Episodio 11

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Al escuchar su tranquila pregunta, sentí que las vagas dudas que tenía mientras pasaba por la agitación de hoy se hicieron más claras. Aun así, cuestioné la realidad que no podía creer.

—Yo... ¿Omega?

—Sí.

—Oh, estoy seguro de que leí antes, incluso si un Omega es un hombre... puede quedar embarazado...

—...

—¿Tiene sentido? ¿Cómo...?

—...en la página 16.

Volteando al librero, encontré un diagrama estructural del pene de Omega. Al observar que tenía un segundo órgano sexual, un útero conectado al recto, yo palidecí atemorizado.

—Eso es ridículo. No puedo tener algo así en mi cuerpo.

—Sí. Creo que tu cuerpo sigue siendo el mismo. Tal vez sea porque no ha pasado mucho tiempo desde que te manifestaste.

Me vino a la mente la imagen Yi Han mirando entre mis piernas. Mi cara se calentó con la sensación de estar desnudo de nuevo.

—No, no puede ser. Nunca había oído hablar de esto. Nadie a mi alrededor... m-mi madre es simplemente una persona normal, y mi padre...

Excepto por algunos recuerdos de la infancia, sabía muy poco sobre mi padre. Mi madre y yo lo hemos olvidado, como si nunca hubiera existido. Ensimismado al final mis palabras, Yi Han me dijo, como si no fuera gran cosa:

—No lo sé, y definitivamente eres un Omega. Pero todos los Alfas de hace un rato ponían sus ojos en blanco por tu olor.

Él estaba diciendo la verdad, pero me sentí resentido con él porque me sentí como si me hubieran ejecutado. Después de arrancarme las puntas de las uñas durante mucho tiempo, pronuncié con voz aguda.

—... ¿Es por eso?

—¿Qué?

—¿Todos eran tan malos conmigo porque olía a Omega?

Es una pregunta que me salió del corazón, pero Yi Han solo sonríe.

—¿Qué tontería estás diciendo? Si hubieran sabido que eras un omega, ¿todo el mundo te habrían dejado solo?

—¿Y si no me dejan en paz?

—¿No se te ocurre nada? A pesar de que casi caes en esa situación, ¿no puedes comprender? Hay muchos Alfa que piensan que está bien meter su polla y hacerlos mierda. Si estás derramando feromonas como lo estabas haciendo, ni siquiera puedes protestar aunque te den una paliza. El Alfa agresor insistiría en que él es la víctima.

—... Entonces, ¿lo sabías todo este tiempo? Que soy Omega... masculino.

—Sí.

—¿Cómo? Lo has sabido desde la primera vez que me viste.

—Por el reloj que te dio Seo Yi Jun.

—...por eso?

Como tenía una expresión tan sombría en su rostro, por reflejo escondí la muñeca donde estaba el reloj detrás de mi espalda.

—Pero, ¿por qué Seo Yi Jun no te dijo nada? Carajo, su novio anda por ahí sin saber nada. ¿Significa que no le importa si estás en problemas?

—¿Qué...? ¿De qué estás hablando de repente? Yo, yo no soy novio del profesor. Y el profe...

—¿Profesor? Já. Conociste a Seo Yi Jun en ese trabajo voluntario, ¿verdad?

Incluso un lobo atrapado en una trampa sueña con cazarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora