WARS OF HEARTS

CHAPTER FOUR : Driftmark

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❝ Driftmark ❞

Dragonstone no era un mal lugar de hecho era genial, desde que habían llegado, su padre se había vuelto más unido a ellos, los entrenaba y les enseñaba Valyrio, pero aún así al primogénito del matrimonio Velaryon—Targaryen se le veía muy decaído. Y eso preocupó a sus padres por lo que ambos decidieron enviarle una carta al rey pidiéndole que reconsiderara el matrimonio entre su hijo y la princesa Helaena.

El corazón del príncipe Corwyn Velaryon se había quedado en King's Landing junto a su princesa a quién extrañaba mucho al igual que a su tío. Había enviado cartas para Helaena y Aemond desde el momento en que llegaron a Dragonstone, pero nunca recibió respuesta de ninguno de los dos.

Pero a pesar de su tristeza, el joven príncipe no había dejado su entrenamiento y sus clases con el septon, tenía una responsabilidad muy grande sobre sus hombros, sería el próximo rey de los siete reinos después de su madre y debía de demostrar que era dignó para ese puesto.

(...)

Corwyn esperaba junto a sus hermanos en uno de los salones de Dragonstone. La tensión era palpable; sus padres habían sido llamados por los guardias para recibir unas cartas y no habían regresado desde entonces.

— Niños, necesito decirles algo. — La voz de su madre rompió el silencio. Rhaenyra entró en la sala, agachándose hasta quedar a la altura de sus hijos.

— ¿Qué sucede, mamá? — Preguntó Corwyn al notar que los ojos de su madre estaban enrojecidos, como si hubiera estado llorando.

— Su tía Laena falleció mientras daba a luz a su bebé. En unos días iremos a su funeral en Driftmark. Su padre está muy afectado por la noticia, así que intenten no molestarlo por el momento. Él necesita procesar esta terrible pérdida. — Dijo Rhaenyra con voz temblorosa.

Corwyn sintió un nudo en la garganta. No había conocido mucho a su tía, pero las pocas veces que convivieron, ella demostró ser una gran tía y una buena persona. No podía imaginar el dolor que su padre debía estar sintiendo en esos momentos.

Rhaenyra continuó, tomando las manos de Jace y Luke mientras hacía una pausa significativa. Corwyn, con el corazón acelerado, comprendió que había más malas noticias por venir.

— Pero no solo ella falleció —dijo su madre, con la voz cargada de dolor—. Ser Harwin murió en un incendio en Harrenhal, junto a su padre.

Jace y Luke comenzaron a sollozar inmediatamente, refugiándose en el abrazo de su madre. Corwyn, en cambio, quedó paralizado, incapaz de procesar lo que acababa de escuchar. Ser Harwin no era su padre, pero había sido un guardia leal, un mentor y un amigo que siempre le había dado buenos consejos.

Rhaenyra miró a su hijo mayor, notando su inmovilidad, y le hizo una seña con la mano para que se uniera al abrazo familiar. Con lágrimas brotando de sus ojos, Corwyn asintió y, lentamente, se acercó a ellos, sintiendo el calor y la protección del abrazo de su madre.

El dolor por la pérdida de Ser Harwin era profundo. Recordo que siempre Ser Harwin compartía con él, historias y enseñanzas que lo hicieron sentir seguro y querido. Ahora, sin duda el mundo era cruel por arrebatarle a alguien tan querido por él.

Después de un rato, Rhaenyra se levantó, cargando a Joffrey en sus brazos que había empezado a llorar. Miró a sus hijos con ternura y tristeza, sabiendo que debían ser fuertes juntos.

— Vamos a superar esto, mis pequeños dragones. Seremos fuertes y honramos la memoria de aquellos que hemos perdido. — Les dijo, tratando de infundirles valor.