prólogo

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Narra Emilia:
El sol debería ya estar alumbrando la ciudad de Cipolletti, pero no estoy segura, ya que ahora me encontraba en un avión al lado de mi mamá y mi papá, ellos consiguieron un trabajo muy prometedor en Japón y aún que me dolió dejar mi hogar y a mis amigos sabía que ellos habían aceptado ya que querían una mejor vida para mí y más ahora con lo que sucede en mi país, estabamos al principio de una dictadura, solo espero que mis amigos estén bien, pero al mismo tiempo me emociona lo que pueda encontrar allá.

Mamá: ey hija, tenés sueño? -preguntó mi mamá y asentí-

Ella se sacó su campera y lo puso atrás de mi cabeza y me dormí.

Horas después

Xx: mi nena, levantáte ya llegamos, dale mi amor, despertáte -dijo sacudiendome levemente-

Emilia: si pa, está bien -dije y me cargó mientras en la otra mano libre llevaba una valija y mamá llevaba las otras dos y cargaba un bolso-

Sé que se pueden estar preguntando ahora, ¿cómo es posible que se vayan a vivir a más de 18,000 km de su país con solo 3 valijas y un bolso? Pues mi papá y mi mamá estaban experimentados en el arte de la magia y me prometieron que cuando cumpla seis años me empezarían a enseñar.

Llegamos a la casa después de unos 45 minutos en taxi y al llegar la casa era preciosa ya quería ver el interior, bajé corriendo y apenas entramos los tres creo que hablo por todos que habíamos quedado maravillados por el interior era muy diferente a lo que estabamos acostumbrados pero no le quitaba la belleza.

Un año después
Mi familia y yo llevamos un año viviendo en japón y aunque me costó me logré adaptar muy bien, estaba en el receso comiendo la manzana que mamá me mandó en un tuppersito y ví no tan lejos a un niño, era pelinegro y usaba una camisa celeste, y unos pantalones de tirantes y unos zapatos de vestir, me decidí a acercarme y pude sentir unas miradas sobre mí, volteé y eran unas niñas de mi aula y si las miradas fueran fierros (pistolas, armas) entonces ya tendría unos cuantos tiros en la cara.

(Es que todos acá sabemos que el Jotaro viene enamorando pibas(chicas) desde bebé)

Pero me chuparon un huevo y me acerqué.

Emilia: hola -saludé y saqué un sanguchito de huevo- querés?

Xx: si vienes a molestar mejor lárgate -dijo serio y matandome con la mirada-

Emilia: che bajá un cambio nene, yo solo te ofrezco por que creí que tenías hambre pero sino querés jódete -dije algo molesta de que me trate así cuando traté de ser amable-

Pero me jaló del brazo y tomó mi muñeca acercando mi mano con el sanguchito y le dió una mordida.

Y de ese encuentro empezaría mi historia con esta extravagante y problemática familia, y todo empezaría contigo, Jotaro Kujo, mi Jojo.

10 años después
Han pasado ya 10 años desde que conocí a Jotaro y aunque me costó muchísimo me hice su amiga y hace un año es mi novio aunque no es muy cariñoso pero no importa yo sé que me ama y con eso es suficiente.

Estaba saliendo de la escuela y ya estaba anocheciendo, una de las cosas que amo de aquí es que el atardecer es digno de fotográfiar, en eso ví algo que me hizo reír levemente.

Era Jotaro dormido en el piso y apoyado contra la pared.

De mi mochila salió una de mis mascotas y era mi ratón, Cochi, se acercó a la cara de Jotaro y se dió vuelta, preparó su cola la estampó contra la cara de Jotaro despertandolo y Cochi volando a mis brazos.

Emilia: jeje Jojo, qué hacés durmiendo ahí? Vámonos -dije y lo tomé de la mano y traté de pararlo-

Jotaro: ya déjame, perra escandalosa -dijo amargado como siempre y se levantó-

Mi Amor Bizarro ★Jotaro y tú★Donde viven las historias. Descúbrelo ahora