Mi Rey (NamJin)

2. El comienzo de todo

El primer contacto de ambos príncipes, fue en ese momento que se saludaron, el menor en brazos de su madre con solo una horas de haber nacido.

Después de un tiempo, su majestad Kim GongYoo regreso a su reino dejando a su esposa e hijo en el reino vecino, donde eran invitados de honor para celebrar el nacimiento de los nuevos príncipes.

Las reinas eran muy buenas amigas desde que eran más jóvenes, por lo que mientras el pequeño Namjoon jugaba y los bebés dormían, disfrutaban el té casi todo el día.
Y así comenzó su relación. Con el tiempo, cada tantos meses, el príncipe Namjoon y su madre, la reina, visitaban el reino vecino Moon. El pequeño era muy curioso en relación con los pequeños mellizos que dormían mucho, según él. Namjoon ya no podía esperar más para que crecieran lo suficiente y jugaran con él.

Cada día de vacaciones, cuando los niños del reino salían de clases por verano e incluso Invierno, los Kim de Night viajaban a ver a sus amigos, pero sobre todo, porque el pequeño Nam rogaba con poder volver a ver a sus pequeños amigos, quienes también lo esperaban ansiosamente su llegada. Y, con el tiempo, su mayor deseo se hizo realidad: los pequeños comenzaron a caminar y comunicarse.

Las reinas veían a un pequeño Namjoon de 5 años perseguir al par de herederos de 3 años: Kim SeokJin y Kim JiSoo.

-¡Los atraparé!- gritaba el mayor mientras los otros dos corrían por todo el jardín y gritando por ayuda en modo de juego. Ambas mujeres sonreían en ternura por ver a sus hijos jugar juntos.

- Namjoon cada que viene es más y más grande- comentó la reina ShinHye - Como todo un buen Alfa - sonrió.

- Si, igual que su padre - respondió Go Eun. -¿Y tus pequeños? ¿Aún no muestran señales? - hizo el atrevimiento.

- Aun no - respondió antes de volver a tomar otro sorbo de su taza de té - Aun queda un año, a los cuatro lo sabremos. Un año más para que solo sean mis pequeños, sin tener que pensar aún sobre qué pasará después. - sonrió para si misma la reina, aunque se le borró rápidamente al ver a SeokJin caerse mientras corría y soltar un fuerte llanto casi al instante.

Ambas reinas se levantaron casi corriendo para auxiliar al pequeño, pero grande fue su sorpresa cuando vieron al mayor alzar de sus brazos a Jin, para que se reincorporara. Sacudió con sus manitas el pantalón manchado de barro y limpió sus lágrimas.

- Ya ya, shhhh, fue un accidente - dijo el pequeño para calmar el llanto del menor.

- Ya ya - se acerco la princesa y acarició la cabeza de su hermano para consolarlo. - Vamos por galletas, nana hizo de chocolate -

Jin asintió llevando su manita derecha para quitar las últimas lágrimas qué caían por sus ojitos, mientras que con la otra mano tomó a Namjoon, este le sonrió por el tacto y correspondió el agarre, caminó con él hasta sus madres quienes los esperaban en la mesa del té. Amaban ver que sus hijos fueran tan buenos amigos.

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Los meses pasaron, y con ellos el cambio de estaciones. Namjoon de 6 años coloreaba en la mesa uno de esos nuevos libros para niños que vendían en el reino. El gran invento de la imprenta por fin pensaba en los niños y le habían regalado su primer libro de dibujo donde podía colorear.

El pequeño Jin y su hermana Jisoo igualmente dibujaban, aunque con menos precisión qué el mayor, sus colores salían de las líneas de los personajes sobre papel.

- ¿Qué traerá santa este año? - preguntó Jisoo mientras pintaba de rosa una jirafa, pues pensaba que se veía más linda de ese color.

‐ Pediré dulces ‐ contestó su hermano quien pintaba con emoción la imagen de un sol sonriente.