El suéter de Harry [Drarry]

La cuarta vez

Draco reaccionó inesperadamente bien ante el descubrimiento de la identidad de la nueva chica en turno que usaba el suéter de su novio, seguía preocupado por todo lo que eso conllevaba pero no histérico como en las ocasiones anteriores.

Todo eso hasta que las amistades de la chica Ravenclaw se habían encargado de esparcir el rumor de que su amiga no sólo andaba con Harry sino que era íntima amiga del trío, porque Ron la saludaba en los pasillos, aprovechándose de lo que todos vieron, gozó de inventar incluso que Ron coqueteaba con ella de vez en cuando y Harry simplemente no le creía porque el pelirrojo era su mejor amigo.

Ni hablar de Pansy, que estaba a nada de arrancarle el cabello uno a uno a la chica.

Draco se entero por Blaise de que ella encararía a la joven Ravenclaw, y eso para nada les convenía. Tenían que resolver eso ya. El problema es que no sabían cómo. No tenía a ningún conocido de confianza en dicha casa, no podían enfrentarla cara a cara porque Parkinson era el otro peligro latente vigilando siempre con ojos hasta en la espalda. Debían ser sutiles y conservar la calma.

Eso último era muy difícil para Draco, quien miraba con ojos de odio al pelirrojo al otro lado del aula. No podía creer como es que Ron literalmente empeoro algo que no podía empeorar. Lo único que agradecía es que Pansy siguiera viviendo dentro de la burbuja Slytherin. De verdad quería golpear o al menos lanzarle un hechizo a Ron, mínimo un traga caracoles para que no pueda decir nada por tener la boca ocupada al escupir babosas durante un rato.

Harry le mando una mirada con la que le pedía que se tranquilizara. De igual forma se vengaría.

Al salir de Transfiguraciones, le hizo a Harry una señal, ambos sabían lo que significaba, el pelinegro negó, eso le dió a entender que tenía algo que hacer y no podrían verse. Resignado siguió con sus planes y quizá con suerte podría resolver el embrollo.

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El nivel de acoso que se desencadenó por aquel gigantesco chisme esta vez no solo lo afectó a él, pues Hermione estaba que rabiaba debido a las continuas insinuaciones sobre la supuesta infidelidad de Ron con la novia de Harry. Comenzaba a cuestionarse si de verdad alguien en Hogwarts tenía un poco de sentido común, no era normal que alguien "cambiara" de novia cada día, pero al parecer pensaban que viniendo de Harry era normal, así que seguían agrandando más y más la bola de nieve de mentiras. Y a juzgar por las miradas de Draco hacia su amigo, al menos lo consolaba el saber que no era quien la estaba pasando peor.

Estaba un poco distraído por la actual situación hasta que al salir de Transfiguraciones vio pasar de lejos a su salvación. Acompañada de Ginny, una rubia contenta saltaba avanzando hacia el lago negro al parecer llevaba algo importante en las manos porque la pelirroja le ayudaba cargando con sus libros. Luna era la respuesta a su dilema, ella era Ravenclaw y también una muy buena amiga, no recordaba haberle dicho de forma explícita sobre lo que tenía con Draco pero conocía tan bien a Luna que imaginaba que no era necesario, seguramente ya lo sabía.

Solo le bastó susurrar el nombre de la chica para que Hermione y Ron se conectarán al mismo canal de pensamiento. Si tan solo se le hubiera ocurrido esa mañana, habría hablado con la rubia para pedirle que le ayudara durante el transcurso del día. Lamentarse estaba de más, ahora solo le quedaba concentrarse en solucionar todo.

Draco solicitó su presencia en la sala de menesteres con un gesto, pero no podía permitirse perder más tiempo, ya después le contaría todo y si tuvieron éxito, que esperaba que si porque conocía a su novio y de todos modos la venganza contra Ron seria despiadada.

Con pasos rápidos se dirigieron hacia donde ambas chicas se encontraban. Estaban hablando sobre algo que al parecer confundió mucho a Ginny, explicando la razón de su gesticulación. Luna daba pequeños saltos mirando el pasto. No quería saber que criatura estaba mirando. Hermione fue la primera en saludar y preguntarle a Luna si podía hacerles un favor, seguido del saludo con señas de ambos. Cuando la chica asintió Harry supo que también tenía que revelarle todo a Ginny o de lo contrario sería grosero pedirle que se fuera cuando eran ellos quienes interrumpieron su tarde.