Will abre los ojos con dificultad y no al primer intento. Está en una habitación espaciosa y luminosa, en una cama moderadamente blanda con sábanas blancas. Una ventana ligeramente entreabierta deja entrar el refrescante aire del mar. No parece un hospital, pero sigue teniendo un extraño sabor a medicación en la boca, y a su lado hay un soporte de suero salino, un fino hilo que termina en una aguja clavada en el brazo de Graham. Tarda alrededor de un minuto en comprenderlo todo, en conectar las piezas de la memoria entre sí en la secuencia correcta. Hannibal. El Dragón. Sangre a la luz de la luna. El acantilado. La caída. Hannibal. Hannibal. Hannibal.
Cierra y vuelve a abrir los ojos lentamente, medio dormido, y entonces es como si fuese inundado con agua helada, se sienta en la cama, tirando a un lado la manta, y en un segundo de pánico examina su cuerpo rápidamente, como si esperara encontrar pruebas de que Hannibal le ha cortado algo del cuerpo para comérselo con una expresión de éxtasis bíblico en la cara. A primera vista, todo parece estar en su sitio, y Will incluso encuentra fuerzas para reírse de su estupidez.
Está bastante pálido y delgado, y también tiene muchas cicatrices. Se rasca la mejilla y descubre otra.
Se levanta, se acerca lentamente al espejo, se mira un momento y luego desvía la mirada hacia la ventana. Desde arriba puede ver el mar y un pequeño muelle pesquero. Will vuelve a echar un vistazo a la habitación y, al ver una pila ordenada de ropa junto a la cama, decide ignorarla. En lugar de eso, coge la sábana blanca, se la echa por encima como si fuera una tela escocesa y sale de la habitación.
Descalzo sobre el frío suelo, baja las escaleras. El suelo no cruje, no da señales de su presencia. De la cocina llega el crepitar del aceite en una sartén y el ruido de las verduras al picar; Will sigue el sonido como un viajero que se acerca a la salida de una cueva y se detiene en la puerta de la cocina, apoyando el hombro en el marco. Hannibal, con camisa blanca y pantalones claros, delantal y el pelo ligeramente despeinado, termina de cortar la ensalada y se acerca a la cocina para volcar la carne sobre ella. Graham contempla la imagen con avidez, ya sea tratando de mantenerla más tiempo en su memoria o preguntándose si es real o sólo otro delirio de una mente inflamada en los últimos momentos antes de que su cuerpo caiga al agua o a las rocas.
El olor a carne asada le hace relamerse los labios resecos, pero algo sigue atormentando a Will.
—¿Todavía tengo todos mis órganos dentro de mi cuerpo?—pregunta, y Lecter se estremece apenas perceptiblemente, mirando en su dirección y congelado durante tres instantes.
Por fin aparece una sonrisa en su rostro y su mirada se torna acogedora.
—Sí—responde—. Nunca te haría eso, Will.
Will suspira, entra en la habitación y se frota la cicatriz de la frente con el dedo, mirando alrededor de la cocina.
—Supongo que tendré que creer en tu palabra.
Hannibal sonríe, manteniendo su mirada en él como si temiera que si aparta la vista, Graham desaparecerá inmediatamente en el olvido. Will se acerca lentamente a la mesa, cogiendo una manzana del jarrón, pero sin morderla, sólo mirándola. A Lecter le recuerda a Abigail.
—¿Hemos muerto?—pregunta Graham.
—En cierto modo—Hannibal coge un cuchillo para cortar zanahorias. Mira al hombre vestido con una sábana como un griego antiguo—¿Esto te parece el cielo? ¿O quizás el infierno?"
—Se siente...—pasa la yema del dedo por la cáscara de la manzana, como si estudiara su textura—diferente—elige por fin la palabra adecuada y levanta la mirada, mirando a Lecter. Éste le sonríe. Will vuelve a poner la manzana en el jarrón—. Como un sueño.
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Long live Will Graham (Hannigram)
FanfictionWill descubre que Hannibal está enamorado de él. Esto le hace replantearse muchas cosas sobre su viejo amigo y sobre sí mismo. La verdad y sus consecuencias. . . . . ACLARACIÓN: esto es una traducción de una historia en ao3, pueden encontrarla ahí c...