Oye, ¿Tú Eres La Omega De Mi Amiga? {ChaeLisa}

013

-Pero, ¡No te vayas!- Seungmin agarró el brazo de Rosé con fuerza.- Por favor, ¿No puedes intentar llamarla o algo?.-

-Es que no puedo.-Murmuró sin mirarle a la cara.-Lo siento mucho, no debería haberla ignorado.-

Seungmin suspiró, miró a la omega y le dirigió una sonrisa tranquilizadora.

-No te preocupes pequeña, seguro que está bien.- Dijo atrayéndola a un abrazo.- Mi hija es fuerte seguro ya está volviendo a casa.-

Y justo cuando dijo eso el Omega mayor visualizó a un hombre bajo y fornido al lado de...

-¡Lalisa!- Salió corriendo hacia su hija.

Rosé se guró exclamada y al no saber que hacer giró su vista hacia su pelirroja amiga.

-¿Y ese quién es?-

-Yeji, no es momento para preguntar eso no ve-Se quedó mirando fijamente.- ¿Quién es ese?-.

Rosé no iba a mentir, no le hacía gracia que ese enano estuviera tan cerca de Lisa, pero que iba a decir al fin y al cabo ella había hecho que se fuera.

-¿Quién es él Lili?- Seungmin colocaba los cabellos despeinados de su hija.-

-¡Ah¡, Papá, este es Changbin, es un amigo de la universidad y sus padres le echaron de casa, ¿Se puede quedar con nosotros?- Preguntó mirando con complicidad a Changbin que le sonrió.

-Bueno, si tú confías en él entonces yo también.- Sonrió el omega.- Voy a dentro cuando queráis cenar avisadme.-

-Me gusta tu padre.-

-Te vas a llevar una ostia bien grande Seo.-

-Ya, ya era broma amigui.-

La alfa miró mal al beta por el apodo.

-Era sarcástico alfa amargada.-Rodó los ojos.- Por casualidad, ¿quiénes se suponen que son esas?- Señaló a Yeji y Rosé.

Lisa se quedó mirándolas unos segundos y luego meneó la cabeza.-No sé, vamos a dentro.-

El beta se encogió de hombros y siguió a la alfa adentro de la casa, pasando al lado de las omegas sin mirándolas un poco de reojo, pero disimulando un poco.

Rosé al ver pasar al beta y a la alfa sin ni siquiera mirarlas hizo que soltara un gruñido involuntario.

-¿De qué te quejas ahora?, sabes que esto ha pasado por tu culpa.-Dijo cruzándose de brazos.-Ojalá y se hagan pareja para que te des cuenta de que no puedes hacer como si no conocieses a tu destinada solo porque te "daba vergüenza".- Hizo comillas con los dedos en la última frase.

-Yeji cállate, me voy a mi casa.-

Empezó su ruta habitual hasta su casa, si es que se le puede llamar así y cuando llegó empezó a escuchar la música habitual.

Gritos y más gritos.

Prefirió ir al garaje.

Cuando entró fue hasta un trozo de pared que aunque no sé notaba sobresalía un poco.

Agarró el sobresaliente y empujó hacia sí haciendo que una especie de puerta diera paso a una especie de habitación secreta repleta de estrellas dibujadas por todos lados.

Entró, cerró la puerta y se tumbó en el suelo.

Allí no se escuchaban los gritos, todo era paz y tranquilidad.

Giró la cabeza y vio una almohada, no le costó mucho identificar que tenía aroma de la alfa que seguramente había perdido por culpa de ella misma.

Giró su cuerpo hacia el lado contrario e intentó dormir.

Dormir en el hueco de la pared del garaje era parte de su rutina diaria en realidad.