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Las personas cambian, para bien o para mal.

La pareja había pasado de estar todo el tiempo juntos a verse de vez en cuando en toda la semana. Y eso era porque Jihee insistía en pasar tiempo con el.

Tal vez muchos la critiquen por lo que hace, ¿pero que se puede hacer cuando has pasado aferrada a esa persona casi toda tu vida?. Era como cuando las parejas son toxicas y por más daño que se hagan se le es imposible separarse, se vuelve como una droga.

Jihee se aferro a él tanto como Jungkook a ella, ambos habían hecho las cosas juntos en todo lo que llevaban unidos. Si bien Jungkook la llevaba tratando así desde hace dos años, todo empeoró en ese año.

Ese año jungkook estaba con un humor de perros, no media sus palabras para con ella. Y talvez jihee escusaba su frialdad con el trabajo.

Pero aún así, ni por más que este cansado el no debería tratarla así, no cuando ella ha estado para el en todo momento.

Y justo hoy cumplían cinco años de casados, su aniversario número cinco.

Jihee había hecho una reservacion en uno de los más distinguidos restaurantes, un local rústico que llamaba la atención por tener una gran vista de la ciudad. Jihee le habló sobre la reservacion que había hecho, al principio a Jungkook le molestó los planes que había hecho pero después terminó aceptando.

Eran alrededor de las siete de la noche, jihee llevaba esperándolo quince minutos, se distrae viendo las luces de la ciudad o viendo a las parejas pasar un romántico momento. Bebe de su copa de vino antes de mandarle un mensaje a su esposo preguntándole si ya venia en camino.

Y como siempre, no contestó.

Suelta un suspiro dejando de insistir, esta semana no había sido para nada buena. Su esposo estaba de peor humor ya que hubo un problema con inversionistas, no llegó a dormir a la casa en toda la semana. Jihee estaba preocupada por el, incluso fue a la empresa a ver como estaba.

Y como era de esperarse, la ignoró.

Jihee ni siquiera hizo el intento de recordarle que la semana pasada fue su cumpleaños, sus amigas tampoco se acordaron, pero lo que más le dolía era su esposo. El había olvidado una fecha importante y estaba segura que ni siquiera recordaba que hoy era su quinto aniversario de casados.

La copa cada vez se va vaciando, el tiempo pasa y varías personas se van y otra llegan. Ella sigue en el mismo puesto en la espera de su esposo.

No sabe cuanto tiempo más pasa hasta que un mesero se acerca a la mesa.

—Disculpe señora, el restaurante ya va a cerrar

Jihee parpadea aturdida, mira a la hora en su teléfono y recae en que ha estado allí dos horas en la espera de alguien quien nunca llegó.

—Lo siento mucho —se levanta escandalizada tomando su bolso—. No me di cuenta de la hora, de verdad lo siento —los colores se le suben al rostro, se sentía demasiado avergonzada en ese momento. Era la única que estaba sin compañía.

—No tiene de que preocuparse —sonríe amable antes de cobrar el vino que tomó.

Jihee paga y toma su bolsa antes de salir del restaurante, el frío de la noche la golpea y cae en cuenta de lo patética que ha sido. Insistiendo en algo que ya no tiene arreglo.

Si su esposo le hubiera dicho que no podría ir, habría sido diferente.

Ahora ella se sentía lastimada.

Cuando está a punto de tomar un taxi con dirección a su casa, un gran auto negro se estaciona frente a ella. De el baja jungkook antes de posarce frente a ella. Jihee no sabía cómo sentirse, si sentirse aliviada por el simple hecho que llegó, tarde pero lo hizo o restregarle en la cara lo idiota que ha sido.

Sempiterno >>J. Jungkook Donde viven las historias. Descúbrelo ahora