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«Ao no Exorcist no es de mi autoría, sólo juego con los personajes de Kazue Kato».

«Comisión para Mari, muchas gracias y me alegra que te guste».

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Dudaba que en esa cabeza hueca pudiera entrar algo de comprensión, anunció hace unos días que se iba a comportar por su hermano Mephisto y luego venía a molestarlo a puños, palabras y otras cosas más. A veces prefería que no llegara con esa actitud tan poco desinteresada para luego de la nada lanzar un puñetazo sólo para intentar provocar algo en él, por esa misma razón es que siempre estaba con la guardia en alto teniendo Amaimon alrededor dado que no sabía qué planeaba o qué iba hacer en menos de tres segundos.

En ese momento estaba mirando a la nada, con su mano en los labios, parecía concentrado en quién sabe qué rayos, sólo deseaba que no viniera a molestarlo tan seguido, si se aburría que fuera a molestar a Mephisto, sin duda le agradaba mucho más a Amaimon, pero no entendía qué hacía ahí con él. Guardó algunos útiles en su pupitre, buscando dentro una pluma, pero rápidamente se hizo para atrás puesto que lo vió como el puño se acercaba directo a su rostro. La velocidad era importante y antes de caer uso su mano derecha para evitarlo porque estaba seguro que Amaimon no pararía porque una vez empieza no para hasta aburrirse. Por lo tanto impulsándose dio un giro hacía atrás cubriendo su cara con su brazo derecho, sintió el siguiente puñetazo, su brazo libre se estiró para lanzar él mismo un golpe, pero fue bloqueado, bajó un poco su brazo del rostro sólo para bloquear otro golpe más engañoso y luego con este se atrevió aferrarse a la ropa del sujeto.

Teniéndolo del cuello de la camisa no lo soltó y ahora su mano derecha hizo lo mismo pasando por otro bloqueo, ya lo estaba conociendo, era alguien que parece un viento mañanero en el mar y una corriente de la nada llegará a tirar tu sombrero, es así Amaimon en su presencia, como si Rin provocara algo en esta persona que deseaba y alimentaba algo en su interior.

—¿Qué demonios estás haciendo? —Le exigió sacudiéndolo ahora que lo tenía por el cuello y podía hacer eso, pero no sabe cuánto tiempo podrá estar así porque es consciente que podría patearlo o abalanzarse sobre él para derribarlo con intensión de someterlo, cosa que él no hacía con Amaimon.

—No me sorprendes nada, quería ver si podía…

—¡Ya sé lo que dirás! Siempre es lo mismo contigo, ¿no te cansas?

El demonio acercó suficiente su rostro para que Rin apartará el suyo lo suficiente y así poder quitar las manos ajenas sobre su ropa y arrojarse sobre él. Okumura lo contuvo para que al arrojarse no rompiera el piso del salón, estaba agradecido que aun nadie había llegado a este porque sin duda que Amaimon se pondría atacar a sus compañeros para provocarlo, quizás el haberse adelantado fue una buena idea.

—Vamos, haz algo más —Acercó su rostro al estar sobre Rin, sus manos eran retenidas por las contrarias, de la nada Okumura lo abrazó con las piernas, entendió al instante el movimiento y estaba por cambiar la situación cuando la puerta del salón se abrió y los dos en el suelo voltearon a ver a la persona que se asombró de verlos.

—¡Godaiin! —Gritó Rin, planeó golpear a su medio hermano en el estómago y arrojarse sobre ese simple humano que interrumpió.

—¡Lo siento, no vi nada! —Cerró la puerta después de ese grito.

Silencio por unos instantes, Amaimon tampoco entendió la situación que aflojó su agarre tanto que su hermano también lo soltó.

—¡No es lo que crees! —Chilló apartándolo con fuerza para correr tras del humano, eso le hizo sentir un extraño sentimiento de fastidio que le hizo seguirles, usualmente acabada su pequeña diversión, para evitar el largo aburrimiento, iba en busca de Mephisto, pero ahora seguía a esos dos.

—No te preocupes, Rin —Escuchó al humano hablar, no puede distinguir en la voz algo, no es que le interese, pero la reacción de su hermano menor revelaba algo que le hizo prestar más atención y acercarse a ellos más.

—En serio te lo digo, no era nada de lo que estabas pensando, nosotros no tenemos ese tipo de relación, estábamos peleando y en realidad estaba…

—Sí tenemos —Agregó Amaimon sin más, provocando que los dos voltearan a verle, la expresión humana no le importaba, pero sí la del otro que parecía deformarse en indescriptibles sentimientos ante lo dicho, no entiende por qué si ellos sí tienen una relación familiar aunque lo intente negar.

Rin volvió su atención a Godaiin y le negó con las manos.

—¡No le escuches! ¡Te aseguro que no es así! Es más…

—Rin —Le cortó la plática y le sonrió amable—. Eres mi amigo, te aseguro que yo no te juzgaría por nada. Lo hice una vez, no lo volveré a hacer.

Podría haberse conmovido y abrazarlo, pero no era momento de eso, tenía que explicarle la maldita situación porque seguro podría pasar a ser tomado como una realidad y más con Amaimon confirmando algo que no tiene la menor idea de lo que significa.

—¡No lo es!

—Que sí.

—¡Cállate, pedazo de tonto! —Gruñó tomándolo de nuevo por las ropas y Amaimon hizo lo mismo en respuesta.

Godaiin sonrió ante la escena.

—Se llevan muy bien, eso es bueno.

Estaba jodido, sí, no había duda, no podía negarlo cuando el tonto de Amaimon se metió a la conversación sin saber qué tipo de relación estaban hablando.











Disfrute mucho escribirlo, agradezco la oportunidad para ello.

Realmente aprecio que se me diera la oportunidad para escribirla, espero que sea del disfrute siempre de la persona que me la pidió. ☺️💕💕

Larga vida y prosperidad. ~

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