- ¡Hakuji-San! ¡Hakuji-San! ¡Por favor! ¡Aguanta un poco más! Por favor!Una joven Alfa de 18 años, caminaba sobre el hielo cristalizado en pequeños copos, que caían con suavidad en el piso donde ya todo estaba cubierto por la misma, la nieve era manchada por un líquido carmesí y con un olor metálico, nada más ni nada menos que la sangre del omega que llevaba en su espalda, su prometido. Sin embargo, al caminar simplemente recordó el origen de toda esa tragedia.
-"Hakuji-San! Hakuji-San! Vendré pronto, tú sigue entrenando, volveré después con las verduras para la cena!" - La joven muchacha simplemente sonrió al momento de aproximarse a la salida de su cálido hogar con una canasta vacía, después de todo no era la primera vez que salía a recolectar verduras, era algo de todos los días para ella-
-" Bien, te veo después amor, cuídate mucho!" - Mencionó con alegría aquel omega joven de ojos azules, pestañas de un rosa pastel cambiando casi a un morado, y un cabello negro bastante corto, terminando la tarea de limpiar todo su hogar, pues su suegro estaba ocupado limpiando el lugar donde habían entrenando antes-
Koyuki caminó por un cendero que conducía por la montaña, recolectando las verduras en su canasta mientras cubría lo mejor que podía su nariz enrojecida por las bajas temperaturas, pero después de todo haría cualquier cosa para que su amado prometido no tuviera que pasar por eso y comiera saludable.
Por lo general la Alfa nunca había tardado tanto en volver, pero realmente se le hizo tarde, pues la noche ya estaba empezando a caer, cuando vio a una mujer algo mayor, que le dijo que se quedara en su hogar, pues era peligroso volver de noche. La joven Alfa aceptó luego de varias insistencias de la mayor, agradeciéndole por permitirle quedarse bajo su techo por esa noche.
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- "Koyuki se esfuerza tanto, a pesar de que es una Alfa su cuerpo es pequeño y débil, pero si intento ayudarla se enoja conmigo, jaja!" - Aquel chico oji azul reía con las mejillas rojas, pues el frío ya estaba ingresando a su pequeña casa al caer la noche-
- "Mi hija solamente quiere que estés bien, seguramente cuando ambos estén casados ella te cuidará y amará con su vida." -- Dijo un hombre un poco mayor de cabello negro y los ojos bastante achinados, parecía como si siempre tuviera los ojos cerrados, pero portaba una sonrisa cálida en su rostro todo el tiempo -
-" Humn... "- El menor simple soltó un quejido de disgusto, mirando por la ventana mientras su suegro preparaba la cena-
- "¿Pasa algo pequeño Hakuji?" - Preguntó el mayor terminando de preparar el udón, viéndolo bastante extrañado, pues el omega no solía tener esos comportamientos -
- "Koyuki aún no vuelve..." - Dijo con un tono de tristeza, pues no solía separarse tanto tiempo de su amada Alfa, se sentía muy triste al no estar con ella tanto tiempo -
- "Tranquilo pequeño, quizás se le hizo tarde y volverá mañana temprano, no te preocupes." - Dijo sirviendo el udón en los tazones, viendo algo cabizbajo a su yerno, sabía que él era muy pegado con su hija y claro que tenía un motivo, pero le partía el corazón no poder evitar que se entristeciera-
Pronto, después de la cena el mayor propuso ir a entrenar para que se despejara un poco, sin embargo, ese fue el momento de la tragedia.
Mientras ambos entrenaban como su costumbre un horrible chirrido de la puerta del dojo abriéndose captó su atención, la persona que estaba ahí era un hombre alto, de cabello negro y unos ojos carmesí bastante inteso, por lo que el omega fue a caminar hacia él.
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ღ❉⁎𝑴𝒊 𝑳𝒊𝒏𝒅𝒐 𝑫𝒆𝒎𝒐𝒏𝒊𝒐⁎❉ღ (𝙺𝚘𝚢𝚞𝙷𝚊𝚔𝚞) 🌸❄️
Fanfictionღ❉⁎-_-_--_-_-🌸❄️-_-_--_-_-⁎❉ღ Esta historia cuenta de cómo una pareja feliz de una alfa y un omega vivían tranquilamente en su hogar junto a su suegro, pero no todo era color de rosas, pues cuando Koyuki vino de la montaña con unos vegetales encont...