Primer Encuentro

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Si hace un siglo me hubieran dicho que podría tal vez escapar de mi destino como un simple soldado de mi Creador me hubiera reído a carcajadas de su ignorancia. No había posibilidad de que algo así fuera a suceder...




Hasta que alguien me derribó en el suelo de aquella mansión. No era un Celestial pues todos estaban fuera esperando órdenes o estaban en el primer piso de la mansión pero a estas alturas todavía no había nadie en el segundo piso más que yo. No entendía bien como me habían encontrado pero eso no me detuvo para intentar liberarme.

—Aw, el tierno hijo de la luz caminó lejos de su manada y fue capturado.—Habló de forma burlona aquel que me había atrapado. Podía sentir su vil sonrisa en mi nuca. Intenté con una de mis manos alcanzar una de mis armas celestiales, pero fui muy lento. —No, pequeña luz, no vas a escapar de nosotros.— Dijo mientras sentía unas sogas frías hechas de pura oscuridad enrrollarme.

Maldije por lo bajo, las Sombras a comparación de nosotros no pueden volar pero sí son capaces de controlar la oscuridad a voluntad. Es por ello que este tipo de lugares les da ventaja para luchar. Aún así intentar agarrar mis espadas, o al menos una pero solo conseguí que la cuerda se apretara bastante contra mi. No es agradable...pero lo único que puedo hacer de momento es rendirme ante mi captor.

—Eso es. Ahora eres un prisionero de las Sombras, pequeña luz. No hagas nada extraño o te removeré lo que sea que te haga funcionar en tu interior mientras mueres lentamente.— Amenazó la Sombra, utilizando la misma oscuridad (o al menos creo que utilizó las sombras pues el movimiento era únicamente horizontal, lo que no sucedería si me llevará cargando) para trasladar mi cuerpo a lo largo de la mansión, no sin antes asegurarse que todo mi cuerpo estuviera envuelto y no pudiera ver ni moverme. Caminamos por alrededor de 5 minutos y supuse que llegamos a nuestro destino cuando fui arrojado contra el piso con bastante fuerza que casi me hizo gritar.

—Veo que has traído un regalo.— dijo una voz distinta a la de mi captor.
—Correcto. Encontré un Celestial solitario y lo capturé— le respondió mi captor.
—Un hijo de la luz? Eso sí que es algo interesante— añadió la nueva voz con una pequeña risa. —Desenvuélvelo y déjalo aquí. Después vuelve con las demás Sombras, ¿de acuerdo?

Y eso hizo, aquello que me envolvía se disolvió poco a poco para dejarme libre, pero por alguna razón no me moví, lo que le causó gracia a la Sombra frente a mi, sentado de piernas cruzadas en una silla frente a una ventana.

—¿No vas a luchar por tu libertad, hijo de la luz?

No pude evitar reír.

—¿Libertad? Ninguno de nosotros conocemos la libertad pura. Estamos condenados a servir a un dios, a nuestro creador. Algunos pensarán que es un precio justo por hacer lo que querramos entre batalla y batalla. Pero yo no. No soy libre, pero si así lo deseas lucharé contra ti, quien al parecer tiene autoridad sobre Sombras como el Creador tiene ante los Celestiales.

Tomé mis espadas, el turquesa oscuro resplandeciente incluso con la efímera luz que se colaba por la ventana de la habitación.

—Así que no conoces la libertad pura. Y no, yo realmente no les obligo a hacer nada. Algunos me ven como un líder y otros no. Yo no tengo ningún control sobre ellos. Si ellos quisieran pudieran apuñalarme hasta descuratizarme. Al final, el mal no conoce nada más que la libertad. El bien es reglas, el mal es libertad.

No podía negar que sus palabras me intrigaban...y a la vez se me hacían razonables. ¿Entonces al desear libertad pura y sin restricciones estaba siendo como una Sombra?

La Sombra sonrió fríamente.

—Y eso significa que yo también puedo matar y hacer lo que yo desee a lo que quiera. Si la libertad es lo que tanto deseas...puedes buscarla, haz todo lo que tu instinto te llame a hacer.— hizo una pausa a yes de continuar —Decide por tu cuenta, la libertad de una Sombra puede ser lo que has estado buscando. Pero si me disculpas, tengo Celestiales que matar y arrancarles las alas.

Eso fue lo último que dijo antes de desvanecerse en la oscuridad.

¿Absoluta libertad? Los Celestiales no tenemos libertad, es imposible....porque somos obligados a ser los buenos de las historias...
Pero no podía negar que el llamado a una libertad pura me interesaba bastante...
Pero...¿Cuál es el costo de la libertad de un Celestial? ¿Qué es lo que se debe hacer para ser completamente libre?

Guardé una de mis espadas y contemplé la otra. Este tipo de violencia es lo que nos mantiene atado al Creador...puede...que si se volteara en contra de él podría escapar... Ya detestaba este trabajo de luchar por alguien más.




Fue entonces cuando una voz gritó en mi cabeza, llena de locura. Sonaba...familiar....
Mata, mata a uno de los tuyos. Lo quieres, lo deseas, házlo. ¡Libérate! ¡Libérame!

The Celestial of EvilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora