𝙲𝚊𝚙. 𝟹𝟷

381 36 30
                                    

Siguieron un rato juntos en el pasto sintético del Marplatense sin Dedicarse ni una sola palabra, estando acurrucados y dedicarse calor uno al otro ya que la fría noche estaba cayendo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Siguieron un rato juntos en el pasto sintético del Marplatense sin Dedicarse ni una sola palabra, estando acurrucados y dedicarse calor uno al otro ya que la fría noche estaba cayendo.

Lionel estaba recuperándose después de aver llorado pero aún sollozaba.

Memo trataba de consolarlo pero pequeñas lágrimas se deslizaba por sus mejillas algo coloradas.

─── aveces llorar no sirve de nada, porque mientras mas caen las lágrimas, más te pienso y te sigo queriendo. ─── sorbió un poco su nariz antes de hablar para después soltar una dulce sonrisa y darle mimos en su cabeza.

Memo se fue levanta fue moviéndose poco a poco, tratando de reincorporarse, ya estando de pie Lionel lo miro desconcertado secando sus lagrimas con su ante brazo y con un brillo en su mirada.

El mexicano se sacudió un poco y arreglo su ropa, seco sus mejillas y mirando fijamente al argentino deteniéndose un segundo admirando su bello rostro.

─── Por si te lo preguntabas, si eras todo lo que quería. ─── bisbiseo lastimero, dedicó un sonrisa forzada y las cejas arqueadas, salió sin decir ninguna palabra.

Lionel solo se quedó de rodillas viendo cómo se hiba el rizado sin decir nada, las minutos que estaban ellos dos acurrucados fueron tan mágicos que se había olvidado por completo que había dejado a su novia adentro.
Se levantó de ahí sacudiendo su ropa Y fue directo a la puerta resbaladiza.

─── ¡Amor! Por fin llegás. ─── llegó por detrás de Lionel dándole un abrazo y un casto beso en su cuello.

Lionel río nervioso dándose la vuelta mirando a los ojos color avellana de su pareja.

─── Amor...  ─── le dedicó un corto beso en la Mejilla.

Memo no tenía otro remedio que solo ver desde la distancia sin poder intervenir ya que nunca fueron algo solo amigos.

Por otro lado Sergio estaba con una cerveza en la mano, se notaba desde la distancia que ya estaba más que ebrio, este se fue acercando a la dirección del rizado, aún que estuviera casi inconsciente se notaba su cara de preocupación, se tambaleaba un poco pero puedo llegar al lado del rizado sosteniéndose se su hombro provocando que Me o se sobre saltará un poco

─── Yo te quiero...un montón Memo... ─── Hablo Sergio, si aliento alía a cerveza que provocó que Guillermo se alejara un poco volteando los ojos por lo dicho.
─── ¿Quieres una? ─── le ofreció una lata que Memo miro con curiosidad.

La tomo y al abrir sabía de qué trataba por el olor que entró en sus fosas nasales, se encogió de hombros ¿Que puede pasar? Solo será una.

Le dio una gran trago a la lata, Dicen que se olvidan las penas ¿No?

Después de unas cuantas horas la fiesta se encontraba en el clímax perfecto, osea, todos ebrios, tirados en el piso u otros bailando en medio de todo mundo.

𝄖𝙃𝙖𝙨𝙩𝙖 𝙦𝙪𝙚 𝙩𝙚 𝙘𝙤𝙣𝙤𝙘í𝄖 ᴹᵉˢˢⁱˣᴼᶜʰᵒᵃDonde viven las historias. Descúbrelo ahora