Resident Evil: The Mexican Way

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Sinopsis completa

Tú, al ser una chica de 17 años que aún no sabe qué hacer con su vida ni cómo ser en ella, escondes un poco tu lado natural; tu lado alegre, servicial y bromista pensando que puede parecer un poco tonto.

Siempre tratas de encontrar tu propio reflejo en otras personas como lo fue en ese momento Ada Wong en Racoon City. Empiezas, casi con obsesión a notar ciertas similitudes entre ustedes dos; tus ojos, aunque mucho más oscuros que los de ella eran del mismo color y forma gracias al complejo mestizaje de América Latina. Tu cabello, aunque naturalmente rizado como pequeñas alas de murciélago bebé y tan oscuro y opaco como el carbón, esa vez era tan lacio, brillante y corto como el de ella; tus habilidades, aunque muy por debajo de las de Ada, eran unos cimientos de lo que pueden llegar a ser si las perfeccionas; tu carácter aunque forzado, intentando ser fuerte, indiferente e inamovible como lo era ella. Y en consecuencia la empiezas a admirar.

Ada era todo lo que querías ser.

Pero mientras más tiempo pasas con Ada empiezas a flaquear. ¿por qué? ¿por qué quieres ser como ella si te generaba inquietud, desconfianza, y sobre todo, celos? Tú no querías sentirte así. Pensaste que esa inquietud que sentías eran celos. Que todo era por celos. Así que lo escondes, finges indiferencia y sigues adelante ¿pero cómo hacerlo después de Racoon?

Cada vez que te mirabas en tu reflejo, la veías. Veías a Ada dejándose caer al vacío. Veías y sentías la traición que les generó a ti y a Leon. Sentías su muerte aún sin haberla visto. Pero aquella noche, al mirar a tu alrededor fijamente con una nueva visión después de todo lo que viviste en Racoon City ahora en la comodidad de tu hogar y de tu familia, te preguntas ¿por qué finges? ¿por qué tratas de ser como alguien más? ¿por qué tratas de esconder el cariño, el cuidado, la protección y la alegría que quieres dar si la vida es para vivirla? ¿para hacer lo que quieras hacer? Esa noche estrellada, después de haber llorado con libertad por primera vez y no sentirte avergonzada de sentir tu rostro caliente y humedo con la mano de tu hermano sosteniendote como nunca antes lo había tenido que hacer, te diste cuenta de algo.

No.

Ada Wong y tú no se parecían en nada. Ada, aún con el color de tus ojos nunca hubiera podido igualar tu mirada de amabilidad, alegría y confianza; Ada aún siendo excepcionalmente fuerte nunca hubiera podido igualar tu resiliencia y energía por hacer lo correcto; Ada aún aunque hubiera resguardado nunca hubiera podido igualar tus sentimientos de protección incondicional hacia la familia y amigos; pero sobre todo, Ada aún aunque hubiera querido, nunca podría igualar tu manera de conquistar a la muerte con una sonrisa.

Porque sí, al diablo la muerte mientras la vida nos dure, porque esta es la manera en la que se hacen las cosas en México.

[…]

Soltaste un jadeo silencioso cuando tu cabeza se asomó sobre la barandilla viendo el desastre sangriento que habías dejado. La cancion de Luis Miguel aún reproduciéndose fuertemente en tu cabeza a diferencia del silencio sepulcral que había en el lugar, burlándose de tu inconsciente y haciendo que te preguntaras si en realidad habías hecho lo que hiciste. Pasaste saliva con tanta dificultad que casi te cuestionabas si estabas tratando de tragar pinole y sentiste la penetrante pero sorprendida mirada de Leon sobre ti, con escopeta todavía en mano; y una risa que juraste sentir no haber escuchado en mucho tiempo brotó de tu garganta.

Un sentimiento de euforia se expandió por tu cuerpo tan rápido como olas rompiendo contra la costa y tan intenso como la marea de un huracán. Tus manos agarraron la barandilla y sacaste la mitad de tu cuerpo, levantando ambas piernas en el aire y balanceando tu cuerpo como pescado fuera del agua. La barandilla crujeó bajo tu peso, pero no te importó. Tu fusión de palabras en spanglish con un fuerte acento latino que te hubieran avergonzado en otro momento brotaron de tus labios, dirigidos al manojo de sangre y músculos esparcidos por el suelo.

Resident Evil: The Mexican Way [Leon S. Kennedy]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora