IDEWEB ✧ SUNGJAKE

O2.

Dos semanas habían pasado desde que la fiesta de bienvenida se llevó a cabo, y en cada uno de esos días Jake nunca dejó de buscar a ese chico misterioso que apareció de la nada y de la misma manera se fue. Incluso había iniciado un plan para encontrarlo; "el chico guapo de antifaz" era el nombre que recibía y solamente sus amigos lo sabían.

Bueno, sus amigos y media universidad a la que le preguntó sobre el chico pelinegro dueño de sus sueños, con el paso de los días se preocupaba por no encontrarlo, el recuerdo de su esencia estaba desapareciendo, el recuerdo del tacto que tuvo con sus labios también lo hacía, incluso su voz estaba empezando a borrarse de su memoria, pues ese día en la fiesta no había grabado eso en él.

Posiblemente parecía un niño tonto buscando a una persona que jamás en su vida volvería a ver, pero él no se quería rendir así de fácil, no sin saber el motivo por el que lo había besado de esa manera aquella noche, Jake nunca le coqueteó, aunque en realidad él no sabía cómo hacer eso, ¿y si había sido parte de una apuesta?, algo así como "quien bese al bobito de allá gana", y ese pensamiento lo desconcertaba aún más.

Porque, aunque tratara de negarlo, su subconsciente le decía que ese chico pelinegro no era así y peor aún, con solo recordar ese íntimo momento el corazón de Jake corría apresuradamente sin ser él capaz de detenerlo. Quizás, solo quizás, su hipótesis del "amor a primera vista" era cierta, pero quería comprobarlo encontrando al causante de su estado actual.

Esa mañana Jake se encontraba de camino a un nuevo salón de su universidad, su malla curricular era extraña pues a pesar de ir en la misma carrera y semestre que Sunoo, Ricky y Soobin, todos tomaban por lo menos un curso distinto. Por ello llegó solo a un aula lleno de chicos y chicas al parecer mayores que él, se sintió tan pequeño por estar solo y por parecer menor, sin embargo, no dejó que eso lo doblegara y caminó hacia uno de los asientos disponibles.

No tardó mucho para que el maestro les diera una pequeña introducción de lo que implicaba el curso y se disculpó por las semanas perdidas, pero había sido un problema de logística. Como en todo inicio de ciclo escolar debían presentarse con sus compañeros, acción que aún le causaba problemas al menor.

Iniciaron un par de chicas lindas que hablaban con total naturalidad, como si eso fuera cosa de todos los días, daban datos básicos para no perder mucho tiempo. Cuando fue el turno del menor se sintió algo cohibido, pero tomó un respiro y se armó de valor.

– Me llamo Jake, Shim Jake, soy estudiante de primer grado, estoy en el 101, mucho gusto.

Se abrazó internamente al no tartamudear y después de recibir un aplauso por parte de todos los presentes volvió a su asiento, después de él prosiguieron más alumnos, hasta que llegaron con alguien particularmente extraño, vestía una gran sudadera color negro, unos jeans algo sueltos y unos tennis blancos, pero se le hacia raro el hecho de que llevara puesto un cubrebocas si desde el ciclo escolar pasado ya había la posibilidad de asistir a la universidad sin ello.

No le prestó atención y solo escuchó a su compañero hablar, al parecer era muy conocido pues todas las chicas soltaron un chillido al verlo ponerse de pie así que intuyó que ya era de otro grado.

– Buenos días – comenzó sin bajarse aún el cubrebocas – perdón por no dejar ver mi rostro, pero estoy recuperándome de un resfriado y no puedo faltar a clases.

– Oh, no te preocupes – contestó el maestro.

– Gracias, mi nombre es Park Sunghoon, alumno del 201 de arquitectura, estoy para lo que necesiten.

Después de recibir aplausos también y muchísimos suspiros, tomó asiento.
Así pasó la ronda de presentaciones y el maestro dio inicio con su clase, hicieron algunas actividades de diagnóstico y se tomaron otras tantas participaciones, hasta que nuevamente llegaron a una parte que no le gustaba mucho a Jake, hacer equipos, en este caso, binas. Si estuvieran ahí sus amigos no habría tanto problema, pero ahora no era así, estaba completamente solo.