.•♫•♬• 𝑪𝒂𝒑𝒊́𝒕𝒖𝒍𝒐 𝒖́𝒏𝒊𝒄𝒐 •♬•♫•.

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Habían pasado 12 años desde la última vez que se habían visto. Desde la última vez que habían discutido. Desde la última vez que habían mantenido contacto.

Él lo había dejado. Él había tenido la culpa de todo lo que pasó y a pesar de que él le dio una oportunidad para explicarse, decidió que lo mejor para los dos era dejarle, justificándose con la idea de no hacerle daño en el proceso de su relación.

Además, había huido de la idea de emparejarse con él para siempre a través de un vínculo que sabía que por su trabajo, aunque no lo quisiese, podría llegar a romperse.

"𝘼𝙡𝙜𝙪́𝙣 𝙙𝙞́𝙖 𝙫𝙤𝙮 𝙖 𝙢𝙤𝙧𝙞𝙧, 𝙚𝙨 𝙢𝙚𝙟𝙤𝙧 𝙦𝙪𝙚 𝙣𝙤 𝙨𝙪𝙛𝙧𝙖 𝙥𝙤𝙧 𝙚𝙨𝙤" se mentía cada vez que pensaba en ello.

Y enredado en esa mentira vivió doce años, cada día más seguro de que no reaccionaría al volver a verlo. Bueno pues esa teoría cayó en picada al verlo ahí de pie.

Él todavía no lo había visto, pero sin embargo, su aroma empezó a llegarle como si internamente lo hubiera notado. Él mismo se dio cuenta de su propio olor y echó un vistazo rápido a la sala como si buscara a alguien que lo hubiera notado. Y él lo había hecho.

Sus miradas cruzaron. Al principio nadie dijo nada, pero su compañero de al lado se dio cuenta de esa "lucha" por mantenerle la mirada al otro y decidió que ambos se acercaran.

Por supuesto nadie supo nunca como habían acabado ellos, y así era mejor. Menos en aquel momento en que el pelirrojo instó a su amigo a acercarse a él.

-¡Midoriya! -saludó el pelirrojo -¡Cuánto tiempo amigo, ¿qué tal por Estados Unidos?! -preguntó muy feliz de verle

-Bien Kirishima-kun, aunque es un poco más caótico que aquí en Japón -sonrió para su amigo

Kirishima sonrió de vuelta y le dio una especie de codazo suave para que Bakugo le hablara también

-Deku -saludó cortésmente

-Bakugo -devolvió. Eso dejó a ambos perplejos.

Aunque el rubio no esperaba una fiesta al verle de nuevo, tampoco esperó la ausencia de aquel mote que le había asignado desde niños, y que, aunque no lo admitiera, había llegado a querer.

Kirishima por supuesto también notó esa ausencia y el posterior silencio incómodo que empezó a ahogarlo hasta que vio por detrás de Midoriya la mano de Mina

-Bueno, Mina me está llamando, nos vemos luego chicos -se despidió con rapidez y salió volando hasta donde estaba su amiga

Cuando Kirishima desapareció de ambos campos de visión, ellos volvieron a aquel silencio incómodo que los volvía a ahogar

-No esperaba verte aquí Bakugo -empezó el peliverde. Katsuki solo podía pensar en aquel vacío que había en su pecho y que se daba cuenta ahora de que que estaba ahí

-Sí bueno, cara redonda y la rana han sido de ayuda en algunas misiones y bueno, nos conocemos desde hace mucho así que me invitaron -explicó con serenidad, no debía dejar que ese malestar lo dominara, había trabajado en ello durante mucho tiempo -Al que no esperaba aquí era a tí, ¿no estás muy ocupado con tu gran trabajo y tu novia?

-Sabes que no tengo novia Bakugo -contestó simplemente

-Ya, ¿y qué hay de aquella rubia de la isla a la que salvamos una vez? Se te ha visto mucho con ella, no lo niegues

-Melissa es solo mi compañera de trabajo

-Ya -hizo una pausa y se preparó para soltar la pullita que había querido decirle desde que lo vio -Esos podríamos haber sido tú y yo, pero me echaste de tu vida como a un perro

La noche de la bodaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora