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Deja pasar al menos dos semanas para darle oportunidad a Yoongi de cumplir su promesa y se siente orgulloso de ver que efectivamente la cumplió. 

Solo recuerda que siguen viviendo juntos gracias al olor de pino que se quedó impregnado en el cuarto principal.

Por lo tanto, Hoseok coloca música en su parlante y se mueve de un lado a otro totalmente relajado. Con calma abre su cajón de recetas en la pequeña cocina de la habitación y comienza a preparar unos panquecitos a base de nueces para llevarlos en el almuerzo. Sus orejas se agitan de alegría y su cola la mantiene al ritmo de la canción. En lo lejos puede distinguir que Yoongi también está usando su bocina personal, claramente un lobo como él escucharía a iron maiden. 

El lobo es algo cliché.

Solo que no se preocupa por ello realmente, mientras no se lo encuentre en el mismo lugar todo estará bien. Han fijado en común que mientras Hoseok esté ocupando la habitación principal, Yoongi tenga su horario fuera de los dormitorios y viceversa. Será menos probable coincidir en el mismo espacio ahorrándose problemas o malentendidos. 

La semana pasada tuvieron ese error, Hoseok casi se pone a llorar y rogarle que no se lo comiera cuando Yoongi abrió la puerta con una gran sonrisa que mostraba sus caninos llenos de sangre fresca. El caso había sido que en realidad el lobo estuvo en el campo de frutos comiéndose a escondidas algunas ciruelas rojas y olvidó limpiarse los dientes en cuanto pensó que era buena idea llevarle una bolsa a la ardilla para que viera que tan ricos estaban. El lobo tuvo que llamar a Seokjin para que calmara a su amigo que terminó más pálido que él mismo. 

Casi terminó en el hospital por el susto que se llevó.

Metió las bandejas de cupcakes en el horno y programó su reloj de cocina para tomarte un descanso en el sofá. Su mesa de estudio estaba repleto de guiones de radio, esta semana le ofrecieron apoyar a una estación de orientación escolar que buscaban un reemplazo para su anterior locutor. Debía terminar su propio guión pronto, así que trabajaba en las noches en su habitación para no interrumpir el turno de Yoongi de usar la biblioteca particular.

Un estruendoso golpe en la puerta se escuchó y Hoseok negó con la cabeza al pensar en su mejor amigo. El gato era un escandaloso de primera y debía ser algo importante ya que nunca le avisó que iría a visitarlo. Pero en cuanto abrió la puerta, se encontró con los ojos penetrantes y la mirada intimidante de un lobo. Pegó un brinco al ver que no estaba solo, detrás suyo tenía a un oso y una serpiente de escamas negras que le decoraban el cuerpo como tatuajes. Tres híbridos depredadores de la ardilla estaban en su puerta, su cuerpo tambaleó.

La serpiente lo miró curioso, pasándose la larga lengua como si estuviera saboreando su platillo del día.

— Ah, entiendo porqué Yoongi habla tanto de ti — el lobo lo inspeccionó con la mirada, aprobando lo que fuera que estuviera pensando de la ardilla. —Eres lindo, soy Kihyun. Los dos tontos son Vernon y Yeonjun. 

Hoseok no responde como se había atrevido con Yoongi hace semanas, tiene sus ojitos muy abiertos y sus labios congelados. La cola se le mete entre las piernas mostrando lo intimidado que estaba, preparándose para que el primero de ellos se lanzara para comérselo y entonces la escuela tenga su primer caso de ataque de depredador a una presa. 

—Oye estúpido,  lo asustaste —Vernon relaja su expresión y su voz es mas suave de la que aparentaba— Mierda, arruinaste nuestra primera impresión. 

—Niño, ¿estás bien? —el lobo suelta un aullido lastimero, arrepentido de haber actuado tan directo.

—Creo que lo matamos del susto, ¡soy el más joven, no puedo ir a la cárcel!

On Melancholy Hill ||YoonseokDonde viven las historias. Descúbrelo ahora