No es una cita

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¡NOTA DE AUTORA COMPLETAMENTE INNECESARIA!

Tengo dilemas con este shipp... Por un lado, me encantan que sean muy buenos amigos y me creo completamente que sean súper cercanos y que no tengan miedo ni prejuicios en darse muestras de cariño muy evidente como abrazos y halagos, tampoco les importaría si todo el mundo opinan que son pareja, se quieren demasiado como para influenciarse por terceros... Y luego empecé a leer fanfics románticos de estos dos y simplemente me parecen demasiado lindos para existir.

Al final si me gustan mucho en ambas facetas, este relato terminó siendo más azúcar de lo que pensé originalmente. Pero bueno, pasen a leer y espero que lo disfruten.

¡FIN DE LA NOTA COMPLETAMENTE INNECESARIA!

Okuyasu siempre era el primero en admitir que no era la persona más lista. Ese defecto ha estado con él toda la vida, aunque a veces resultaba demasiado frustrante. Le gustaba recordar que tenía amigos que lo querían de igual forma, que no lo cambiarían por nada en el mundo. Cuando Josuke lo invitó a comer fue bastante genial, nada sospechoso o fuera de lo común, era normal para ellos tener ese tipo de gestos.

Excepto por el hecho de que el restaurante nuevo tenía un enfoque claramente romántico. Las luces suaves de tonos rosas y lilas, las velas aromáticas, la decoración de corazones, flores de plástico en cada mesa y los platillos tan amorosamente presentados en la carta y lo que pudo ver de reojo. Okuyasu no era inteligente, en el sentido más objetivo, pero tampoco era estúpido.

—Mano, ¿esto es una cita? —se animó a preguntar.

—¿Qué? No, claro que no —Josuke se encogió de hombros sin darle demasiada importancia. Lo cual alimentó la curiosidad de Okuyasu.

—Y... ¿Por qué me trajiste a este lugar?

—Bueno, hay promociones por apertura y las quise aprovechar. No pensé en venir con alguien más que no fueras tú —le dedicó una sonrisa amigable.

La cabeza de Okuyasu se negaba a aceptar esa primera afirmación, y el comentario final fue, cuanto menos, bastante desconcertante. Raro incluso en sus habituales muestras de aprecio, la connotación era obvia.

—O sea que sí es una cita.

—No, no lo es, es una salida de amigos. Te traje porque me dijeron que los postres estaban buenos.

Quería llevarle la contraría, resultaba evidente que las intenciones eran otras. Mantuvo silencio, no quería hacerlo enojar en dado caso de que dijera la verdad. La mesera muy amablemente les dejó el pedido en la mesa, un waffle picado a la mitad con forma de corazón, por encima tenía chocolate, fresas, bananas y crema pastelera; junto con un batido de arándano y frambuesa decorado con crema, cerezas y dos sorbetes. Okuyasu observó la comida sin decir una sola palabra, y eso que le picaba la lengua por soltarla, pero tenía el rostro demasiado caliente y ni hablar de la innegable falla en sus neuronas. No funcionó como por treinta segundos. Tras ese tiempo, encaró a su amigo.

—Mano, esto es una cita.

—¡Que no! Anda y come.

Josuke fue el primero en inclinarse a tomar los cubiertos y cortar un poco el waffle. Tras hacerlo, lo llevó hasta la boca de Okuyasu en espera de que él probara primero. El joven Nijimura, con una sonrisa nerviosa, observó el postre y luego a su amigo, quien le miraba con insistencia mientras le temblaba la mano. También estaba nervioso.

—¿Ves cómo sí es una cita?

—Trágatelo antes de que te lo estampe en la cara.

No pudo evitar reírse ante la seriedad asesina de Josuke, aunque todavía le parecía un poco raro el asunto. Le siguió la corriente y se dejó alimentar por el otro, no podía dejar de mover las piernas al ritmo de su acelerado corazón. No recibieron miradas extrañas, felizmente todas las parejas estaban involucradas en sus propias fantasías. La música era armoniosa y tranquila, daba al ambiente un toque de intimidad.

No es una cita {JosuOku}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora