OLD SOLDIERS NEVER DIE

Capítulo 11: Sport And Social

El taxi que había contratado dejó salir al sargento Mundy delante del edificio del Regimiento y el joven suboficial tardó unos minutos en cogerle el truco a usar las muletas con sus nuevas piernas. Se suponía que estaba en rehabilitación aprendiendo a usar las piernas de hojalata que le habían dado, aprendiendo a ser un miembro inútil de la sociedad civil. Había decidido no aprender nada importante. Escapar del hospital había sido un juego de niños para un hombre que había sido entrenado para escapar de países hostiles, las piernas protésicas desconocidas sólo habían añadido un poco de dificultad a una operación por lo demás sencilla. Mundy se acercó cojeando a la puerta y la golpeó tres veces.

-¿Sí?- Un anciano con uniforme verde abrió la puerta &¿En qué puedo ayudarle?... señor-.

-Sargento Mundy, llega tarde del Regimiento para ver al comandante-. Mundy contestó -Llego un poco temprano, pero debe estar esperándome-.

-Pase-, el anciano se hizo a un lado. -Soy el cabo Parker, antiguo miembro de la Guardia Real y actual miembro del 95º de Fusileros-.

-Es un placer volver a estar en compañía de soldados-, dijo Mundy entre dientes apretados.

-En efecto, sargento-, asintió Parker. -Tome asiento mientras informo al comandante de su llegada-.

Mundy se preguntó por un momento si estaba cometiendo un error al unirse a este grupo de ancianos. Un pensamiento aplastó su duda, un recordatorio de la alternativa... nada era peor que una baja.

-Por aquí-, el comentario susurrado de Parker sacó a Mundy de sus pensamientos.

-Sí-, aceptó Mundy. Tardó un minuto en ponerse en pie, pero no se atrevió a pedir ayuda. -Muéstrame el camino entonces-.

Parker llevó a Mundy por el pasillo hasta un ascensor antiguo. -Espero que no le importe-, dijo Parker señalando un carrito. -Pero tengo que subir el almuerzo del comandante y hay demasiado para ir por las escaleras-.

-Está bien-, respondió Mundy, ocultando su alivio. -No me gustaría ser el responsable de ponerle las cosas difíciles-.

-No dejes que la edad del Mayor te engañe-, dijo Parker mientras el ascensor subía a su planta. -Es un cabrón frío como una piedra, exactamente el tipo que necesitamos al mando-.

-¿Oh?-.

-Confía en mí-, continuó Parker. -Será uno de los mejores si vive lo suficiente-.

-Y nos quedamos sosteniendo la bolsa hasta entonces-, terminó Mundy.

-No-, dijo Parker bruscamente. -Eso no ocurrirá, el sargento mayor es demasiado bueno para que eso ocurra-.

-¿Escucha a sus No Coms entonces?-. preguntó Mundy con una sonrisa, -mejor que la mayoría de los hombres para los que he tenido que trabajar-.

-Un oficial combativo que escucha a sus hombres y tiene el sentido común de saber cuándo se equivoca-, coincidió Parker. -Y uno de los cabrones más duros a los que he tenido el placer de servir-.

-Oí que había estado en un par de peleas-, incitó Mundy.

-No sé mucho de eso-, admitió Parker con el ceño fruncido. -Sí sé que se metió en una pelea con una docena de ellos y los dejó a todos enfriándose en el suelo el día que vino a reunirse con nosotros. Sabía que necesitaría ayuda y no se le ocurrió mejor fuente que el ejército-.

-¿En serio?- preguntó Mundy con una sonrisa.

-Entonces nos consiguió uniformes y nos llevó al callejón-, continuó Parker. -Apareció un grupo de cabrones y el Mayor nos ordenó matarlos a todos sin pestañear, sólo pidió un prisionero si podíamos conseguirlo sin ponernos en peligro-.