Gulf vivía en un pequeño pueblo rodeado de bosques. Desde muy pequeño, había sido alegre y cariñoso. Siempre se preocupaba por los demás, especialmente por Adela, su madre, quien era la pastelera del pueblo. Ambos vivían solos, ya que su padre, James Kanawut, había fallecido cuando él era apenas un bebé, debido a una rara enfermedad que solía afectar a los híbridos felinos.
Adela y James se habían enamorado locamente desde muy pequeños, y los 10 años que compartieron fueron como un cuento de hadas para ambos. Cuando Adela quedó embarazada, creyeron que sus padres explotarían de cólera, ya que aún eran muy jóvenes. Sin embargo, para sorpresa de ambos, sus padres solo suspiraron y los apoyaron. Lo que nunca esperaron fue que James cayera enfermo. Los médicos le dieron un tiempo de vida de unos días, pero aguantó hasta que pudo tener a su pequeño Gulf en sus brazos.
Dos noches después, mientras Adela lo abrazaba, James le dijo:
- Mi hermosa gatita, prométeme que cuidarás a nuestro Gulf y que pondrás todo de tu parte para ser feliz con quien venga después de mí...
- James... - El hombre acarició su rostro con una débil sonrisa.
- Prométemelo, Adela. Prométeme que te darás la oportunidad de amar una vez más.
- No puedo prometerte eso, yo no... - Con su débil mano secó las lágrimas que caían por las mejillas de su esposa y miró hacia la ventana.
«Gran diosa Selene... te pido que le traigas el amor verdadero a los dos amores de mi vida, que ambos encuentren a esa persona que los colmará de felicidad y amor.» Gulf comenzó a llorar, y Adela lo tomó entre sus brazos para arrullarlo, mientras James los observaba con una sonrisa y extendía su mano hacia ellos. Adela rápidamente volvió a su lado y James los abrazó.
Mis amores, los amo tanto y... soy muy feliz... de haberlos tenido en mi... vida - La voz del padre de Gulf se iba apagando poco a poco. Adela, que contenía sus lágrimas, se acercó y besó sus labios.
- Nosotros también te amamos... te amo tanto, James... te amo - Mientras sonreía, cerró los ojos y dio su último suspiro.
Esta pérdida dejó un profundo dolor en el corazón de Adela. Dolor que el pequeño Gulf intentaba curar con fresas.
Desde muy pequeño, Gulf comenzó a recoger leña y fresas en la entrada del bosque y se las llevaba a su madre. Nila, su abuela, un día le contó que sus padres se habían conocido mientras ella recogía fresas y él leña. Así que, en su inocencia infantil, pensó que llevándole leña y fresas a su mamá, ella sonreiría. Y así fue, porque Adela felizmente aceptaba la ayuda de su amado hijo sin conocer el trasfondo de sus acciones.
Cuando Gulf tenía apenas 8 añitos, su madre le pidió por primera vez que fuera a visitar a sus abuelos, que vivían al otro lado del bosque. Emocionado por la idea de ver a sus amados abuelos y caminar solo por el bosque, se puso su sudadera de capucha roja que su abuelo había hecho especialmente para él, tomo la canasta con los ricos pasteles que su madre había preparado y emprendió su camino.
La gente en el pueblo solía decir que por el bosque merodeaban lobos salvajes, pero sus abuelos que habían vivido gran parte de su vida en aquellas tierras decían que era mentira, así que Gulf se sentía seguro y tranquilo paseando por él.
Gulf amaba ir al taller de su abuelo y verlo confeccionar el atuendo que las parejas usaban las noches de luna llena en el día de su boda, podía pasar horas viendo el cuidadoso proceso de confección de las capas nupciales de los omegas, las cuales bordaba con un bello y delicado hilo plateado.
Era un momento mágico en el que Gulf y su abuelo formaban un vínculo único y especial, pero un día cuando llegó al taller le extrañó que este estuviera en completo silencio, entró sigiloso y algo nervioso, solo dio dos pasos cuando vio a su abuelo en su forma de gato tendido en el suelo sin moverse, corrió hacia él y lo tomo en sus brazos, el corazón de Gulf se detuvo al instante al notar que ya casi no respiraba, su mente se nubló por el miedo y la tristeza, no sabía que hacer más que gritar por ayuda.
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Mi lobo feroz ✔
FanfictionGulf, también conocido como ¨Caperucito¨ por su distintivo atuendo rojo, disfruta de una vida tranquila en las afueras del bosque junto a su madre. Sin embargo, todo cambia cuando se cruza con un lobo herido en su camino hacia la casa de su abuelita...