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¿Quieres saber?.
Bien.

Empecemos.

Eran ambos pequeños, no tanto, digamos que dos pre-adolescente... Un día de campo.
ambos exploraban mientras los demás comían y reían.

Entonces su prima encontró un lugar escondido entre unos arbustos y ojas, los dos se quedaron admirando con notable curiosidad, un simple empujón bastó para que Lucius se tornará de valor y cruzará primero, para luego ayudar a su amada prima ya que temia que se golpeara o rasgara su lindo atuendo.
Con precaución ambos veían un lugar completamente cerrado por algún tipo de arbusto el cual rodeaba como si fuera una pared enorme, cuidaba de un césped de color verde brillante, como si este nunca fuera pisado, escondido...

"¡Un portal!" mencionó Lucius cuando vió los árboles pequeños...

Pero parecían de muchísimos años.
Ambos se dirigieron a diferentes caminos a explorar, mientras que Lucius se llenaba cada vez más de curiosidad su prima se mantenía calmada y tranquila, después de todo ella era más grande y tenía que cuidar a ambos... O eso creía.
De un segundo a otro perdió a su primo de vista, lo llamó pero no contestaba, gritó, miró, lo buscó... Pero aún así no tenía ninguna noticia de él.

"¡vengan a comer!." gritó la madre de Lucius desde lo lejos.

El contrario aún no aparecía... ¿Que se suponía que debía hacer?.
Su corazón comenzó a latir con fuerza, ¿se cayó en algún lugar?, ¿se lo comió algo?... ¿Que pasó?... ¿Por qué?.

De pronto la tomaron del brazo y de un jalón comenzó a correr junto a su primo, este se encontraba rasguñado, transpirado, llorando, adolorido, sofocado... Y cuando salieron Lucius simplemente se derrumbó... No reaccionó, su prima gritó por ayuda y rápidamente los adultos llegaron corriendo a auxiliarlos, aunque nadie supo decir lo que lo atacó.
Lucius permaneció desmayado durante todo el viaje de ida al hospital, estuvo varios meses en coma hasta que finalmente abrió sus ojos... Y no supo explicar absolutamente nada, solo mantiene recuerdos de sueños extraños... Lugares inexplicables y a lo que el llama "la bestia".

— Lucius, ¿como amaneciste hoy?. — bajaba por las escaleras el joven con su mochila y uniforme preparado, saludo a su madre, abrazo a su tía y dejó que su prima le pusiera el collar "de castigo".— ¿tuviste una buena noche?.

— lo único que se, es que solo me duele un poco la espalda, Mami. — añadió con una sonrisa... Su madre miró a su hermana y ambas compartieron un gesto extraño, el cual Lucius no reconoció, ¿dolor?... ¿Felicidad?... ¿Asco?. — o-oigan... No me traten como loco ustedes... Por favor.

— simplemente se preocupan, pequeño, no te tratan como un loco. — añadió su prima entregándole un plato el cual estaba excesivamente lleno. — Lucius me habló de su salón y de los largos que son los pasillos.

— si, puedo correr tanto como quiera entre clases y nadie me mira raro. — con una sonrisa se sentó junto a su prima y comenzó a comer con sus manos, se le dificultaba usar cubiertos... Era algo normal para los demás, ya que el hambre a la mañana era insaciable, entonces nadie lo molestaba. — me perdí un par de veces, pero las personas allí son muy amables y el director me dio un mapa... Es confuso pero me sirve, ¡Ah!, y Oscar me llevó con director ya que no conocía absolutamente nada.

— ¿Oscar?. — preguntó su madre dejando de comer mirando al contrario rápidamente. — ¿quien es Oscar?.

— ¡uhh~, que rápido es mi sobrino!. — habló su tía animandolo con codazos suaves y empujones haciendo gestos comenzó a avergonzar al contrario dando a entender que creía que a Lucius le gustaba el tal Oscar... Cosa que era verdad. — ¿y cuando me lo vas a presentar?.

La Bestia Que Hay En Mi Donde viven las historias. Descúbrelo ahora