Okay, pero imagina que tienes (o vuelves a tener) quince años, te llamas Akane y estás en el otro extremo del mundo, tratando de balancear las clases, los exámenes y una (hasta el momento) desastrosa vida amorosa.
Y bueno, es básicamente eso, tu (ahora ex) novio se comportó como un idiota y decidió besar a alguien más bajo la excusa de que tú estabas demasiado ocupada con tontas cosas de escuela ¿La peor parte? Esta no es la primera vez, sin embargo, te dejaste convencer de nuevo, por los ojos de cachorrito pateado y las palabras melosas que te dejó caer sin reparo, rogando por una oportunidad de "explicarte" todo.
Y aunque eres mucho más lista que un montón de palabras bonitas, si alguien te preguntara porqué te encontrabas ahí en ese momento, dejándote arrastrar de la muñeca, quizá dirías que era la migraña que te había surgido producto del estrés de tantos exámenes en un día, el calor del verano afectando tu capacidad de tomar decisiones responsables (o bien aceptables para tus quince años), o cualquier otro factor externo, cualquier cosa para no admitir ni aceptar que en realidad, lo que te tenía en esta situación era la pequeñita esperanza, escondida en un rincón de tus costillas, rogando porque esta vez algo fuera diferente.
Pero ya habían pasado diez minutos, diez minutos en los que no habías hecho otra cosa más que escucharlo deshacerse en disculpas ensayadas y victimización absurda, excusa tras excusa caía de sus labios y te diste cuenta que lo único diferente de esta ocasión, era la rapidez con la que te habías dado cuenta de que sólo es más de lo mismo, y aún así, después del primer minuto, decidiste regalar otros nueve de gracia.
Pero todo aquello era cansado, absurdo, triste, y un pesado suspiro se te escapó de los labios, interrumpiendo el monólogo (más un soliloquio que otra cosa, en realidad) de tu ex pareja, quien te miró ofendido, acusándote con esos ojos lindos que semanas atrás te habrían hecho suspirar en un tono completamente opuesto al de estos momentos. Escuchaste un bufido, un reclamo, repetitivas palabras de cómo la situación había surgido por tu culpa y, con el sol cayendo, decidiste que eso era suficiente. No verías otro atardecer con los ojos llenos de lágrimas si pudieras evitarlo.
- No me interesa, honestamente. Puedes quedarte con ella o sin ella. Ya no quiero volver a verte, por favor déjame tranquila. -Tu voz sonaba firme y compuesta, te sentías tan en control de ti misma, tan segura de tu valor y de lo que ya no querías que hasta te dieron ganas de sonreír de la emoción, pero mantuviste tus labios quietos, estabas feliz por ti, pero no ibas a echar sal en la herida de alguien más, aunque sabías que la única herida entre ustedes no le pertenecía a él. De todas maneras, sólo te giraste, indispuesta a esperar respuesta, o reclamos, después de todo ya era verano, hacía calor y el cabello se te pegaba de manera incómoda a la cara y el cuello por estar en aquel callejón con tan poco flujo de aire, tus pasos eran firmes y llevabas la cabeza en alto, pero, antes de que el fresco viento del atardecer pudiera acariciarte el rostro, una fuerte mano te atajó de regreso dentro del asfixiante callejón; el movimiento tan rápido y brusco te dejó preguntándote qué había pasado y a dónde se había ido la avenida principal que estaba frente a tus ojos hacía recién un instante.
-¡Que me perdones, carajo! -Su grito te aterrizó de regreso en la realidad como un golpe y la fuerza con la que sus manos apresaban tus brazos contra la pared de ladrillos te aterrorizó, te apretaba con tanta fuerza que la piel bajo tu uniforme comenzaba a adormecerse en su agarre, y aunque seguramente aquello iba a dejar marca, no te dolía tanto como tu corazón cayendo de manera estrepitosa al suelo, sabías que tu ex novio era un imbécil, pero jamás se había comportado de una manera tan agresiva, al menos no contigo. La pequeñita esperanza con la que habías entrado a aquel callejón se murió en el instante en que tu espalda chocó contra la pared de ladrillo por segunda vez.
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|| Chances || Baji x reader ||
FanfictionHistoria basada en las ilustraciones de @shunnybs en tiktok. Escrita con su permiso y bajo su supervición. Akane había hecho muchas cosas drásticas en su vida: mudarse de país, aprender otro idioma, salir con el primer chico que le preguntó ser su n...