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[....]

Estaba totalmente harto.

Harto de ver como las mismas personas que se gustaban nunca se daban cuenta. ¡Por dios! Era tan obvio para todos los habitantes que se tenían ganas, y los únicos imbéciles que no lo notaban eran ellos.

Estaba cansado de verlos todos los días con esas sonrisas en sus rostros que claramente significaban algo más que simple amabilidad. No estaba celoso, para nada, él deseaba que esos dos estuvieran juntos, y consideraba que su esperaba ya había sido demasiada.

Con el pecho en alto salió de su santuario, decidido a ser el cupido de esos chicos.

Aunque el destino no lo quiera así, él no tenía porque hacerle caso al estúpido destino, lo haría a su manera.

Agarró una libreta y en ella decidió anotar todos las pasos. Empezó a escribir uno pero lo rayo al instante.

Este era un intento fallido de hace unos días, que consistía en hacer que se enamoren por magia. La idea parecía tan buena en su cabeza, pero nunca imagino el poder que tendría eso.

Los dos amigos terminaron tan enamorados que estuvieron apuntó de coger al primer minuto de ser hechizados.

Juan desde ese momento ya no quiso probar ningún tipo de magia en ellos, fue una situación tan vergonzosa que nunca olvidara. Ellos sí, logró borrarles la memoria sobre eso, porque los conocía bien y sabía que nunca se volverían a hablar si lo supieran.

Ahora si, anotó el primer paso.

1. Preguntas para conocer sus pensamientos sobre el otro.

Spreen:                Carre:

El primero sería Spreen, tenía que ser de lo más paciente con él, porque respondería a sus preguntas con las respuestas más cortas posibles y con el mayor desinterés del mundo.

Rápidamente fue al establecimiento de pollos preparando sus preguntas mentalmente y como disimularlas. No tardó mucho en llegar y antes de entrar alguien más abrió la puerta desde adentro haciendo que se golpee la nariz.

─Ay, lo siento mucho Juan─ Habló nervioso el chico ─¿Estas bien?─

─Si.... No te preocupes Carre─ Dijo haciendo énfasis al nombre, le emocionó demasiado que el castaño estuviera ahí. Spreen no estaría tan de mal humor al menos, y todos saben el porqué.

El hablar con Carre siempre lo ponía tan tranquilo, ese chico siempre le levantaba los ánimos con una sola sonrisa.

Después de despedirse del castaño ingresó al local con una gran sonrisa, con dirección a Spreen.

─¡Hola mi buen amigo!─

─¿Qué querés ahora, Juan?─ Dijo serio.

─Tengo un par de preguntas para ti, son muy importantes─

─¿Sobre qué?─

─Eeh, me pidieron que haga una lista de cómo se relacionaban todos en el pueblo─ Tartamudeo algunas palabras, ganando más la desconfianza de Spreen.

─¿Qui-─

─¡Yo hago las preguntas aquí!─ Lo sujeto de la muñeca y lo llevo hasta un pequeño cuarto, que olía bastante mal ─¿Qué mierda tienes acá?─

─Soltame hijo de puta─ Juan suspiro y lo hizo ─Son pollos muertos, vamos a otro lugar, pero que sepas que me vas a pagar todos esos minutos perdidos─

ᴊᴜᴀɴ ᴇʟ ᴄᴜᴘɪᴅᴏ [ʜᴀᴘᴘʏʙᴇᴀʀ] [ᴄ!ʀᴏᴅʀɪᴠᴀɴ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora