An Abandoned Garden (URSS x T.R)

Episode 1

Honestamente no tengo imaginación, jamás supe como iniciar un libro.

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— ¿Por qué vuelves a llegar tarde? Estoy empezando a hartarme de tu comportamiento en mi empresa.

— Lo lamento, señor... Amanecí enfermo y no pude informarle. Además, preferí venir a tener que volver a faltar y decepcionarlo - estornudó un poco al terminar su explicación, con la voz un poco cambiada por culpa de la nariz tapada —.

— Si continúas llegando de esta forma tendré que despedirte o bajarte el sueldo, no puedes llegar de la forma que te dé la gana a trabajar. Vamos, a tu puesto, debes reponer el tiempo perdido - le ordenó para después irse él a su oficina —.

— Sí, señor...

Sin nada de interés fue a su lugar, tosiendo de paso un poco debido al resfrío que agarró la noche anterior, ignorando su condición para comenzar a trabajar con las miradas de sus compañeros sobre él, escuchando claramente el cómo decían cosas negativas, ni siquiera disimulando sus caras de desagrado. Esta vez se había olvidado de maquillarse, dejando al descubierto su tono carmesí de piel junto a la marca de nacimiento en su rostro.

Se sentía incómodo con las miradas sobre él, incluso cuando era algo de todos los días en esa oficina.

Ni él entendía el porqué había aceptado ese trabajo, desde siempre había odiado la idea del estar sentado, escuchando a gente: hablar, quejarse, gritarle, burlarse de él, decirle qué hacer, obligarlo a trabajar y más, ¿por qué había aceptado un trabajo en el cual tenía que pasar por todo eso la mayor parte de su tiempo? Sentía como si algún día ese maldito trabajo acabaría con él.

— ¡Hey! Psss, psss - le llamaba uno de sus compañeros de trabajo mientras le lanzaba papeles - ¡Ritter!

Miró en dirección a donde provenía la voz, únicamente viendo como le mostraba el dedo del medio, aprovechando que había muros que impedían la vista de sus otros compañeros, seguido a eso unas risas bajas por parte de algunos de estos que se encontraban junto a él y unas señas raras que no entendía a qué se referían.

Prefirió ignorar ese suceso que le pasaba casi toda la semana y seguir con su trabajo, ya que al fin y al cabo quejarse no haría mucho, pues su jefe no le cree que sus "empleados del mes" sean capaces de ser unos hijos de perra, escuchando claramente la burla de sus compañeros, con insultos despectivos y hasta algo racistas.

...

— ¿Papá? ¿Por qué llegas tarde otra vez? - preguntó al escuchar a su padre cruzando la puerta, viéndolo al momento de cerrar esta - ¿y por qué no fuiste con tu maquillaje? Sabes que es peligroso.

— Lo sé hijo, perdón, pero ocurrieron algunos imprevistos y no me dio tiempo a colocarme el maquillaje.

— ¿Qué imprevistos? Ya te dije que calcules bien tus tiempos de salida, incluso si tu esvástica en la cara es de nacimiento, no puedes ir por la calle mostrándola, además de ser ilegal, corres el riesgo de que te ataquen en la calle, debes ser más responsable con lo que haces.

Se notaba el cómo con cada palabra que decía, su tono de voz iba aumentando en preocupación y enojo.

— No volverá a pasar, te lo prometo, hijo.

— Constantemente dices eso, pero en todos estos años no he visto que mejores tu forma de comportarte - se acercó a él, tomándolo de su cara y girándola cuidadosamente - ¿por qué tienes suciedad en la cara? ¿Y este moretón? ¿Te hicieron algo?

Miraba preocupado a su padre, pasando las peores situaciones por su mente por el hecho que era alguien muy quisquilloso como para descuidar su imagen. Además, lo notaba con un mal semblante.