Happy birthday, daddy #2

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Louis alejó su miembro de la boca de su pequeño, se hincó hacia a él y lo tomó con fuerzas de las mejillas besándolo con desesperación. Ambos cayeron en el colchón, se acercaron al cabecero de la cama y Harry se apoyó en el.

—Papi, fóllame por favor. —exigió el rizado al separarse, deslizando su suave mano en el abdomen de su Papi con travesura, finalizando su recorrido en la notoria hombría del mayor.

—Ponte en cuatro y alza tu culo— le ordenó, no sin antes otorgarle un beso cortante en los carnosos labios de su esposo.

El menor obedeció sumiso y se tumbó boca abajo, con las rodillas dobladas y su culo alzado, exponiéndose ante el castaño. Louis se relamió los labios con lujuria al observar la diminuta entrada de su esposo y le brindó un fuerte azote. Después, apoyó sus rodillas en la cama y agarró el lubricante del cajón de la mesa de noche, para luego esparcirlo por los dedos y en el miembro. Después, arrojó el pote por algún rincón de la habitación y comenzó a introducir dos dedos en la entrada de Harry.

—Papi, no me lubriques —dijo con algo de descaro, con la cara pegada a la almohada.

Louis lo miró de reojo y frunció en el ceño con confusión.

—¿Por qué no, bebé? —preguntó.

—Yo...uhm...q-quiero que duela —confesó con cierto  nerviosismo, volteando sus rostro con dificultad para poder observarlo.

Louis agrandó los ojos sorprendió y sonrió pícaro, le dió otro fuerte azote y se adentró sin cuidado. Sabía que su niño podía ser muy provocador, pero últimamente estaba pasándose el límite.

—¡Mmh!—gimió con fuerzas ante la inesperada acción de su esposo, con sus dientes clavando su labio inferior y sus ojos sufriendo por inmensas lágrimas de dolor.

—¿Estás bien, amor? —preguntó con cierta preocupación, agarrando las nalgas de Harry y amasarlas a gusto.

—S-si, papi, m-me encanta —contestó algo agitado.

Louis comenzó a moverse con velocidad, haciéndolo estremecerse en una fuerte y brusca embestida, chocando su pelvis contra los blanquecinos glúteos de Harry, haciéndolos rebotar por cada choque de pieles.

—Estás tan apretado, princesa...

—Ah, ah, ah, mhm —Los gemidos eran leves y lentas, pero eso no quería decir las embestidas le dolían. Sin embargo, Harry podía ser un gran masoquista al pensar que el fuerte ardor en su agujero le gustaba.

A medida que pasaba el tiempo, las crueles y feroces embestidas se volvían mucho más placenteras, haciendo gemir al rizado con gusto, causando una gran melodía en los oídos de Louis.

—Eso precioso, gime más alto —ordenó Louis, agarrando fuertemente las caderas del rizado y  azotándolo sin parar sus movimientos.

—Ah! papi! sí! sí! más! —gimió con fuerzas, abriendo la boca y con sus ojos clavados en el techo.

Harry, de un momento a otro comenzó a lagrimear de excitación. Sus manos apretando las sábanas blancas para mantener su equilibrio mientras que su barbilla apoyaba el colchón, y con sus rostro alzado. Harry ya se encontraba ido, con su mente delirando en otro paraíso. Sin embargo, la única cosa en el que se encontraba con conciencia eran sus fuertes gemidos pidiendo por más. En ese momento no le importaba perder la dignidad ante sus vecinos, ni mucho menos gemir sin piedad. Pero de alguna manera tenía que presumir con el hombre que estaba. La cosa era así.

Louis, en cambio, estaba ido. Respirando fuertemente por la boca mientras clavaba con su azulada mirada el cuerpo de Harry, soltando gemidos y jadeos constantemente. Él embestía al rizado sin parar, con desesperación y con fuerzas. Sentía el delicioso placer recorrer en sus partes cada vez que enterraba el precioso agujero de su bebé.

HAPPY BIRTHDAY DADDY [L.S]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora