jeon.
Sí, sin duda y aunque en verdad me joda la idea, JiEun es la indicada para ello.

Y en la soledad de mi habitación y con el peso del sueño en mis ojos, mi cerebro habla, habla dándome la mejor idea que ha tenido en años; Irme de servicio a otra aldea. Sonrío suavemente y por fin duermo.

La noche es fría, se escucha silenciosa y muy jodidamente tétrica, dormido logro escuchar el eco de la última campanada, abro mis ojos sintiendo un vacío en el estómago y agudizando mi oído, logro darme cuenta del asombroso silencio de la noche. Suspiro tembloroso y cierro los ojos nuevamente tratando de volver a dormir, pero un ruido fuera de mi ventana me hace abrirlos de golpe.

Ya es hora.

Suspiro de nuevo y vuelvo a cerrar los ojos apretandolos fuertemente tratando de ignorar los murmullos de afuera.. murmullos que ya he reconocido...

Es él.. ya está aquí.

Puedo escuchar el esfuerzo que hacen para mantener la voz baja y no llamar la atención de quien sea que esté en casa. Un golpe y una risa me indican que sí, realmente es él.. realmente es él..

Jungkook ya está aquí.

Y sin poder evitarlo, un sollozo se escapa de mis labios, cubro mi boca, aprieto los ojos y con la ansiedad carcomiendo mis entrañas, salí corriendo de mi habitación callendo en el transcurso por la prisa y desesperación que corría por mis venas. Sigo corriendo ignorando el dolor en mi rodilla raspada.

La cocina sonaba cómo mi mejor opción para esconderme, entrando a una de las alacenas de mi madre bajé la cabeza escuchando ruiditos en la parte de arriba. El silencio de la noche hacía muy claros los ruidos y estaba muy seguro de algo, en mi casa habían más de una persona y en ese instante mi corazón palito a gran velocidad con el nuevo temor que había surgido tan de repente en mí, con Eun casada, sería el único objetivo en la mira de cualquiera que deseara cargar con el prestigio de mi familia. Y sin importar mi estado de salud, seguro me harían su presa y eso para mí significaba algo maldita me mortal.

Unos pequeños ladridos me sacaron del temor, abrí ligeramente la puertilla de la alacena dejando entrar a mi pequeña bolita peluda, mi Yeontan.

Había pasado ya un poco de tiempo escondido que empezaba a dormirtar olvidando lo que afuera ocurría, sin embargo se volvieron a escuchar ruidos ahora más cerca que me empezaron a mortificar. Abracé tan fuerte a mi pequeño perrito que le saqué un ligero chillido que alertó a los hombres de afuera.

Cerré los ojos fuertemente en cuanto sentí la alacena ser abierta de golpe.

– Te encontré pequeño...

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⏰ Última actualización: Jul 14, 2023 ⏰

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