Potestad (Mairimashita Iruma - kun) Yaoi 18+

Sentimientos.

Buenos días!!!

Un día más de actualización, de verdad que no me haya pasado algo me sorprende luego tengo un buen de mala suerte XDDD

Quiero dedicar este capítulo a Mi Reina, ya que le iba a dedicar el anterior, pero no encontré su usuario para hacerlo, pero ya ni modo jajajaja esperemos que le guste la dedicación atrasada jajajaja.

Muchas gracias por leer, comentar y votar, me ayudan mucho a tener más ideas para mis historias y animarme a seguir subiendo capítulos.

Sobre todo a:

@YaoiForeverANever
@_Nanet_

Velen tres millones!!!

En fin, como ya es costumbre en mi, espero que disfruten en leerlo como yo al escribirlo.

Nota: dudas en los comentarios y en el siguiente capítulo las contesto.

Capítulo 5.
 

Iruma estaba preocupado, había pasado ya una semana y sus alas no volvían a la normalidad, ya no le dolían como al inicio, pero aun así no podía continuar con esas manchas, el tendría que volver con el creador en poco más de 2 meses y no podía llegar manchado, sin una pluma y con una sonrisa normal, sería un desastre. Sus compañeros lo verían mal, los ángeles lo odiarían de sólo verlo y el creador lo desterraría del cielo, aun recordaba el día que sacó a los ángeles que se le revelaron, ese día el cielo no fue brillante y perfecto, tampoco hubo música, los ángeles que no siguieron a Lucifer lo vieron con odio y desprecio, aun a la fecha hablar de él era tabú a pesar de que iba seguido al cielo por orden del creador, volteó a ver de nuevo sus alas y suspiró resignado, tenía que entender por qué se habían manchado y una vez todo fuera claro podría resolverlo.

Cuando iba a la bañera con el agua hirviendo, Opera no le gustaba que el agua tuviera esa temperatura, pero para Iruma era relajante además que era la única temperatura que podía calentar su cuerpo, él siempre había sido frío, vivir en el cielo no te permitía tener calor corporal así que sentir el agua hirviendo era algo que lo tranquilizaba. En ese momento cuando tocó el agua la sintió más caliente de lo normal, cosa extraña ya que él jamás se había “quemado”, vio su mano y estaba roja… era un tono diferente al de siempre, él tenía piel blanca y no importaba lo que pasara jamás cambiaba de tono, pero en esta ocasión sentir el calor del agua había logrado que se enrojeciera.

-       Narnia – llamó al perro guardián que estaba fuera de su puerta y esté entró de inmediato – necesito tu ayuda – el hombre de cabello largo y ojos penetrantes se arrodilló ante él y bajo la mirada, ya que estaba desnudo.

-       Lo que necesite – Iruma se acercó y tocó su mejilla sorprendiendo al mayor, Kalego le había contado que el ángel no tenía respeto por el espacio personal, ahora entendía a que se refería.

-       ¿Estoy frío? – el mayor sintió el toque y estaba frío, pero podía tolerarlo.

-       Sí – fue su simple respuesta, Iruma volteó a ver su otra mano y lo tocó de nuevo.

-       ¿Estoy frío? – el mayor no entendió, pero volvió a confirmar que sí, entonces el ángel tomó la mano del mayor y la colocó en su vientre haciendo que el perro guardián se sonrojara, pero que a su vez notara el cambio en la temperatura, sus manos si estaban frías, pero su vientre era un tempano de hielo, era imposible tocarlo más de unos segundos sin sentir que la mano se hacía hielo.

-       Esta helado – el menor vio con mucho miedo sus manos, ¿por qué tenía calor corporal?, eso debía ser imposible en un ángel, si él subía con ese calor al cielo acabaría congelado en tan solo 2 segundos, no podría tolerar las bajas temperaturas del lugar donde vivía – ¿quiere que caliente más el agua de su tina? – volteó a ver el agua y le salían burbujas de lo caliente que estaba, así que pensó que no abría algo más caliente que eso.