Capitulo 2

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Me desperté casi al medio día, era sábado merecía despertarme tarde esa era mi rutina los fines de semana, había escuchado a Jess llamarme en la mañana pero me cubrí la cabeza con una almohada y seguí durmiendo a las horas baje a desayunar.


-Buenos días mama, buenos días Jess -Dije casi sin aliento, ellas respondieron igual.


Comienza la rutina levantarse cuando el ánimo esta por los suelos, decir ''buenos días'' cuando en realidad son malos, encontrarse con alguien es responder los ''¿Cómo estás?'' con un ''bien gracias'' por pura costumbre, porque en realidad nada está bien. De hecho todo está mal en mi vida, continuar el día, sonreír otro poquito para que duela más por el hecho de saber de qué nadie se da cuenta de que estas mal pero sigues.


-Ann te llaman al teléfono -Grito mama.


-Dame un segundo -No quería atender el teléfono sabía que si contestaba tenía que dejar de leer el libro que estaba leyendo...estaba tan interesante que no podía parar de leer pero me toco atender el teléfono.


-Hola -Conteste deseando que fuese alguien de poca importancia así no me tardaría tanto en el teléfono.


-Ann? -Ohh por Dios, era peor de lo que pensaba podía reconocer esa voz a kilómetros, su voz dulce... Era el, lo sabía, lo sentía.


-Si? Con quien hablo -Hice la que no sabía nada, la que no reconocía, la que no presentía.


-Soy yo Daniel, no me reconoces? Tan rápido olvidaste el sonido de mi voz?


-Ah tu... -Hubo un silencio absoluto a mí se me corto la voz, a él se le perdió.


-Si soy yo, como has estado? -Como era capaz de preguntarme eso, maldito cínico.


-Muy bien, excelentemente -No podía sonar más sarcástica joder!


-Enserio? Me alegro por ti-Ya no podía más, quería gritarle por el teléfono eres un maldito, pero a la vez se me oprimía el pecho no sentía mis piernas y es que era de esperarse estaba hablando con el chico al que tanto amaba, al que le entregue mis sentimientos, mi corazón y que hizo mierda, pura mierda con ellos.


-Yo? Siempre sonriendo ¿Por qué debería estar triste?¿y tú cómo vas? -Farsa y más farsa ''siempre sonriendo'' ni yo misma me lo creía.


-Que fácil te olvidaste de lo nuestro, que fácil me olvidaste.


-Pretendías que siguiera llorando por un cabron que solo me hizo daño? disculpa si te ofendí pero tenía que decirlo -Y faltaba más, me contuve.


-Veo que no estas de muy buen humor y no tienes que disculparte me lo merezco te llamaba para pedirte que nos veamos necesito que sepas algo.


-Está bien-Dios que había hecho Había aceptado verme con él, que iba a ser de mí?


-Mañana a las 7 en el lugar de siempre, aquel parque que frecuentábamos recuerdas?


-Si claro mañana 7pm en el parque, en la misma banca, Adiós.


-Le colgué antes de que dijera una palabra más, las lágrimas cubrieron mis rostro en segundos, aun no podía creer que había hablado con el que me había llamado a mi casa, su voz tan dulce y encantadora había entrado en mi cabeza sentía algo extraño dentro de mi tal vez sentimientos encontrados, lo único de lo que pude estar segura era de que aun a pesar de que lo odiaba por tanto daño, lo amaba.


Mi vida era un asco, como podía querer el chico que hizo desastres conmigo con mi vida, con mis sentimientos, con mi corazón.


Luego de aquella llamada trate de concentrarme en los compromisos del instituto pero su voz no dejaba de darme vueltas en la cabeza mi cerebro se esprimia de tantos compromisos y la voz de Daniel perturbando mis pensamientos termine dormida en la superficie de mi organizador y por alguna razón que no se amanecí en mi cama arropada, supuse que había sido mi madre la única que me amaba tanto como para velar por mis sueños.


Desperté ya era domingo por la mañana y lo primero que recordé al abrir mis pequeños ojos y ver la luz del sol por la ventana fue el... Daniel su dulce y extrañable voz diciéndome por el teléfono que necesitaba verme, fue tanta la delicadeza con la que me hablo que basto solo un segundo para transportarme al momento en el que solo eramos el y yo cuando nada podía afectar nuestra relación cuando todos envidiaban nuestra relación pero siempre llega alguien que quiere dañar y opacar la felicidad del otro y lo logro veanme aquí sin ningún rastro de felicidad por el rostro sin ningún tipo de emoción ni color.


