5. Un anillo

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Llegué a mi casa temprano a darme un baño, pero mi mente no paraban de recordar la noche pasada con esos cuerpos calientes, sus besos, sus caricias y uno a uno los gemidos que no pare de soltar en toda la noche.

Salí del baño, me seque, me vestí y me peine para salir al trabajo, pero al bajar las escaleras encontré a mis padres algo tristes junto al Señor Joel y su hijo Leandro, que habían venidode sorpresa, que horror, comencé a sentir la culpa por lo que había ocurrido la noche anterior pero no podía decir nada y solo me senté en el sillón junto a mis padres para comenzar a hablar.

- bueno Julia, ya me informaron tus padres que aceptaste casarte con mi hijo
- si, lo hice por el bien de mis padres, pero le agradezco que me haya dado otra salida aparte de la demanda
- pues claro no hubo problema, fue a mi hijo a quien se le ocurrió, quizá no lo sabías pero le gustas desde hace mucho
- padre eso no te corresponde hablarlo a ti, ese es un tema del que hablaré yo con mi prometida

Prometida... hubiera preferido escuchar esas palabras de la boca de Eidan

- si...no quisiera ser descortés pero aún desconozco el motivo de su visita -sonreí tratando que se viera natural
- no, tienes razón, yo soy quién fue descortés al no explicar los motivos de mi visita, pero creo que lo correcto sería que mi hijo lo explicará
- si tienes razón padre, yo...vengo a pedir tu mano, aquí frente a tus padres

Leandro se arrodilló y saco una cajita de su bolsillo que cuando se abrió, dejo a relucir un anillo de diamantes muy hermoso pero aún con eso mi corazón sintió más tristeza

- dame tu mano Julia

Acerque mi mano izquierda tratando de sonreír y conteniendo las lágrimas

- yo te entrego este anillo como símbolo de nuestro compromiso, y aunque se que no nos conocemos, tengo la certeza de que con el tiempo puedo ganarme tu corazón -dijo mientras sonreía seguro de sus palabras
- pues lo acepto... pero ahora me tengo que retirar porque tengo que ir al trabajo, con permiso

Me levanté y me dirigí hacia la salida, pero antes de girar la perilla de la puerta solo pude escuchar

- tú ya no deberías de trabajar, a fin de cuentas yo seré quien te mantenga después de la boda

Sus palabras me molestaron demasiado y sin embargo solo pude contestar sin voltear...

- agradezco tu opinión pero me gusta mucho mi trabajo y no pienso dejarlo aún

Giré la perilla de la puerta y salí rápidamente con lágrimas apunto de brotar de mis ojos, estaba molesta conmigo misma, pues ya estaba comprometida oficialmente con Leandro y Eidan ignoraba está situación.

Decidí llamar a mi trabajo para informar que me sentía mal y no podía asistir, no tuvieron problema pues ese lunes no había mucha gente y el otro empleado ya había llegado, así que colgué, y en cuanto se terminó la llamada las lágrimas comenzaron brotar de mis ojos sin parar, luego de 10 minutos deje de llorar y tome una decisión...tenía que decirle a Eidan la verdad, ya lo había retrasado demasiado.
Tome mi celular y le mandé un mensaje a Eidan pidiéndole que nos viéramos la noche del día siguiente, guarde mi celular y me dirigí de regreso a casa de mis padres directamente.

Llegué a casa de mis padres donde mi madre me recibio informándome algunas cosas

- hola Julia que haces aquí no habías ido a trabajar
- si pero no había muchos clientes y pedí el día libre
- ok está bien hija te quería decir que mañana tenemos que ir a comprar tu vestido, zapatillas y ramo
- ¿tan pronto?
- Si, pues la boda es en dos semanas
- ¡¿dos semanas?!
- si -dijo mi madre con un tono triste
- está bien me despertaré temprano para ir antes del trabajo
- bien

Me dirigí a mi cuarto, saque mi celular y vi un mensaje de Eidan qué decía...

Claro que sí amor, te extraño y te amo demasiado, nos vemos mañana, cuidate

Ese mensaje me hizo comenzar a llorar, lo hice hasta quedarme dormida, ahora solo tenía que esperar a ver a Eidan el día siguiente.

CONTINUARA...

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