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Así pasaban las horas, como una cuenta regresiva, y cuando esta llegará al final moriría, porque está vez ya no había escapatoria. Y aunque este muy feliz; pues Carre también le había demostrado que lo amaba, por alguna razón no podía evitar sentirse muy nervioso.

Divagaba en su mente, en completo silencio miraba el techo, sabía que tenía que dormir, solo que no podía. Y si lo hiciera despertaría muy tarde.

Cuando menos se lo esperaba ya eran las 8 de la mañana, hora en la que tendría que estar recién despertando.
¿Que hizo todas esas horas despierto? Nada, sólo estar como boludo.

Talvez lo estaba pensando demasiado, podría hacerlo lo más simple posible y que después pase lo que tenga que pasar, pero el quería hacerlo muy especial, para demostrar cuanto lo amaba.

Tenía que levantarse de su cómoda cama, y cayó en cuenta de que no podía hacer todo solo, también quería dedicarse a pasar tiempo con Carre toda la tarde, y en la noche declararse de una vez por todas, por si la noche anterior no fue suficientemente obvio.

Y le haría lo que más le gustaba, la comida. Sabía que al castaño le encantaba la comida, le ponía tan feliz saber eso, pues hace tiempo Carre tuvo problemas alimenticios, y Spreen no quería que eso volviera a suceder.

Al oso no le gustaba pedir favores, y menos a personas que les tenía poca confianza. Lastimosamente lo tenía que hacer, y lo peor para él es que tenía que pedírselo a Juan, pues era él quien los estuvo ayudando desde un principio y no se podía negar.

Se arreglo lo más rápido que pudo y su cabello simplemente se le desordeno antes de salir. Tuvo un gran problema con el sol, este no tan solo lo cegó apenas salió, también le estaba dando un dolor de cabeza insoportable.
Se arrepintió completamente de salir.

Camino hasta el santuario de Juan, donde tocó la puerta una vez, dos veces y la tercera con más fuerza.

La cuarta Juan la sintió como un terremoto y se cayó de la cama.

─¡¿Quien fue hijos de puta?!─ Grito al abrir la puerta ─¡Tu puta madre, Spreen!─

─Abrí rápido puto─

─Estaba durmiendo, ¿no ves mi cara de pendejo sin dormir?─

─No me importa, ahora necesito tu ayuda─

─¿Spreen pidiéndome ayuda a mi? En mil sueños lo hubiera imaginado─

─Me voy a arrepentir de esto─ Cruzó los brazos mirándolo con el ceño fruncido.

─Okey, okey, ¿para que me necesitas?─

─Escucha, quiero hacer algo lindo para Carre, yo hubiera querido hacerlo, pero quiero pasar tiempo con él. No me convence pedírtelo a vos, pero eres mi única opción─

─Que lindo es que me pidas eso, tranquilo compa, haré algo hermoso solo por ustedes dos─ Rodeo su brazo alrededor de los hombros de Spreen con dificultad por la diferencia de altura.

─No me toques, no te creo nada─

─Soy genial y lo sabes, por algo me pides ayuda─

Spreen se alejo de él suspirando, se dirigió y antes de cerrar la puerta habló otra vez.

─Si puedes cocinar hazlo, su comida favorita es la milanesa con papas, no le gusta el café, el vino, el alcohol, la pimienta y todo lo que tenga picante. Ama lo dulce y lo salado─

ᴊᴜᴀɴ ᴇʟ ᴄᴜᴘɪᴅᴏ [ʜᴀᴘᴘʏʙᴇᴀʀ] [ᴄ!ʀᴏᴅʀɪᴠᴀɴ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora