Prisión | yeongyu.

•O4•

A la mañana siguiente comprobaron que Soobin no había escuchado nada porque ni la campana de la cárcel ni los guardias pegándole gritos pudieron despertarlo. Resulta que se había robado una pastilla para dormir de la enfermería y solo espabiló cuando Yeonjun lo pateó fuera del colchón.
   
—Arriba, debemos esperar a que Taehyun nos mande una señal. Dijo que tendríamos a alguien como apoyo.
   
—¡Saldremos de aquí muchachos! —exclamó el menor de los tres lleno de optimismo.
   
Beomgyu se veía mucho más feliz y animado que antes por lo que Soobin supuso algunas cosas. Pero simplemente prefirió no preguntar y hacerse el loco.
   
Al final el también se alegraba de que el violento hijo de puta de Yeonjun estuviera allí.
   
Después de conseguir los implementos necesarios durante el desagradable desayuno que parecía más vomito que otra cosa se fueron al patio a esperar.
   
En cuanto Yeonjun notó a uno de los reclusos haciéndole una seña con el mentón hacia la pared del patio lo supo. En cinco minutos sonaría la alarma de la prisión.
   
El plan era más o menos así.
   
Taehyun y Hueningkai distraerían a los policías haciéndoles creer que entrarían a la cárcel a la fuerza, y mientras los reclusos fueran llevados a sus celdas como medida de precaución ellos saldrían libremente por la pared del patio.
   
Yeonjun siempre supo que los policías eran unos inútiles, lo único con lo que debían tener cuidado era que las cámaras no los captaran, para que se dieran cuenta tarde de que habían huido.
   
De eso se encargaría el hombre que les hizo la seña. Había sido contratado por Taehyun y obtendría muchos beneficios en prisión por una generosa cantidad de dinero; tan solo por cortar un par de cables y apagar unas computadoras.
   
Una vez que la alarma sonó Yeonjun, Soobin y Beomgyu corrieron a esconderse en las duchas. Esperaron a que la conmoción se calmara un poco y luego corrieron al patio despejado. Todos los reclusos estaban en sus celdas y los guardias estaban en la entrada combatiendo el falso allanamiento, tal como le había dicho Taehyun que pasaría.
   
—Vas a subir primero —mandó Yeonjun a Soobin— luego te pasaré a Beomgyu.
   
El más alto asintió a la orden y escaló la pared con los cuchillos que antes en la hora de la comida había robado de la cocina. De esa forma los otros dos tendrían de donde sostenerse para escalar.
   
Una vez arriba comprobó la altura y decidió bajar de la misma manera ya que era demasiado alto como para saltar.
   
—Ahora vas tu precioso —dijo Yeonjun impulsando a Beomgyu.
   
—¿Vienes detrás de mi?
   
—En cuanto te vea en la cima subiré yo.
   
Beomgyu asintió y empezó a escalar con todas sus fuerzas. No era fácil para él ya que sus manos no estaban acostumbradas a clavarse de manera tan brusca al cemento, pero varios minutos después llego a la cima.
   
—¡Ven Yeonjun!
   
Justo cuando lo dijo la alarma se detuvo.
   
Los policías se dieron cuenta de que la intrusión solo era un simulacro, Taehyun y Kai ya debían estar dando la vuelta a la prisión con la camioneta para buscarlos del otro lado.
   
—¡Baja con Soobin! —gritó Yeonjun al menor a la vez que se sostenía para empezar a subir.
   
Beomgyu sentía su corazón amenazando con salirse de su pecho pero siguió la orden.
   
Yeonjun empezó a sudar por los nervios y eso le complicó la escalada, cuando le faltaba la mitad escucho las pisadas de los policías aproximándose.
   
—Mierda.
   
Estuvo a punto de caer, pero enterró sus manos en el cemento hasta que brotó sangre de sus dedos y siguió escalando.
   
—¡Las cámaras no funcionan!
   
—¡Un preso está intentando escapar!
   
Yeonjun los escuchó entrando al patio, el sonido de las armas siendo portadas y las balas en su dirección.
   
Por fortuna él ya estaba en la cima.
   
—¡Se escapa se escapa!
   
Gritaron sin detener los disparos.
   
Jeon Jungkook estaba presenciando todo con una disimulada sonrisa desde el único motinor que servía en la sala de cámaras.
   
Yeonjun se estaba saliendo con la suya otra vez.
   
El azabache ni siquiera miró atrás cuando hizo el ademán de bajar del otro lado de la pared. Una bala le rozo el brazo y lo desestabilizó, por poco cae estrepitosamente, pero consiguió sostenerse con ambas manos en el borde del muro.
   
—¡Yeonjun dejate caer! —gritó Soobin desde abajo extendiendo sus brazos— ¡ahí vienen Taehyun y Kai, debemos irnos!
   
Yeonjun por un momento no se creyó que estaba dejando su vida en los flacuchos brazos de Soobin pero finalmente se dejó caer los tres metros y ambos cayeron al suelo. Beomgyu casi vomita cuando lo vió descender. Pero por lo menos Soobin estaba preparado para servirle de colchón.
   
Taehyun y Kai llegaron en ese momento.
   
—¡Suban suban suban! —gritó Taehyun en lo que Kai les abría la puerta trasera de la camioneta.
   
Beomgyu ayudó a Soobin con Yeonjun y lo metieron de un empujón a los asientos de atrás. Las patrullas se oyeron cada vez más cerca pero consiguieron largarse a tiempo, las ruedas de su confiable camioneta jamás habían chirriado tan fuerte.
   
Cuando los perdieron media hora después no pudieron evitar estallar en risas. Todos menos Yeonjun.
   
Había sido una locura.
   
—Woa, esta ha sido nuestra mejor persecución —Kai alardeó limpiandose el sudor.
   
—Casi me cago en los pantalones —dijo Soobin con una sonrisa de oreja a oreja.
   
—Segunda y última vez que los ayudo a escapar de prisión —reclamó Taehyun sin poder ocultar su diversión— esa también va para ti Yeonjun.
   
—Cierren la boca —dijo apretando los dientes— una bala casi me traspasa el brazo.
   
—¿Junnie estás bien? —Beomgyu no se había separado de él, lo sostenía como si ser testigo de su salto de fe lo hubiera traumatizado.
   
—Sí, mis manos sangran más que mi herida del brazo —admitió con sus manos tiritando llenas de sangre
   
Beomgyu sintió que se le bajaba la presión.
   
—¡Kang pisa el puto acelerador de mierda y llevamos a casa! —gritó a Taehyun, quien se limitó a obedecer porque Beomgyu nunca usaba esas palabras y ese tono de voz.
   
—Al fin iremos a casa —Soobin exhaló agotado, recostandose en el asiento.
   
Kai frunció el ceño viéndolo por el espejo retrovisor.
   
—¿Qué te pasó en la nariz?

Un poquito tarde pero aquí está el cap <3

No me convenció del todo ya que no he escrito a penas escenas de acción en mi vida, pero espero que tenga sentido xd

Mañana toca el último capítulo y pasado el extra ^^