prólogo

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Descargo de responsabilidad, no soy dueño de nada de lo que aparezca en esta historia, solo la misma es de mi propiedad. Cualquier otra cosa ya sean personajes, videos, fotos, animes, etc, no son de mi propiedad. El crédito a sus respectivos autores.

[Avisó, está historia puede tener varias conveniencias para que la historia avance con normalidad]

Un nuevo mañana

Artoria Pendragon, Rey de los caballeros y de Gran Bretaña.

Había muerto, después de haber atravesado con su lanza a su hijo Mordred. El con su último aliento logro herir de forma letal a Artoria, aunque logro salir con vida de esa batalla dando por finalizada la rebelión de su hijo, esa herida le pasó factura y unos años después causo la muerte de Artoria.

"¿Que te parece?"
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"¡¿A caso no lo ves, rey Arturo? Tu reinado acabará justo ahora!"
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"¡¿A caso me odias, tu odio por mi es tan grande?!"
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"¿¡Me odias por qué mi madre es una bruja!?"
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"¡CONTÉSTAME ARTURO!"
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'Jamás he considerado que no merezcas el trono'
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'Y la razón por la cual no te sedi el trono'
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'Fue por qué

Tu

No tienes la capacidad para gobernar'
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"Pa...Padre..."
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Una chica joven, probablemente apenas tenga catorce años, rubia y de ojos verdes como la esmeralda abrió los ojos mientras jadeaba, estaba sudando frío mientras miraba el techo de su hogar.

Se sentó mientras se limpiaba el sudor de la frente, a la vez que trataba de calmar su respiración.

-Otra vez ese sueño...

Desde hace varios meces, estos sueños que más bien parecían ser pesadillas se estaban empezando a manifestar en los sueños de esta chica, aunque varios de los sueños se repetían como era el caso de este último.

A pesar de ya haber experimentado varias de estás pesadillas de forma repentida, el sentimiento que provocaban en aquella chica era cada vez más fuerte. Algunas veces casi la obligaban a gritar, pero no quería alarmar a sus padres, por ende siempre trataba de contener sus sollozos, gritos y jadeos. Aunque algunas veces no podía hacerlo y terminaba gritando o llorando fuertemente por las poderosas emociones que estas pesadillas le causaban.

La chica miro por la ventana, penso en la posibilidad de volver a dormir cuando noto que aún no salía el sol. Suspiro cansada y se volvió a arropar, tratando de consiliar el sueño nuevamente.

Unas horas después, volvió a abrir los ojos está vez sin necesidad de recibir la ayuda de alguna pesadilla. Bostezo aún con sueño mientras se rascaba la nuca, se levantó de su cama y camino hasta la sala de su casa.

Sus padres hablaban cómodamente en el sillón de la sala de estar, pero se callaron repentinamente cuando escucharon la puerta de la habitación de su única hija abrirse, la vieron salir mientras se tallaba un ojo y bostezaba.

Un Rey Reducido A Un Simple Asesino Donde viven las historias. Descúbrelo ahora