🎸 : pateando piedras: jlaudio (√)

exijo ser un héroe.

‹‹tantos tipos brillando en las revistas, y yo no brillo ni en mi familia››

Días después, fue cuando volví a verte.

Suspiro y echo la cabeza para atrás, viendo el nublado cielo y cada vez preguntándome si debía venir o no, o si siquiera te vas a dar la molestia de aparecer para buscarme o no.

Ayer por la tarde llamaste a mi casa para decirme que si quería ir a verte, y de paso mostrarme tu nueva casa. Obviamente acepté, desde ese carrete en el que te dio esa tipo crisis que no te veo físicamente o sé en lo que andas.

Miguel intentó seguirte el paso con sus habilidades de detective y sus amistades, pero no logró mucho. Solo averiguó que vives en algún lugar cerca del centro. No sirvió de mucho en todo caso.

Así que aquí estoy, sentado en una banca en medio de una pequeña plaza rodeada de varios edificios de departamentos. No es feo. Quizás es porque pensaba que te ibas a quedar a vivir en algún barrio de mala muerte o algo así, pero la verdad es bastante lindo. No es como San Miguel, pero tiene un aire.

Tiene un par de árboles por aquí y por allá, unos juegos a la distancia y uno que otro auto estacionado en toda la cuneta.

Hace frío, me gusta el invierno pero odio el frío. Me encogó en mi lugar y me restregó las manos entre si, tratando de que se me calienten.

Es callado, no veo ningún niño cerca pese a que la plaza tiene juegos y que no es tarde, son como las cinco y tanto quiero creer. Bueno, ahora que miro más detalladamente cada departamento y a los viejos que están asomados en algunas ventanas, creo que no es muy difícil encontrar la razón de porque no hay ningún cabro chico aquí corriendo.

En los veinte minutos que llevó aquí sentado, han pasado como máximo tres personas. Empiezo a preocuparme.

Me empieza a entrar ese miedo que nace cuando algo está muy en calma, me empiezo a decir que debería irme y que te llame cuando llegue a mi casa para darte la explicación.

Sacó mis manos de mis bolsillos y me afirmó de la banca y me empiezo a levantar.

Sin embargo..

─Ya, rápido, súeltate toa's las monedas al toque ─me pasan el brazo por el cuello, volviendo a sentarme de golpe.

─Oye, ya, ya, tranqui, tranqui ─digo, levantando la vista, asustado pero después molesto al ver de quien se trataba.─Pesao' de-... ─te sacó de encima y te empujo.

Te empiezas a reír, pasándote por delante de la banca para seguir riéndote.─Oh, Claudio, ¿Qué pasó? ¿Tanto ha pasado que no reconoces mi voz? ─dices poniéndote la mano en el pecho, haciéndote el ofendido.