PARTE UNO. SOLO SOY UNA ROSA

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Siempre veía todo a mi alrededor, ningún detalle escapaba a mi percepción. Sin embargo esto era algo en lo que nadie se fijaba.
La gente entraba en esta sala, miraban a su alrededor pero no se fijaban en mi. Pasaban la mirada sobre mi como si yo no estuviese en la habitación.

Una vez tras otra, todos los días son exactamente iguales ¿o acaso eso no era así?

Otra persona entró en la espaciosa habitación y como todas las personas antes de él, paseó la mirada alrededor del cuarto. No es que fuese una habitación muy grande. Era una sala de recepción en una clínica especializada en fisioterapia y rehabilitación. Había una mesa con un sofá y dos sillones cerca de una de las esquinas, un televisor justo enfrente (de la que debería salir música, pero que siempre estaba tan baja que casi nunca se oía).
Unos cuantos carteles en las paredes y finalmente un mostrador tras el que se sentaba el recepcionista de ese turno.

El hombre (debía tener unos 45 años) se levantó al oír su nombre y se encaminó a la sala de rehabilitación.
A pesar de no poder seguirlo conocía lo que había tras aquellas puertas. Un par de camillas, bastantes maquinas especializadas para la fisioterapia (desconocía sus nombres) y muchos más objetos.

Y luego estaba Matthew, el fisioterapeuta. Y con él estaría Esther, su ayudante.
Trabajaban cinco personas en la clínica, aunque únicamente eran tres los que trabajaban a la vez. Matthew junto a Esther o Carol las cuales eran sus ayudantes. Luego estaban Devol y Leslie. (Adoraba a Devon). Estos eran los recepcionistas.

Volví al presente al volver a oír como se abría la puerta tras pasar la hora que le correspondía al paciente.
Todos los días sin excepción eran absolutamente iguales. La misma rutina.

Se hacía tan aburrido al pasar los días.

Devon salió de detras del escritorio y de acercó a mí, o bueno lo que se supone que ahora era mi cuerpo, una rosa, una bella rosa roja. De hecho si no fuera por Devon estoy seguro de que me amustiaría y moriría (no por primera vez).

La primera vez que morí (yo era humano por ese entonces) volví a renacer como humano, incluso seguía siendo un chico (no poseía recuerdos de anterior vida, eso vino mucho más tarde).
La segunda vez renací como una chica, he de decir que era muy mona, delgadita, no muy alta, rubia y de ojos azules pero morí muy joven, el día de mi 18 cumpleaños. La tercera vez fui otra vez una chica, muy opuesta a mi anterior apariencia. Piel bronceada, cabello muy oscuro y ojos dorados. Muy sexy. Morí a los 27 años.

¿Alguna vez llegué a los 40 si quiero o a los 30? No lo recuerdo.

Volví a renacer tres veces más como humano. Chico, chica, chico respectivamente. El primer chico era asocial y tenía muy pocos amigos, era guapo, pero lo escondía tras ropas anchas, gafas y un flequillo que me tapaba media cara. La última chica en la que renací era muy normalita, cabello castaño ondulado y ojos marrones, mi altura también era del monton 1'60, tenía un novio que me adoraba y grandes amigos.  Morí de cancer con tan solo 20 años. Muy triste. Y finalmente mi última vida humana, un chico, como en mi primera vida. Era sexy, aunque no era muy extrovertido que se dijese. Tenía el pelo rubio oscuro y unos increibles ojos grises. Mi cuerpo estaba repleto de tatuajes y piercings y un novio increiblemente sexy. He de decir que esta muerte fue muy honorable, quiero decir que morí protegiendo a mi novio de una puñalada. El me odio después de esto y lloró tanto ante mi tumba...

Al morir esta vez, recordé cada una de mis vidas, imagino que sería porque ya no podría comunicarme con las personas a mi alrededor.
Renací como un gato, un gato que mi novio adoptó. Tuve más tiempo junto a él, es decir hasta que volvi a morirme y ya no volví a saber nada de él. Nunca más.

Luego fui un águila, recuerdo que era increible podrer surcar los cielos. Tan relajante. Hasta que volví a morir.  Fui un lobo, una mariposa, una liebre (no fue muy agradable) y finalmente una rosa. La vida que vivo ahora. Muy aburrida.

Todos los días eran iguales. Y al contrario que siendo humano u animal, nadie me prestaba atención. Devon era una excepción, a este chico le encantan las flores. Él me trajo aquí y si no fuera por él, ya habría acabado otra de mis vidas.

¿Cuantas veces más iba a renacer? ¿Esta era mi última vida? Cada vez que renacía tenía los mismos pensamientos al fin y al cabo no iba a renacer una y otra vez por toda la eternidad ¿o si?

No lo creía. De hecho me aterraba que mi última vida pudiese ser esta. Como una rosa, ojala pudiese ser como un humano otra vez.

Matthew y Esther salieron de la habitación y se reunieron con Devon. Ya sería la hora del cierre. Es decir, ya se acabó el día para mí hasta la mañana siguiente.

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⏰ Última actualización: May 20, 2023 ⏰

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EL FANTASMA RENACE EN LA ROSADonde viven las historias. Descúbrelo ahora