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Jimin acomodaba sus
pertenencias en una maleta.

No tenía muchos ánimos de
empacar, pero era hora de irse de
ese lugar. Dejaría muchas cosas en
el departamento para que después
las arrojaran a la basura, por
ahora solo se llevaría lo necesario,
algunas prendas de ropa y sus
cámaras.

Su cabello cada vez se tornaba más
claro, llegando ya a un color rosa.
Hoseok le había dicho que ya era
hora de volver a aplicar el tinte de
cabello, que de hecho el lo haría,
pero no tenía ganas de nada…

Estaba más nervios de lo normal
últimamente, su apetito había
disminuido a solo comer una
porción de alimentos al día, su
ansiedad había vuelto a ser más
percistente, y aunque luchaba con
todas sus fuerzas, las inmensas
ganas de autolesionarse lo querían
vencer.

No solo estaba así por Jungkook. La
razón más grande era esa mujer…

Se iría a otra ciudad, a un lugar
donde esa pelicastaña no le
encontrara. Estaba pensando en
cambiarse incluso su color de
cabello, pero aún no se elegía.

Las bolsas oscuras que estaban
debajo de sus ojos se remarcaban
más, y es que no había dormido
mucho.

Al terminar de empacar, salió
de su departamento. Iría al
supermercado a comprar algo
de ramen para comer, ya que
el dolor de estómago por la
falta de alimentos lo estaba
desconcertando de más.

Observó como las puertas del
ascensor se cerraban, así que
corrió lo más que pudo, poniendo
su pie antes de que las puertas se
cerraran, logrando que volvieran a
abrirse y se adentrará al pequeño
lugar.

Vaya sorpresa se llevó al
encontrarse al pelinegro de la vez
pasada en ese lugar. Hizo todo lo
posible por ignorarlo. No sé iría, no
quería quedar como un cobarde, así
que firmemente se arrecosto en el
espejo del ascensor, observando su
celular aunque no estuviera viendo
nada en específico.

Su plan estaba funcionando hasta
que el más bajo le llamo.

-¡Eh, tu! Eres el de la otra vez.

Jimin, alzó su mirada
observándolo fijamente, haciendo
retroceder un poco al pelinegro.

- Así es.

El más bajo chasqueo la lengua,
rodando los ojos para después
apuntarle. - Por tu jodida culpa
Jungkook ya no quiere verme.

Jimin le observo con una ceja
levantada, apagó su celular y lo
guardo en el bolsillo, cruzando de
brazos.

- ¿De que hablas, jodido idiota? Si
tú y Jungkook se revuelcan y después el
decide no hablarte no es mi culpa.
El puede hacer lo que quiera con
quién quiera. El mismo me lo dijo.

- Pues te mintió, porque me
maldijo hasta mi día de nacimiento.

Dicho eso último, salió del ascensor
que ya había llegado el primer piso
y se dirigió a su auto. Jimin,
quien aún estaba observandolo,
sintió una pequeña esperanza.

Algo que le causó terror, ya que no
quería iluciones y después salir
lastimado.

[ ✿ ]

Mientras subía con la pequeña
bolsa las escaleras, revisaba su
celular. No tenía mensajes, nada
interesante que ver, así que lo
guardo en su bolsillo, alzando su
mirada y encontrandose con un
pelinegro cabizbajo, tocando la
puerta de su departamento una y
otra vez.

Su corazón acelerado le pedía a
gritos que saliera corriendo de ese
lugar.

Pero el ya no quería evitar ese
problema. Así que tomando un
suspiro, camino hasta donde
se encontraba el pelinegro,
carraspeando su garganta cuando
estuvo frente a el, logrando que
Jungkook de inmediato se separara de la
puerta para observarlo.

shut porn 𓍢 ִֶָ  jikook Donde viven las historias. Descúbrelo ahora