𝕄𝕚 𝔾𝕒𝕥𝕚𝕥𝕠 ♥ 𝕄𝕖𝕨𝔾𝕦𝕝𝕗 ♥

𝔽𝕖𝕝𝕚𝕫

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Los empleados de la casa ya sabían que el omega del líder Suppasit estaba en cinta. Toda la casa olía a leche; Mew intentaba tapar el aroma con inciensos pero era inútil. Cada ricón de la casa olía a leche, especialmente su habitación. Gulf no había querido salir desde ya hace un tiempo, una que otra vez salía en la madrugada en busca de alimentos pero la mayoría del tiempo Mew se encargaba de llevar la comida al omega.

— ¿Cómo te sientes, Gatito? — pregunto mientras recorría las cortinas

— Bien... Solo que — soltó un pequeño suspiro y con ayuda de su esposo se sentó en la cama — tengo miedo

— ¿Miedo? ¿De que o quién? — cuestionó

— De no ser buen padre, nunca recibí el cariño de mis padres y tengo miedo — confesó

— Mi querido Gatito, estoy seguro que serás un gran padre y de que a esté cachorro nunca le faltará amor — respondió con una sonrisa

— Pero...

— Ambos haremos un gran trabajo para que a nuestro cachorro no le falte amor, yo los protegeré a ambos y seremos muy felices

Gulf abrazo al alfa y se aferró a él, se sentía feliz cada vez que abrazaba a su lindo esposo se sentía feliz, su alfa lo hacía feliz.

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— Anda, vamos. Yo te ayudo a cambiarte — mencionó con una sonrisa, tratando de quitarle la cobija al omega. 

— No quiero salir, solo quiero estar aquí contigo mientras me abrazas — habló

— ¿Por qué no quieres salir? Compraremos muchas cosas lindas — intento convencerlo

Gulf quitó la cobija de su rostro y vio fijamente al pelinegro, después negó levemente.

— No quiero ir, desde que diste el anuncio de que estaba en cinta la mayoría se me quedan viendo horrible y también dicen cosas feas — lloriqueo — No quiero que me vean feo...

— Gatito... ¿Por qué no me dijiste de esto? ¿Que es lo que dicen? — interrogó con su ceño levemente fruncido

— Dicen que no es tuyo. ¡Si es tuyo, solo he estado contigo! — exclamó mientras lloraba

Mew lo abrazó mientras acariciaba el cabello del castaño — Obviamente ese cachorro es mío, lo sé y nunca voy a dudar de tí

— También dicen cosas más feas... No quiero salir — se aferró al cuerpo del pelinegro

— ¿Y... Si, dejamos de fingir? — pregunto mirando hacia la ventana

— ¿Qué?

- Sí, ya no hay que fingir más. Lo único que he provocado con eso de fingir que no te quiero son rumores que solo te dañan a tí, se suponía que hacíamos esto para protegerte pero solo te he lastimado — soltó un leve sollozo mientras abrazaba a su omega — Todo esto es mi culpa

— Mewie, no llores... No es tu culpa — limpió las lágrimas del pelinegro — Alfa

— Dejemos de fingir. Yo tampoco puedo con esto, siempre quiero tomar tu mano, besarte, decirte cosas lindas enfrente de todos pero no puedo.... Dejemos de fingir, Gatito — pidió

— Eso me haría muy feliz pero... ¿Estás seguro?

—  Será lo mejor para nosotros y nuestro cachorro. Daré mi vida por protegerlos, Gatito — beso la mejilla del menor

—  ¡Salgamos! ¡Demostremos nuestro amor, alfa! — sonrió con felicidad mientras se paraba de la cama — Limpiemos esas lágrimas — dijo mientras limpiaba las lágrimas del pelinegro con la manga de su pijama

—  Deja te ayudo a cambiarte de ropa, Gatito. Recuerda que debes de tener cuidado, estás en el cuarto mes — habló

—  Ponme la ropa rápido, alfa — ordenó

Ahora más que nunca se encontraba tan feliz, nunca había estado tan feliz, bueno, a excepción del día de su boda, de su primer beso con el pelinegro... Y muchos lindos recuerdos.

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Una omega golpeó el brazo de la chica a su lado, está se quejó por el golpe, la omega señaló la imagen del castaño y el pelinegro riendo como dos enamorados.

—  ¿Qué le hizo? — cuestionó

— Hace apenas una semana que Mew ni siquiera le tomaba la mano y ahora hasta... Le da besos — hablo mientras observaba como el pelinegro le daba castos besos por todo el rostro al omega

— Se ven... Felices — Murmuró

— Creo que tu plan de conquistar al líder no funcionará — habló mientras se burlaba de su amiga

— Cállate.

Gulf quería gritar de la felicidad que sentía en esos momentos, Mew estaba siendo muy cariñoso. Lo único que le molestaba era tener varios pares de ojos encima de él y su alfa pero eso no le importaba en esos momentos, lo único importante era que al fin estaban demostrando el inmenso amor que se tienen.

— ¿Deberíamos comprar más ropa? — cuestionó

— Oh, no. Está será suficiente — señaló el pequeño morral que traía su esposo — Este... Uhm — balbuceó

— ¿Quieres algo en específico? — pregunto con una sonrisa

— ¿Podemos ir a casa? — señaló de manera disimulada las dos pequeñas manchas que tenía su suéter — Se esta tirando mi leche...

Mew se quitó rápidamente el abrigo que traía consigo y se lo puso al castaño para tapar las manchas mientras caminaban a su hogar.

— En la casa... ¿Puedo chupar? — cuestionó con un leve sonrojo en sus mejillas

Gulf miro con sorpresa a su esposo — Tú... ¿Quieres chupar aquí? — señaló su pecho

Mew asintió levemente — Para que no se desperdicié... Solo si quieres, no quiero obligarte

— Pero es para el cachorro, alfa — hablo de una manera avergonzada

— En estos momentos no está el cachorro con nosotros y esa leche solo se esta desperdiciando — dijo

— Entonces... Vamos a casa, rápido — sonrió levemente

Mew sonrió con felicidad mientras asentía, por fin podría probar la leche que llevaba viendo hace un mes como se desperdiciaba. Al fin hoy, esa leche no sería desperdiciada.

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