Lo primero que hice fue dirijirme a la ducha una buena ducha de agua tibia me iba a ayudar cuando salí me sentía renovada, limpia, viva pero cuando me fui a cambiar y al detenerme frente al espejo mis ilusiones se fueron al retrete eran tan impresionante el grado de delgadez en el que se encontraba mi cuerpo que pareciera iba a desaparecer en cualquier o momento que porque? Cuando mi vida empezó a complicarse con todo el tema de Daniel, mis papas, la muerte de mi abuelo no pasaba bocado por mi boca y lo poco que lograba pasar lo devolvía a los instantes al principio mama trato de entenderme pero ahora no permite que no coma es lo que mas le preocupa, ahora debo decir que estoy recuperando un poco la carne que se adhiere a mis huesos pero aun así un esqueleto podría hacerme competencia


Después de cambiarme lentamente baje a desayunar ingeri un poco de fruta y zumo de naranja ayude a mi madre con los quehaceres de la casa y subí a mi habitación a leer el tiempo se me paso casi que volando como un ave en su estación y en menos de lo que pense mire el reloj y la eran las 6:30 debía darme prisa si quería llegar a tiempo el parque no quedaba muy lejos pero no iba a salir con mi pijama de ovejas y las enormes pantuflas de perro porque fue lo que me puse después de bañarme en la mañana a decir verdad mis pijamas son lo mas cómodo y suave del mundo y el echó de que me queden olgadas ocultan un poco mi desequilibrio metabólico en el cuerpo.


Pensé en ducharme de nuevo pero primero no me daba tiempo y segundo el clima esta un poco frío como para querer bañarme y resfriarme así que me coloque unos vaqueros claros con una camisa manga larga negra olgada y mis vans negros me reocogi el cabello rojizo que me llegada hasta la punta del trasero en una coleta me retoque un poco con compacto y colorete en las mejillas antes no necesitaba de esto el color en mis mejillas era innato pero con mi estado anémico actual era imposible que fuese igual di un vistazo en el espejo cogí un poco de dinero las llaves de mi auto y el móvil cuando mire el reloj eran las 7:15 tarde mas de lo que pense salí disparada como un rayo por la puerta subí al auto y conduci al ritmo de una canción de kesha cuando llego aparco el auto en unos de los parqueaderos del enorme parque y me dirijo a la banca a medida que me acerco voy detallando mas esa figura encorvada de buen porte y buen vestir que tanto había extrañado esperándome como en los viejos tiempos cuando estoy solo a pocos metros de el alza su mirada hacia mi y puedo notar un brillo en sus ojos verde esmeralda me sonrie y siento una pequeña oleada de calor adentrarse en mi ser se abalanza sobre mi y depósita un casto beso en mi mejilla con sus labios suaves como la piel de un durazno me separo instintivamente y lo miro con ojos interrogantes


-Que es lo que quieres -pregunto


-En primera verte extrañaba tus pequeños ojos deslumbrantes


-No estoy para alagos ahora dime que era lo que necesitabas decirme hace frío y quiero volver a casa


-Estas muy delgada espero que no te moleste que te lo diga pero tus hermosas curvas desaparecieron


Otro detalle que omiti la Ann que ven aquí fue la mas asediada por los los chicos de la escuela y hasta por chicas que habían cambiado su preferencia sexual también era el cuerpo envidiable de todas las chichas del instituto pero después de la depresión en la que caí esa chica desapareció y quedó esta flacucha lánguida


-Lo se no tienes porque recordarmelo sabes? Tengo espejos en mi casa y no creo que hayas venido para hablar de mi aspecto así que ahora dime


-Ann vuelve conmigo

-Fue la frase que salio de sus labios pude ver el movimiento en cada silaba que pronuncio y me congele, me paralize el frío había abandonado mi cuerpo no podía sentir nada ni frío ni calor la risa de los niños jugando al rededor desapareció las luces se hicieron mas opacas y por un instante mi corazón abandono su latir

RenacerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora