Cuarta Parte [Final]

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Y el príncipe Flint al sentirse querido ya no estaba enfadado, ya no estaba abatido, todas las tardes reía y jugaba mostrando a sus amigos lo alto que saltaba.


El rey Pucklebee le pidió su mano y él se la descosió y se la dio, muy ufano.

¡No me refiero a esto, cabeza de higo, lo que yo quiero es que te cases conmigo!


El príncipe Flint volvió a coserse el brazo y los dos se casaron a finales de marzo.

Y reinaron felices en Cajón de Madera, más allá del sillón, junto a la Papelera.


Fin.

El Principe FlintDonde viven las historias. Descúbrelo ahora